Si todos salen a ganar, ¿quién puede perder en las elecciones municipales del 28M?

El motor electoral lleva tiempo en marcha y cada partido ha elegido sus tiempos y sus propias fórmulas para afrontar las elecciones locales previstas para el 28 de mayo. Muchos son los retos a los que se enfrentan las grandes formaciones (PP y PSPV-PSOE) y otros tantos hándicaps con los que lidiarán los partidos que hoy están encabezando alcaldías.

Los partidos, y los equipos que están diseñando las campañas, saben que la persona, el nombre, es clave en las convocatorias municipales. En este sentido, los populares han tomado la delantera cuantitativamente y, de hecho, esperan antes de febrero, es decir, en menos de una semana, tener cerrados todos los carteles, salvo «algún que otro pequeño municipio».

Si contrastamos el calendario con las fuerzas socialistas y de coalición vemos rápidamente las diferencias. Compromís aspira a mantener o aumentar levemente el número de localidades donde presentan candidatura (74). Con la vista puesta en el 11 de febrero, la formación naranja tiene abierta la importante plaza de Elche, así como la de Pego. En el resto del mapa, la novedad del reglamento es que permite que donde no hubiera lista en 2019 se puedan sumar confluencias.

Por su parte, el PSOE sigue su hoja de ruta. Ha resuelto todas las grandes localidades excepto Torrevieja, donde el problema está en el tejado de Ximo Puig y su equipo. El quebradero de cabeza es importante porque el actual alcalde, el popular Eduardo Dolón, es un nombre conocido. La plaza torrevejense es clave en la Vega Baja, una comarca a la que se han dedicado muchos esfuerzos para sumar. La baza de Carolina Gracia (Orihuela) puede resultar insuficiente y más con la polémica del recorte de trasvase como telón de fondo. El 28 de febrero deben quedar resueltas todas las candidaturas y la dirección provincial considera que los tiempos se han ajustado a un calendario marcado por Ferraz. Para algunos, esta fecha puede llegar tarde para pelear por algunas alcaldías como La Nucía o Teulada-Moraira, pues rompen la máxima de notoriedad del candidato. Cabe recordar que, desde el PSOE de Madrid, se dio a elegir a los alcaldes la posibilidad de ir a por un tercer mandato. Todos tenemos en mente casos como Elche, Elda, Dénia o Alcoy, aunque, en este caso, para Toni Francés sería el cuarto.

Sin calendario y contrarreloj está Ciudadanos, si bien desde el partido señalan que la refundación ha generado «ilusión» y apuestan por una estrategia de listas o perfiles garantistas. En un momento en el que las encuestas les dan por desaparecidos del mapa electoral, son conscientes de que tendrán que elegir sus batallas y retener nombres como los de Rosa García o Santiago Román, alcaldes de Benejúzar y Sant Joan d’Alacant, para sobrevivir al tsunami sufrido.

¿Mayorías absolutas?

En las elecciones de 2019, el PP obtuvo 37 mayorías absolutas; el PSOE, 34; Compromís, 12; y Cs y EUPV, una cada uno. El resto fueron victorias donde las alianzas se pelearon in extremis. La Diputación de Alicante, que ahora gobierna el presidente del PPCV y candidato a la Generalitat, Carlos Mazón, fue el mejor ejemplo. Y aunque la fuerza de centro-derecha mantuvo ayuntamientos como Alicante y Orihuela (hasta la moción de censura de abril de 2022), perdió en casi todas las grandes localidades de la provincia. El acuerdo entre Mazón y Toni Cantó ha dado al líder popular la mejor plataforma para tomar las riendas del partido y generar un equipo engrasado, al menos, en Alicante.

Por este motivo, la estrategia inicial pasa por recuperar terreno en ciudades como Sant Vicent del Raspeig, Elda o Dénia y ganar en Elche y ampliar ventaja en Villena. El esfuerzo del PP por fichar candidatos de recorrido y con experiencia es más importante de lo que parece porque el efecto arrastre para las autonómicas está muy presente en las cuentas. Además, el dominio en las cabeceras de comarca define no solo el poder municipal, sino el provincial. Cabe recordar el recuento final en el Alto Vinalopó que decantó la balanza hacia los socialistas por apenas 30 votos.

Por otra parte, los resultados de 2019 arrojaron más mayorías absolutas que en 2015, pues en los anteriores comicios la proliferación de partidos independientes tuvo reflejo en los plenarios. De cara al 28 de mayo, los expertos y las encuestas coinciden en señalar que las opciones se reducen al tener pocas opciones Ciudadanos y seguir siendo una incógnita cómo llegarán las distintas confluencias a los 141 municipios. Lógicamente, esto no significa que la partida sea solo de dos, y ambos lo saben.

La mayoría absoluta se ha convertido en uno de los deseos más anhelados, a pesar de que su precio sea el más caro de los últimos 12 años. Junto a los motivos obvios, está la necesidad de sumar en todos los ámbitos. Benidorm es el mejor ejemplo de esta apuesta y Toni Pérez, actual presidente provincial del PP, lo puede confirmar tras vivir un mandato ante una débil oposición.

Desde los equipos de los partidos consultados preocupan otras cuestiones como la abstención y el efecto positivo o negativo que pueda tener la política nacional en el ámbito de estas grandes ciudades. Populares y socialistas no han ocultado esta circunstancia y, mientras los primeros han metido a Pedro Sánchez en su campaña electoral, los segundos han marcado distancias en problemáticas como el agua o las inversiones hacia la provincia de Alicante.

Por debajo de los 20.000 o 10.000 habitantes, las preocupaciones son otras. En primer lugar, está la competición por llegar a todas las poblaciones. Es el hecho de tener opciones, pues si los resultados son ajustados, nadie quiere dejar perder un concejal para sumar en la carrera hacia el Palacio Provincial.

Compromís, Ciudadanos y Unides Podem son conscientes de que a este nivel no pueden llegar, con lo que el tablero se mira con otros ojos. Juegan a ser decisivos y lo saben si atendemos al hecho de que en 2019 sus apoyos cambiaron el signo de cerca de una docena de ayuntamientos, donde PP fue el partido más votado y se quedó apeado de la Alcaldía. Ahí está Villena o diferentes poblaciones que han protagonizado recientes titulares como Granja de Rocamora.

Abstención

Independientemente del tamaño, todos han marcado en sus estrategias la necesaria movilización del electorado. Algunos no ocultan que les preocupa especialmente el voto joven. Las encuestas lo detectan, pero nadie sabe muy bien cómo captarlo para que el 28 de mayo decidan ir hasta un colegio electoral y depositen el voto.

La máxima de que la abstención beneficia a la derecha se ha topado con un hándicap y es que no estamos ante una máxima infalible. De hecho, el objetivo del PP de cazar votos en Cs va en paralelo a una movilización de propios y Vox, si interesa.

La izquierda tendrá que hacer valer la gestión y, a nivel interno, preocupa más la cuestión en Compromís, porque se considera que las primarias han producido un desgaste innecesario.

Por último, está el denominado voto indeciso. Para los sociólogos esta brecha se está ampliando. Decidir el voto a última hora provoca que el esprint final de la propia campaña, los últimos 15 días, sea una prueba diaria y que se juega al segundo.

Al preguntar por plazas destacadas salen tres nombres: Alicante, Elche y Calp. La primera por conocer la capacidad de la ex consellera socialista Ana Barceló para atraer votos, la segunda porque el PP cuenta con encuestas que le dan la victoria y la tercera, porque todo un ex presidente de la Diputación como César Sánchez tendrá que volver a convencer a los suyos y evitar la aparición de un nuevo partido de desencantados.