Feijóo mete presión a Mazón para conseguir una mayoría suficiente y prescindir de Vox

El presidente del PP cierra, junto al líder regional del partido y a Catalá, la convención municipalista en un acto con alrededor de 4.000 asistentes, consciente de la importancia de reunificar el centroderecha

López Miras, Fernández Mañueco, Moreno Bonilla, Aznar, Catalá, Feijóo, Mazón, Gamarra, Rajoy y Rueda, al finalizar el acto. | JORGE GIL / EUROPA PRESS

López Miras, Fernández Mañueco, Moreno Bonilla, Aznar, Catalá, Feijóo, Mazón, Gamarra, Rajoy y Rueda, al finalizar el acto. | JORGE GIL / EUROPA PRESS / maríapomares

María Pomares

María Pomares

Un punto de inflexión. Eso es lo que parece haber marcado la 26 Intermunicipal que el PP ha celebrado este fin de semana en el Museo de las Ciencias de València. Hasta el extremo de que, en la clausura de la convención municipalista, el presidente nacional del partido metió presión al líder de los populares valencianos, Carlos Mazón, pero también a la candidata a la Alcaldía de València, María José Catalá para que consigan una mayoría «suficiente», lo que, a efectos prácticos, implicaría prescindir de Vox en los gobiernos que se puedan conformar a partir del 28M.

La Intermunicipal, de entrada, fue un punto de inflexión en cuanto a la reconciliación del PP con su pasado y, sobre todo, con la ex alcaldesa de València, Rita Barberá. Un punto de inflexión también en cuanto a la unidad del partido, con la foto de Alberto Núñez Feijóo con los ex presidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, que no coincidían desde 2015, y que acabaron por hacer doblete y estuvieron en el cierre de la convención el domingo. Junto a ellos, la presidenta madrileña, Isabel Díaz-Ayuso, que también repitió en las dos jornadas y otros dirigentes regionales, como Alfonso Fernández Mañueco, Alfonso Rueda, pasando por Fernando López Miras, y a quienes el domingo se les incorporó el barón andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla.

Finalmente, un punto de inflexión en lo que respecta al estado de ánimo y el mensaje. Directamente, se intentó proyectar en todo momento entusiasmo y que la victoria es posible, ante un aforo que rondó los 4.000 asistentes, y en el que en varias ocasiones se oyeron gritos de «presidente, presidente», dirigidos tanto a Feijóo como a Mazón. De ellos, 1.200 personas eran de la provincia de Alicante, muchas de ellas llegaron gracias a los 80 autobuses.

Fue, en este contexto, en el que el presidente nacional del PP proclamó que «el PP y España necesitan a la Comunidad Valenciana», y añadió que «os necesitamos en la España constitucional, necesitamos que la Comunidad Valenciana vuelva a cumplir y a cumplir el pacto constitucional».

Eso sí, Feijóo subrayó que, para ello, es necesaria una «mayoría absolutamente indiscutible». Dejaba claro, pues, que el objetivo debe ser gobernar en solitario, prescindiendo de Vox. No en vano, defendió que «un gobernante puede ser más útil con una mayoría contundente que le legitime para tomar decisiones», y volvió a insistir en su mensaje de puertas abiertas, más allá de carnets de partido, aderezado por los guiños al centro. «No hay por qué elegir entre un lado y otro porque somos el punto de encuentro y no estamos en los extremos. Estamos en los carriles centrales», sentenció.

El gallego dejó claro que Moreno Bonilla debe ser el espejo en el que todos los candidatos, da igual si locales o regionales, deben mirarse. Lo hizo poniendo como ejemplo la victoria que consiguió en junio del año pasado. Previamente, Carlos Mazón, durante su intervención, ya había citado al líder andaluz como referente, cuando poco menos que se comprometió a seguir su consejo si llega al Palau de la Generalitat: trabajar cada día como si fuera un alcalde.

Mazón, de hecho, ya había hecho pivotar su discurso previo en ese mensaje de «brazos abiertos» conscientes de la importancia que tiene en estos momentos la reunificación del centroderecha para lograr sus aspiraciones, para conseguir, dijo, «un gobierno para todos y sin exclusiones». Hasta llegó a sacar pecho una vez más del fichaje de la ex de Ciudadanos, Ruth Merino.

«Sabemos lo que tenemos que hacer, lo vamos a hacer. Es la única razón por la que no estamos tristes, porque es verdad que ya se van», sostuvo Mazón en alusión a la campaña que ha impulsado, y en la que pone en el centro de la diana a Pedro Sánchez; al presidente de la Generalitat, Ximo Puig; y a la exvicepresidenta del Consell, Mónica Oltra.

El alicantino, a este respecto, fue intercalando en su alocución algunas de las propuestas de su programa con críticas al Botànic. Especialmente combativo se mostró con la situación de la sanidad, el atasco en las licencias de las fotovoltaicas, la tasa turística o la falta de viviendas de protección oficial, y acusó al Ejecutivo valenciano de estar «cambiando derechos por despachos», en lo que calificó como «el Gobierno más caro de la historia de la Comunidad Valenciana», sin pasar por el alto el caso de los abusos a una menor por parte del exmarido de Mónica Oltra. No se quedó ahí, habló de «ocho partidos bloqueando y peleándose todos los días» y de sus «prejuicios ideológicos» en la sanidad y la educación, y acusó al Ejecutivo autonómico de no reivindicar ni de luchar por nada, poniendo el foco sobre todo en la financiación autonómica y en el agua. Dos temas claves en la agenda de la Comunidad Valenciana y, sobre todo, en la de la provincia de Alicante en la que, sin embargo, Alberto Núñez Feijóo pasó de puntillas. Se limitó a decir que, si llega a La Moncloa, «afrontaremos los debates nacionales», con mención expresa a la financiación y a que «haya agua para todos los españoles», pero sin profundizar mucho más.

En este contexto, Mazón reivindicó «el orgullo de valencianía, el orgullo de ofrendar nuevas glorias a España», y pidió el voto para poder impulsar su tan reiterada reforma fiscal con efectos retroactivos a 1 de enero de este año.

La economía, no en vano, y los impuestos estuvieron muy presentes a lo largo de toda la mañana, con referencias reiteradas a la subida de la luz, los carburantes, las hipotecas y la cesta de la compra. Ante ello, el propio Feijóo se mostró convencido de su fórmula, que, según resaltó, pasa por una bajada de impuesto, porque consideró que se puede apostar por una menor presión impositiva, recaudar más y mantener los servicios públicos. «Es nuestra receta económica, y se ha visto con Aznar y con Rajoy», terció.

Se volvía, de este modo, a reivindicar el pasado del partido, como ya ocurriera el día anterior. Sin embargo, en esta ocasión Rita Barberá sólo cobró protagonismo en el discurso de la alcaldable del PP por la ciudad de València y secretaria general de los populares valencianos, María José Catalá, encargada de abrir el acto. También ella hizo un llamamiento para que «vuelvan a casa» a los desencantados con el PP y, dirigiéndose a Mazón, le dijo: «Carlos, València es cosa tuya y mía. Ya sabes que tenemos una gran responsabilidad, porque València es el punto de transformación de toda España. El reto es convertir a València en una ciudad del PP». Todo en el marco de un discurso en el que volvió a autoproclamarse heredera de Rita Barberá, y se comprometió a nombrarla alcaldesa honoraria antes de que acabe 2023 y darle su nombre al puente de las Flores. Llamamiento a la unidad y a redirigirse al centro, y reivindicación del pasado, aderezado todo con un derroche de entusiasmo dirigido a empezar a movilizar a la militancia a tres meses y medio de las elecciones.