Camps se enfrenta a su segundo banquillo por la Gürtel

El expresidente de la Generalitat se somete hoy al interrogatorio de la Fiscal Anticorrupción en el último juicio de la trama | El Ministerio Público solicita para él 2 años y 6 meses de cárcel y 10 años de inhabilitación por los presuntos delitos de prevaricación y fraude a la administración

El expresidente Francisco Camps a su llegada a la Audiencia Nacional en una imagen de archivo

El expresidente Francisco Camps a su llegada a la Audiencia Nacional en una imagen de archivo / ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ

El expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, se sienta hoy por segunda vez en el banquillo de los acusados por la trama Gürtel. La primera fue en 2012 en el juicio por jurado en el caso de los trajes en el que fue absuelto por un jurado popular. En esta ocasión se enfrenta a un tribunal profesional, el de la sección segunda de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, que lo juzga desde el 23 de enero.

La Fiscalía Anticorrupción solicita para el presidente de la Generalitat de 2003 a 2011 una condena de 2 años y 6 meses de cárcel y 10 años de inhabilitación por los presuntos delitos de prevaricación y fraude a la administración. Junto a Camps se sientan en el banquillo otras 25 personas más, entre ellos los exconsellers Alicia de Miguel (Bienestar Social) y los de Sanidad Manuel Cervera y Luis Rosado. Además de los seis miembros de la trama Gürtel: Francisco Correa, Pablo Crespo, Álvaro Pérez «El Bigotes», Cándido Herrero, Isabel Jordán y Mónica Magariños.

Once años después la situación es muy distinta a cómo se afrontó aquel primer juicio de los trajes en el jurado popular del TSJCV. La vista que abrió jurisprudencia judicial fue la que juzgó los 5,6 millones en contratos que la trama Gürtel obtuvo de la Conselleria de Turismo entre 2005 y 2008, de los que logró 1,9 millones en beneficios. Esta primera sentencia fue relevante porque confirmó que la Gürtel se introdujo en la Generalitat «hasta el punto de que se había producido un desembarco, una sustitución de la administración por las empresas» del grupo Francisco Correa. Y porque avaló la instrucción iniciada por Baltasar Garzón y validó las grabaciones del exconcejal de Majadahonda, José Luis Peñas, que originaron la investigación policial en 2007 y judicial en 2009. Una decisión judicial «made in» València, ratificada por el Tribunal Supremo. Y que allanó el camino al resto de piezas de la trama Gürtel valenciana y madrileña. 

El Supremo también confirmó que la campaña electoral a la Generalitat que encabezó Camps en mayo de 2007 se hizo dopada con los 1,2 millones que se gastó Orange Market, con la ayuda de nueve contratistas condenados. Aunque el PP sólo declaró haberse gastado 175.000 euros. En este juicio Camps lo negó todo como testigo, pero la justicia condenó a sus escuderos Ricardo Costa y David Serra, que esquivaron la cárcel. La Audiencia Nacional también falló que la visita del papa facilitó 3,2 millones de mordidas en el contrato a la Gürtel por 7,4 para retransmitir la visita pontificia. 

En la última pieza valenciana en juzgarse once de los 26 acusados han reconocido los hechos y han señalado a la amistad de Camps con el director de Orange Market, Álvaro Pérez, como la facilitadora de los contratos que la trama consiguió en la administración valenciana. 

Durante el juicio, Camps ha protagonizado varios incidentes. El primero al enfrentarse al cabecilla de la trama, Francisco Correa, a quien reprochó con duras palabras su declaración inculpatoria. En el segundo acabó sentado en la primera fila (en las vistas siempre ocupaba los últimos asientos) tras denunciar el abogado de El Bigotes e Isabel Jordán que lo había llamado "miserable". Camps acabó cogiendo la toga para evitar sentarse en la primera fila del banquillo.

Desde que fue declarado "no culpable" por un jurado popular en 2012, Camps ha sido juzgado o investigado en cuatro causas (Valmor, construcción del circuito de Fórmula 1, la visita del papa y la Gürtel), según el cómputo realizado por Levante-EMV, que en todos los casos han acabado sobreseídas.