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Una Selectividad muy reducida

El número de alumnos en las pruebas, 1.180, baja un 33% con respecto a los de la recuperación del pasado año

Una Selectividad muy reducida

Una Selectividad muy reducida PILAR CORTÉS

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Una Selectividad muy reducida Sol Giménez

«Me presenté a la PAU en julio en mi colegio pero me cargaron y ahora vuelvo a hacer los exámenes pero en la Universidad y la verdad es que aquí estás más tenso, pero bueno, espero aprobar. Lo que pasa es que seguro que ya no quedan plazas en Criminología y me tocará apuntarme al grado online», explicaba ayer Guillermo Mozo, un alumno del CEU-Jesús María que junto a otros 1.179 jóvenes inició los exámenes de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) en las universidades de Alicante y Elche y sus sedes.

Son alumnos que, o bien suspendieron en la convocatoria ordinaria de julio o suspendieron alguna materia de segundo de Bachillerato o bien quieren intentar subir nota para entrar en el grado deseado. La pandemia obligó a que los que se presentaron a la prueba ordinaria de julio, 8.382 alumnos de la provincia, realizaran los exámenes en sus propios institutos y centros concertados para evitar aglomeraciones. Al ser menos estudiantes los que se presentan a la convocatoria extraordinaria -que ha vuelto a celebrarse el mes de septiembre después de dejar de hacerlo en 2012- la comisión gestora decidió que volviera a los campus. Así, las universidades han probado las medidas de seguridad en su primera llegada importante de alumnos antes de que comience el curso el próximo lunes.

Mascarilla obligatoria en las zonas comunes y las aulas durante los exámenes, geles hidroalcohólicos a la entrada de cada aula y el mantenimiento de la distancia de metro y medio entre alumnos marcaron el primer día de las pruebas, que se prolongarán hasta mañana con el mismo esquema que en julio. En la UA las pruebas se celebraron en los dos aularios, el I y el II, cuando en circunstancias normales se concentran en el II. Los alumnos encontraron señalizado en el suelo itinerarios delimitados hasta las aulas para evitar cruzarse entre ellos.

Pero el coronavirus no solo ha trastocado las fechas y las medidas de seguridad de la Selectividad, también sus notas y con ellas las posibilidades de acceder a los distintos grados. En esta convocatoria extraordinaria se han presentado 650 alumnos en la UA y 530 en la UMH. En julio pasado fueron 937 en la UA y 828 en la UMH, es decir, un 33% menos este año. La explicación a este descenso se encuentra en el incremento del número de alumnos que pudieron examinarse en julio tras acabar el curso online con la consigna de que todo lo realizado durante el confinamiento solo sirviera para mejorar la nota. A ello se une que quienes acudieron a las pruebas en julio obtuvieron las mejores calificaciones de los últimos diez años.

Estas variables se traducen en menos plazas a las que optar en la matrícula de septiembre en las universidades y los alumnos son conscientes de ello. El estudiante que hablaba al principio daba casi por imposible entrar en Criminología, uno de los grados con más demanda, y lo mismo le ocurre a Lucía Bellés, que se examinó en la UMH. La mayoría de los consultados tienen dudas sobre lo que podrán estudiar, pero muchos tienen plan B, tal y como les aconsejan los profesores y orientadores de sus colegios. A Daniel Carrasco le gustaría poder matricularse en Ingeniería Mecánica, pero ya tiene mirado en qué otros grados podría tener opción a entrar con vistas a cambiarse en segundo curso con algunas asignaturas convalidadas.

Y eso que, al menos del primer examen, el de Historia de España, todos los consultados salieron contentos. «Ha sido bastante más fácil de lo que me esperaba, he escogido la Guerra de la Independencia y creo que lo he hecho bastante bien», apuntaba tras el examen Carlos Moragues, del colegio CEU-Jesús María. Otra alumna, en este caso del IES Navarro Santafé de Villena, Laura Pardo, aseguraba que «ha caído lo que mejor me sabía, así que estoy muy contenta con cómo me ha ido». Las impresiones de varios compañeros más iban en la misma línea, destacando especialmente que «no han ido a pillar». Justo después se enfrentaban a las pruebas de Valenciano. Ya por la tarde contestaron a las preguntas de Economía, Biología o Artes Escénicas, en función de su itinerario formativo. Y cerraron la jornada con el examen de Física o Historia del Arte.

En lo que respecta a las medidas de higiene y seguridad para evitar el contagio entre los participantes en las pruebas de acceso en la UMH, ésta partía con la ventaja de que ya tenía experiencia en acoger exámenes presenciales en sus aulas, ya que la semana pasada tuvieron lugar los de recuperación de las asignaturas del primer cuatrimestre, los del segundo se mantuvieron en el formato online, y los correspondientes al acceso de los mayores de 25 años, que este sábado tendrán una segunda sesión.

Con el propósito también de garantizar la seguridad, los aforos de las aulas en el edificio Altabix del campus ilicitano se han reducido al 25%, lo que permite que se puedan asegurar las distancias entre unos estudiantes y otros. «Nos llama la atención que 122 alumnos que aprobaron en la convocatoria de julio se han presentado otra vez con la meta de subir sus notas», explicó ayer el coordinador de las pruebas de acceso a la UMH, Javier Gómez, quien siguió el desarrolló de los exámenes en directo para supervisar que se cumplieran los protocolos.

Como es habitual, en Elche se han presentado más mujeres que hombres a las pruebas, 286 por 244. La mayoría de los jóvenes proceden de Bachillerato, ya que solo 21 matriculados han completado un ciclo formativo de Grado Superior. En total son once los tribunales que se encargarán de examinar a los alumnos, divididos en siete distritos universitarios que se extienden de norte a sur de la provincia, coincidiendo con las localidades en las que la UMH tiene repartidas sus distintas sedes. En la UA son tres tribunales, dos en el campus de San Vicente del Raspeig y uno en la sede de Alcoy.

En cuanto al ambiente que se respiraba ayer en los pasillos de la UMH, los alumnos sumaban a los nervios habituales que presentan en la realización de este tipo de pruebas el estrés derivado de la situación sanitaria, concienciados de que no debían descuidar las precauciones para no llevarse un susto. Ataviados con la correspondiente mascarilla y utilizando los geles desinfectantes antes de entrar a las aulas igual que en la UA, algunos, sobre todo los que llevan gafas, expresaban su malestar por el hecho de que los cristales se les empañaban a la hora de hacer los exámenes. Antes de iniciar el segundo examen, los responsables recordaron a los alumnos que debían sentarse en el mismo lugar que en el anterior.

La mayor parte de quienes hablaron con este periódico se mostró convencido de que el confinamiento y las clases online no habían incidido demasiado en sus notas finales de Bachillerato y se mostraban expectantes por saber cómo será su primer año en la universidad.

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