Sin entrar a profundizar en datos y números que desvíen el mensaje de «aportar valor para un turismo de calidad» y reconociendo que el turismo gastronómico es uno de los más dinámicos y uno de los que más en alza está, ya que no deja de crecer constantemente, diremos que es obvio que cuando se mencionan en el mismo dialogo las palabras «turismo y gastronomía» se refiere a un turista o visitante el cual una de sus motivaciones en el momento de viajar es la gastronomía de la ciudad a visitar, su tradición y, sobre todo, conocer el producto local.

Para muchos visitantes, consumir tradición y ser partícipes de la cultura gastronómica local es una parte esencial de la experiencia turística, buscando los restaurantes que son referencia o los platos más típicos de la zona y aquí tenemos ya dos datos en positivo, ¡todos los turistas quieren vivir una experiencia en su visita que les quede en el recuerdo y todos ellos necesitan comer! Al margen de que existan distintos niveles económicos o culturales en el turismo gastronómico, todos tienen que comer. Atraer al turista no es trabajo fácil, pero nadie dijo que lo fuera y ponerse manos a la obra es tarea de cada negocio que esté vinculado a la gastronomía y/o el turismo, además del apoyo de una buena campaña de marketing muy importante si sabes hacia donde la debes enfocar.

El Plan de Turismo 2020 menciona la importancia de la gastronomía en el turismo nacional, destacando la restauración y el reconocido prestigio internacional de la dieta mediterránea. Además, el plan apunta que después de «sol y playa», la gastronomía es el siguiente rasgo que se identifica positivamente con España. Se recalca también que con la gastronomía, se pueden atraer perfiles de turistas diferentes que realizan un mayor gasto que el turista tradicional, y que además, desestacionalizan el turismo.

Empezamos con un punto clave y muy a tener en cuenta, y es el siguiente. De este turismo gastronómico del que hablamos, no sólo se beneficia a una ciudad, si no también a su entorno, incentivando así la economía local, desde la agricultura, la pesca, los restaurantes, cada proveedor y trabajador del sector gastronómico, todos ellos se benefician de este tipo de turismo que busca, generalmente, un mínimo de calidad en el producto.

Si cada ciudad, cada zona, cada negocio se parase a pensar en la importancia de este recurso y lo que puede aportar de manera individual para añadir valor a nivel global, encontraría algo que nos hace únicos, ya que ninguna ciudad de un país tiene algo igual al otro, se puede parecer pero las tradiciones son distintas, por ende la cultura gastronómica también lo es. Pocos son los negocios que toman cartas en el asunto buscando aprovechar este recurso adaptando su propuesta gastronómica para contar la historia de su ciudad a través de su cocina, y así atraer al turista visitante a su negocio, por que no nos olvidemos que los restaurantes son negocios y se trata de ser sostenible (por lo menos).

Como apunte tengamos en cuenta algunos países que después de haber sufrido condiciones de pobreza, como por ejemplo Vietnam o Camboya, han reconstruido su economía en gran parte gracias a la industria turística, siendo la gastronomía un elemento clave.

El turismo es ocio y entretenimiento, también es un acto cultural, un momento participativo relacionado con el contexto del entorno en cuestión. Hay que tener el concepto de que «la comida es cultura», comer un plato típico y beber vino local es una forma de entrar en contacto con la población local. El turista motivado por la gastronomía quiere vivir una experiencia irrepetible en cada una de sus visitas. Salir, llegar a su casa y contarlo. En definitiva: vivir una experiencia. Ganarse al visitante es fácil si se tiene un conocimiento claro y nítido de los recursos locales, producto, cultura y tradición, con eso es más que suficiente para tener unas bases que le permitan al sector servicios y distintas actividades como la restauración poder mejorar o al menos salir airosos sin morir en el intento, de esta forma, tras el trabajo y trato directo con el turista, este se marche con una sensación agradable y recomiende comer en la ciudad visitada, en el restaurante que haya vivido una mejor experiencia.

El turismo gastronómico puede venir derivado por el de negocios, por el familiar, por cualquier clase de visitante independientemente del propósito durante su visita. Lo qué sí hay que tener en cuenta es que dependiendo de ese propósito, es que el turista elegirá un lugar para comer u otro, ahí es donde entra en juego la estrategia de marketing del restaurante, hacia qué público se dirige y qué valor puede aportar para mejorar la experiencia del visitante.

Un valor añadido es afrontar la condición de que todos los restaurantes son pequeñas oficinas de turismo. Cuando sus colaboradores hacen de guías turísticos recomendando visitar un punto clave que no deben dejar pasar o cuando recomiendan otros restaurantes de la zona para visitar, el sector gastronómico representa una localidad, una cultura y del tema que hablamos, una tradición culinaria. Empatizar con el visitante es clave para fidelizarlo y entre en un vínculo directo con el restaurante, y es justo ese momento cuando se crearán emociones que hacen al visitante repetir y recomendar o por lo contrario no volver y crear un mal recuerdo en su memoria difundiendo su mala experiencia sin consideración, a través del boca a boca o vía internet, mediante las redes sociales o webs especializadas que cuentan con más de 500 millones de opiniones y comentarios de viajeros.

Tenemos que aprender a explotar bien todo el potencial de nuestro buen saber hacer. Nos gusta comer bien, saludable y variado, esa es una buena carta de presentación para romper el hielo con el turista, enseñarles a comer como nosotros lo hacemos, con buen producto local. La gastronomía española es muy rica y variada, posiblemente la más variada de Europa. Tal es el reconocimiento, que la gastronomía española está inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad bajo la denominación de la Dieta Mediterránea, la cual comparte con 6 países más (Portugal, Chipre, Italia, Grecia, Croacia y Marruecos). Otro ejemplo significativo del prestigio de la gastronomía española, en este caso en la alta cocina, es que España es el cuarto país en número de restaurantes con estrella Michelin.

La provincia de Alicante cuenta con todos los ingredientes que hemos resaltado anteriormente para ofrecer al cliente una experiencia gastronómica que no puede olvidar jamás. Debemos de cuidar al turista internacional, al nacional y al mismo residente. Debemos de cuidar nuestro producto que será el que genere un buen recuerdo.

La tapa es seña de identidad de la gastronomía y de la hostelería española

La tapa es una seña de identidad de España, tanto por su elaboración singular, en pequeñas y variadas porciones, como por la forma de consumirlas. Hechos que comunican los valores positivos de convivencia, diversión y forma de vida que nos identifican como país, según explica Turespaña. Y además, la gastronomía es un elemento esencial de la oferta turística en España. El propio término «tapa» es un concepto que nos identifica internacionalmente.

La cultura de las tapas, la diversidad regional, la dieta Mediterránea y el prestigio internacional de la alta cocina española liderada por chefs como Arzak, Ferrán Adrià, David Muñoz o Joan Roca hacen de España un destino atractivo para el turista gastronómico. Para el visitante que viene a disfrutar de nuestra gastronomía, las tapas son como la noria en el parque de atracciones, un festival de delicias donde el homenaje está servido y que le hará conocer la gastronomía local más representativa en pequeñas porciones.

Según la encuesta oficial Egatur, cerca de 9,5 millones de los turistas declaran que realizan algún tipo de actividad gastronómica (alta gastronomía, visita a bodegas, etc).

La estrategia de promoción de Turespaña

El Instituto de Turismo de España recuerda que «el turismo gastronómico es un elemento clave en la estrategia de promoción internacional del turismo, ya que constituye un producto prioritario y transversal del Plan Operativo anual».más de 1.500 años de historia