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Sistemas aumentativos de comunicación

En numerosos casos de D.C.S. existe el añadido de no poder hablar

Sistemas aumentativos de comunicación

La comunicación es una habilidad esencial para el ser humano. Cuando una persona se ve afecta de Daño Cerebral Sobrevenido (D.C.S.) puede llegar a encontrarse ante una situación difícil de afrontar. En numerosos de los casos de D.C.S., se suma al no poder mover el hemicuerpo derecho (brazo y/o pierna), el de no poder hablar. Es en estos casos, en los que nos vemos privados de poder expresar nuestras necesidades más básicas, pensamientos e inquietudes, es donde más apremia empezar la rehabilitación logopédica. Para ello, después de realizar una evaluación del estado real de la comunicación y del lenguaje del afectado tras el episodio, se realiza un programa individualizado de tratamiento para favorecer que la persona sea capaz de expresar e interactuar con su entorno.

En ocasiones, cuando no se puede verbalizar oralmente, es decir, manifestar mediante la voz lo que se está pensando, es necesario recurrir a los Sistemas Alternativos de Comunicación (S.A.C). Estas siglas, se corresponden con una serie de apoyos y estrategias diseñadas y adecuadas para facilitar que la persona pueda interactuar con su entorno.

Existen varios tipos de soportes técnicos, como pueden ser libretas o tableros de comunicación, comunicadores, ordenadores o tabletas que nos sirvan para compensar el trastorno que causa el no poder dialogar con normalidad tras el daño. Los hay con voz sintetizada, los hay con posibilidad de grabar nosotros mismos las palabras y expresiones frecuentes. Su uso y modelo vendrán dados de las capacidades de la persona, así como su destino y funcionalidad. Sus características tecnológicas, su diseño, tamaño y material van a depender de la edad, habilidades y recursos económicos de la persona a los que van dirigidos.

Se pueden adaptar al ámbito laboral, a sus preferencias de ocio y / o distintas necesidades que vayan surgiendo. Pueden programarse para diferentes tareas, como pedir ayuda para levantarse, decir que bien me ha sentado el paseo o para ir a comprar el pan a la panadería o unas entradas para el último estreno de cine.

Estas ayudas no son estáticas, sino que se van modificando y adaptando durante la evolución del tratamiento. En un primer momento las podemos utilizar para estimular la producción del Lenguaje oral, así como también nos refuerzan la estructura morfosintáctica y longitud de las oraciones. Van organizadas por categorías (sujeto, verbos, adjetivos, frases hechas). Paulatinamente y según la evolución iremos modelando o eliminando dichas ayudas.

La decisión de incluir estas ayudas en el tratamiento, no significa que no sigamos trabajando el habla. Implica que se pueda contar y entender desde el principio lo que necesite; tanto para el que dice, como para el que tiene que entender. Para ello se empieza con una serie de estrategias multimodales. Como puede ser el dibujo, en el caso de que no sea capaz de encontrar la palabra, o la escritura cuando no sea posible articular palabra. También hay que darle juego a nuestro lenguaje no verbal, los gestos que culturalmente aprendemos desde niños, o una simple pregunta cuya respuesta sea Si /No.

El papel de la familia para poder tener éxito en el uso de estos soportes es fundamental. Para ello es importante que sean partícipes y se entrenen en las estrategias de comunicación con las que trabajamos en terapia. Que sean conocedores de su funcionamiento y se impliquen en esta nueva manera de generar comunicación. Los logopedas asesoramos y animamos a que entrenen en casa para poder ir resolviendo las dificultades que puedan surgir a la hora de utilizar dichos apoyos. Los familiares son quienes nos van a dar información desde otra perspectiva para comprobar si el S.A.C. es funcional o no lo es. De esta manera, nos aseguramos la generalización de su uso en otros contextos y fomentar la interacción con otros interlocutores menos frecuentes. Es de vital importancia que la persona tenga la posibilidad de ser lo más autónoma posible, y que pueda tener experiencias satisfactorias cada día. Creando así, una retroalimentación positiva que estimulará y eliminará barreras en la comunicación.

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