Uno de los principales temores de las madres primerizas sobre el parto es cómo sobrellevar el dolor. Esta situación se produce a pesar de que en la última etapa del embarazo la mujer desarrolla una gran resistencia. Decidir si recurrir a la epidural o no es algo muy personal y que seguramente debe hacerse en el momento del parto, sobre todo en las primerizas, ya que es en ese intervalo cuando la mujer puede valorar hasta dónde puede soportar el dolor. La epidural se administra por medio de una inyección en la espalda. Este procedimiento adormece o causa una pérdida de la sensibilidad en la mitad inferior del cuerpo, lo que ayuda a disminuir el dolor de las contracciones durante el parto.

Ventajas de la epidural

  • La principal ventaja es el alivio del dolor, sin afectar a la madre ni al feto. Al mismo tiempo, permite disminuir la ansiedad de la madre.

Ino Fornet, anestesista del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda, explica que "la epidural permite tomar decisiones rápidas, lo que equivale en muchos casos a disminuir los riesgos para la madre y el bebé".

Los partos en los que se emplea la epidural se encuentran alrededor del 80% y de entre estas mujeres en un 75% de los casos la técnica analgésica de la epidural funciona bien.

Cuándo no se puede administrar la epidural

Estas buenas cifras no deben esconder algunas desventajas. La inyección no está indicada en algunos casos:

  • Ante posibles alteraciones en la coagulación de la mujer, cuando se toman medicamentos como la heparina.
  • Existencia de complicaciones asociadas al embarazo, como la hipertensión.
  • Haber pasado por una enfermedad que altera la inmunidad en el mes anterior (sarampión o tos ferina).
  • Procesos infecciosos en la piel que eleven el riesgo de trasladar gérmenes al organismo.
  • Tatuajes: Sólo en ocasiones puntuales impiden la aplicación de la epidural.

Entre las dudas más frecuentes sobre esta anestesia, las mujeres suelen preguntar si afecta al bebé. La respuesta es no, al contrario puede ser beneficiosa, ya que ayuda a disminuir en la madre el estrés. La duración del parto tampoco se ve afectada por la epidural, ni tampoco este pinchazo afecta a la lactancia.