Cuando una mujer se enfrenta a un cáncer de cuello de útero son miles las dudas y preocupaciones que inundan su mente, entre ellas cuál es la mejor terapia o tratamiento. Una de las opciones que aporta el doctor Rodolfo Díaz, ginecólogo Quirónsalud Torrevieja y Alicante, es la histerectomía, una cirugía en la cual se extirpa el útero.
El cáncer de cuello uterino consiste en la aparición y crecimiento de células tumorales en la parte baja del útero, que conecta con la vagina. La causa más importante en la aparición de este tumor es la infección por el virus de papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual.
Este tipo de cáncer es el segundo más frecuente en mujeres después del de mama en el mundo (con una incidencia de 604.127 casos nuevos en el año 2020) y el cuarto de todos los cánceres.
Concretamente, en España en el año 2020 se diagnosticaron 1957 casos nuevos de cáncer de cérvix, lo que representa aproximadamente el 3% de los tumores femeninos. La incidencia en España se puede considerar muy baja, con un descenso muy importante desde los años 60, aunque actualmente está estabilizada.
¿Cuál es la principal causa para visitar al ginecólogo?
La causa por la que una mujer visita normalmente al ginecólogo es para prevenir el cáncer de cuello de útero, al que se le puso nombre desde el principio de 1900 gracias a un célebre médico griego llamado George papanicolaou. El especialista vio que mediante la toma de células del cuello del útero y su posterior análisis se podía prevenir el cáncer de cuello de útero. A estas mujeres que tenían alteraciones en la citología se les indicaba una histerectomía, que consiste en la extirpación del útero.
“A día de hoy existen tres cánceres que se pueden diagnosticar de manera precoz”, afirma el doctor Rodolfo Díaz ginecólogo Quirónsalud Torrevieja y Alicante. Hace referencia al cáncer de mamá, el cáncer de colon y el cáncer de cuello de útero.
¿En qué situaciones se recomienda practicar una histerectomía?
Existen múltiples indicaciones por la cual una mujer debe quitarse el útero, “algunas son absolutas como puede ser el cáncer de cuello uterino, y otras son relativas, ya que se deben a patología benigna y el objetivo de operar una mujer con patología benigna es mejorarle la calidad de vida”, explica el ginecólogo.
Estas pacientes pueden acudir a la consulta por dolor, sensación de bulto en genitales o sangrado importante. “Si queremos ponerle nombre a esas patologías podemos indicar una histerectomía por miomas, adenomiosis, endometriosis, metrorragias funcionales, prolapso genital o cáncer”, puntualiza el especialista.
¿Cómo se realiza la extirpación del útero?
Las vías de abordaje para realizar una histerectomía pueden ser principalmente: laparotomía, qué es la apertura de la pared abdominal; y por otro lado laparoscopia, que es una técnica mínimamente invasiva en la que, a través de pequeños orificios de la pared abdominal, se realiza la intervención; y por último la vía vaginal, que consiste en el abordaje a través de la vagina.
El tipo de anestesia utilizado para la vía laparotomíca y laparoscópica es general, mientras que en la vía vaginal se puede utilizar una anestesia general o regional.
En cuento al tiempo de recuperación, éste depende de la vía de abordaje. “Si la vía es mínimamente invasiva o vaginal la paciente en dos semanas puede estar realizando una vida normal. Si es laparotomica posiblemente la recuperación dura un mes”, explica el doctor Martín.
¿Existen consecuencias físicas para la mujer tras una histerectomía?
“Una vez cumplido el deseo genésico y llegada de la menopausia, el útero ha terminado con su función fisiológica. Si existe indicación en estas mujeres para quitarle el útero, solo puede llevarle a una mejoría en la calidad de vida sin ningún tipo de consecuencia física”, asegura el doctor.
Seguimiento y control ginecológico después de la extirpación del útero
Después de una histerectomía se recomienda realizar ejercicios del suelo pélvico, así como mantener hábitos de vida saludable, realizar una dieta equilibrada y ejercicio.
En cuanto al seguimiento y los controles ginecológicos después de una histerectomía van a ir en función del motivo de esta operación. Si la histerectomía se ha realizado por algún proceso maligno, se sigue el protocolo específico de cada uno de ellos.
“Por ejemplo si operamos una mujer por un cáncer de cuello de útero deberemos de visitarle cada 3 o 4 meses durante los dos años siguientes a la intervención, luego cada 6 meses hasta los 5 años y posteriormente una vez al año. Si les cirugía ha sido realizada por un proceso un benigno, con una vez al año es más que suficiente”, señala el doctor Díaz
