La conjuntivitis vírica es una inflamación de la membrana transparente que recubre el exterior del ojo y el interior de los párpados, a la que conocemos como conjuntiva. Está originada por un virus y sus síntomas pueden llegar a ser muy molestos. En 8 de cada 10 casos, su presencia se asocia a los resfriados o a una infección de las vías respiratorias.

Más allá de los efectos pandémicos, el invierno es tradicionalmente tiempo de gripe. Pero, también, pueden aparecer virus que afecten directamente a nuestros ojos y nos generen molestias que dificultan la vida cotidiana, el trabajo o los estudios.

Síntomas de la conjuntivitis vírica

Algunos de esos síntomas se manifiestan a través del lagrimeo o la sensación de picor. Nuestros ojos se enrojecen y es posible que notemos esa molesta sensación que aparece cuando creemos que tenemos un objeto extraño en el interior del párpado. La preocupación crece cuando esas molestias se agudizan al entrar en contacto con luz y nos resultan poco menos que insoportables. Hasta tal punto que nuestra visión se hace más y más borrosa.

Todos estos síntomas deberían, por si mismos, dirigirnos hacia la consulta del oftalmólogo, según explica el doctor Enrique Chipont, director médico de Oftálica en Alicante. “Son síntomas plenamente compatibles con la conjuntivitis vírica”, destaca. Y requieren de un sencillo pero necesario tratamiento dirigido por un especialista.

¿Cómo afecta la conjuntivitis a la vida diaria?

De hecho, nuestras tareas más cotidianas como leer, fijar la vista para ver la televisión o mirar a alguien durante una conversación terminan por convertirse en un auténtico calvario.

El doctor Enrique Chipont explica que esta patología requiere de un sencillo pero necesario tratamiento dirigido por un especialista. Alex Dominguez

Además, explica el doctor Chipont, “son síntomas cuyos efectos resultan perfectamente perceptibles y detectables por nuestros interlocutores. También nos pueden generar otros problemas, como el incremento de la irascibilidad o los nervios a consecuencia de las molestias que producen”.

Los síntomas de la conjuntivitis pueden impedir a un estudiante desarrollar sus tareas diarias o dificultar la preparación de un examen. Más grave es el caso de quienes trabajan cotidianamente con ordenadores.

¿Cuál es la diferencia entre conjuntivitis vírica y bacteriana?

El origen está en un virus que pertenece a lo que los científicos y médicos denominan familia de los adenovirus y que no hay que confundir con la conjuntivitis bacteriana, generada por una bacteria, pues sus síntomas son distintos.

Esta última presenta una secreción amarillenta o verduzca que emana del ojo y, también, muy pegajosa. Esa secreción se ubica muy cerca del lagrimal.

La conjuntivitis vírica puede desaparecer en unos días, o no. Mientras que la conjuntivitis bacteriana no desaparece sin tratamiento y puede ocasionar graves daños en nuestros ojos. Ambas resultan muy contagiosas y, en el caso de la conjuntivitis bacteriana puede originar un síntoma nada agradable: el de notar cuando abrimos los ojos después de dormir, que nuestros párpados superior e inferior se han quedado pegados.

Los síntomas de la conjuntivitis pueden interferir en las personas que trabajan cotidianamente con ordenadores Freepik

En cualquiera de los dos casos resulta importante consultar con el especialista. Máxime, si nos encontramos ante una conjuntivitis vírica. En este caso, el problema puede traer consecuencias no deseadas porque el ojo seco o la blefaritis pueden aparecer asociados a una conjuntivitis vírica.

Qué hacer si tengo conjuntivitis

En el caso de que la persona afectada utilice lentillas resulta muy aconsejable no usarlas durante el tiempo de la infección. Tampoco, debemos olvidar que la conjuntivitis ya sea bacteriana o vírica es altamente contagiosa y nos obliga a llevar ciertas precauciones.

Por ejemplo, no es conveniente pedir prestadas las gafas a alguien que padece conjuntivitis. Su predisposición positiva siempre será dejárnoslas con la mejor intención, pero su consecuencia negativa es que podríamos contagiarnos. Tampoco es conveniente que nos sequemos con la misma toalla que alguien que sufra conjuntivitis. Ni utilizar el mismo algodón para los dos ojos.

También es conveniente que seamos cuidadosos en materia de prevención. Es bueno lavarse las manos con frecuencia, sobre todo si nos encontramos en lugares públicos o de frecuente contacto con otras personas. Si somos deportistas y nos gusta nadar en una piscina, es conveniente utilizar gafas de natación. Con ello, evitaremos que las microbacterias o los pequeños microorganismos se introduzcan en nuestros ojos.

El doctor Chipont aconseja acudir al oftalmólogo para evitar el contagio Alex Dominguez

Si no hemos podido evitar el contagio, el doctor Chipont aconseja acudir al oftalmólogo. El objetivo es, en este caso, detectar el problema, diagnosticarlo y darle el tratamiento adecuado.

Las clínicas oftalmológicas cuentan con todas las garantías de seguridad e higiene. Este es el caso de Oftálica, donde se siguen todas y cada una de las recomendaciones y directrices de las autoridades para seguridad de pacientes y de los equipos profesionales oftalmológicos.

Lo que no debemos hacer es dejarlo pasar. Porque, en ese caso, corremos el serio riesgo de que un problema fácilmente resoluble se convierta en una clara dificultad visual.