Puede decirse que el 80% de los hombres de 80 años tienen focos de cáncer de próstata pero la mayoría morirá con él y no por él, sin haber sido diagnosticados ni precisado tratamiento al ser en la mayoría de los casos un tumor de crecimiento lento. De esto se deduce que la detección temprana del cáncer de próstata no debe aplicarse a toda la población masculina y que se debe plantear según el riesgo de cada varón. Es poco probable que los hombres que tengan una esperanza de vida inferior a 10 años se beneficien de ser diagnosticados y tratados.

Varones de riesgo elevado

Los hombres que tienen un riesgo elevado de padecer un cáncer de próstata y pueden beneficiarse de un diagnóstico y tratamiento tempranos son:

  • Hombres mayores de 50 años y menores de 75
  • Hombres mayores de 45 años con antecedentes de cáncer de próstata en familiares de primer grado (ya sea maternos o paternos)
  • Hombres descendientes de africanos

La determinación de valor en sangre del antígeno prostático especifico (también llamado por las siglas PSA) es el punto de partida de la búsqueda activa de la existencia de un cáncer de próstata. Sin embargo, el PSA puede elevarse en múltiples situaciones que comprometan de algún modo a la próstata. El propio crecimiento benigno que presenta casi todo hombre a partir de los 40 años, procesos inflamatorios y procesos infecciosos además del cáncer de próstata son motivo de elevación de este llamado marcador tumoral. Surge así el problema de dilucidar cual es la causa de la elevación. Tampoco debemos olvidar que los valores límite de la normalidad varían con la edad.

El urólogo consultado puede estimar el riesgo de padecer un cáncer de próstata en base a diversas herramientas a partir de los valores de PSA determinados en un paciente. El cálculo de cociente de PSA, de su densidad, de su velocidad y el tiempo de duplicación son útiles para levantar fundada sospecha.

Junto con el PSA, el tacto rectal y la resonancia magnética nuclear son la base para decidir si realizar una biopsia de próstata con objeto de pasar del grado de sospecha al diagnóstico en firme.

Dr. Manuel Sánchez Marcos

La biopsia (toma sistematizada de muestras de tejido de la próstata) es una estimación de la presencia de cáncer de próstata en un varón. Dependiendo de los criterios usados en la toma de la decisión de hacer la biopsia y de la técnica usada en su realización, la biopsia será positiva y confirmatoria de la presencia de cáncer en un 25 a un 35 % de los casos.

Si resulta negativa no lo descarta de modo absoluto (puede existir un foco tumoral pequeño no detectado), sólo se puede afirmar que no se ha demostrado la presencia de tumor maligno.

Si el diagnóstico de cáncer de próstata es un reto, una vez se tiene confirmado el diagnóstico se plantea la decisión de si tratar y, en su caso, cuál es el tratamiento mejor para un determinado paciente. No todos los cánceres de próstata son iguales El tumor debe ser categorizado en un grupo de riesgo, es decir, se debe contestar a la pregunta de cuánto riesgo tiene ese tumor en concreto para la vida de un hombre. Después se debe contextualizar en un paciente determinado contestando a la pregunta de si es necesario tratar y qué tratamiento es el más conveniente para ese paciente.

Es poco probable que los hombres que tienen una esperanza de vida inferior a 10 años se beneficien del diagnóstico (que implica sufrimiento por la incertidumbre y sometimiento a pruebas diagnósticas) y de un tratamiento con intención curativa (que supondrá efectos secundarios con merma de la calidad de vida en aras de aumentar la esperanza de vida). Como se ha mencionado antes, muchas veces no estará indicada la búsqueda activa de cáncer de próstata en varones por encima de los 70 a 75 años que tengan una salud comprometida por enfermedades que estén ya precisando tratamiento.

Cómo es el tratamiento de cáncer de próstata

El tratamiento del cáncer de próstata dependerá en primer lugar de si está localizado o extendido. En hombres con tumor localizado es posible una terapia con intención curativa, bien sea cirugía o radioterapia. La elección de una u otra dependerá de las características del tumor y estado de salud del paciente.

Llegados a este punto, el enfermo, convenientemente asesorado sobre las opciones ofertadas, elegirá según sus preferencias puesto que en líneas generales ni la cirugía ni la radioterapia son una mejor que otra ni están exentas de efectos secundarios ni de posibles complicaciones.

La biopsia es una estimación de la presencia de cáncer de próstata en un varón

En los casos con cáncer extendido por existir metástasis, el tratamiento, que será con intención paliativa, está basado en terapia hormonal y quimioterapia. Para quienes sufren un fallo de la terapia inicial con intención curativa y para los pacientes que presentan metástasis existe la posibilidad de terapias de rescate escalonadas que en la mayoría de los casos lograrán aumentar la supervivencia en años con aceptable calidad de vida.

El cáncer de próstata se presenta como un reto para el médico que diagnostica, para el paciente y el médico cuando deciden juntos la mejor opción de tratamiento y para la sociedad que debe optimizar los recursos que dedica a esta patología.  

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