La práctica de deporte contribuye positivamente al tratamiento de las enfermedades reumáticas
Rafael Belenguer
La práctica de ejercicio físico contribuye de manera positiva y beneficiosa al tratamiento de las enfermedades reumáticas. Los estudios científicos realizados así lo demuestran. Debemos ser plenamente conscientes de que el deporte se convierte en un aliado perfecto, y casi diría que estratégico, como tratamiento complementario a la hora de abordar el posible tratamiento de una enfermedad reumática.
Cada 6 de abril se celebra el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, y desde la Sociedad Valenciana de Reumatología queremos aprovechar la realización de esta efeméride para centrarnos en la visión del deporte como una práctica que puede ayudar de forma efectiva a mejorar la salud de las personas, más allá de ser un elemento que además cohesiona el desarrollo de la sociedad. El deporte, en general, puede ser beneficioso en el tratamiento de cualquier enfermedad, no solo en el caso de las enfermedades reumáticas.
El binomio deporte y salud no solo ayuda al tratamiento de las enfermedades reumáticas, sino que además permite prevenir la aparición de determinadas enfermedades. Sabemos que la práctica de ejercicio físico mejora la calidad del músculo, las articulaciones y los huesos, algo esencial cuando hablamos de tratar determinadas enfermedades reumáticas como la artritis, la osteoporosis, la espondilitis anquilosante, entre otras muchas.
En concreto, la práctica de deporte favorece el acondicionamiento muscular y la flexibilidad de la musculatura. También ayuda igualmente a incrementar la fuerza de los músculos y la masa ósea, así como a mejorar el estado de las articulaciones. Existen estudios que afirman que por cada incremento del 1% de cantidad mineral ósea obtenidos gracias a la actividad física se puede generar hasta un 12% de la resistencia ósea, lo que permite fortalecer los huesos.
Todos estos aspectos son fundamentales para poder tratar el fortalecimiento del sistema musculoesquelético, que puede verse especialmente afectado debido a la incidencia de algunas enfermedades reumáticas. Pero además de los beneficios que guardan relación con la cuestión física, también hay una vertiente muy importante que no debemos olvidar y que tiene que ver con la salud psíquica. Y es que practicar ejercicio hace que los niveles de ansiedad y depresión disminuyan y, por tanto, mejore el estado de ánimo del paciente.
La enfermedad reumática no debe suponer un impedimento para la práctica deportiva, aunque según el estado de cada paciente se debe adaptar la intensidad del ejercicio y el tipo de ejercicio que se practica en cada caso. Ante cualquier duda sobre qué tipo de ejercicio puede ser más beneficioso para nosotros siempre resulta conveniente consultar con un reumatólogo o reumatóloga, ya que estos profesionales podrán orientar al paciente y aclarar sus dudas. Mañana que se celebra el Día Internacional del Deporte recordemos que el ejercicio físico supone una buena herramienta para avanzar en la prevención y en el tratamiento de las enfermedades reumáticas.
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