Constantemente, las personas estamos expuestas a fuentes naturales de radiación. De acuerdo con las estimaciones recientes, una persona promedio recibe una dosis efectiva de aproximadamente 3 mSv por año de radiación natural, que incluye radiación cósmica del espacio exterior. “Estas “dosis de fondo” naturales varían de acuerdo con el lugar donde se vive”, puntualiza el Dr. Joan Giménez, del Departamento de Diagnóstico por la Imagen de Clínica Corachan.

Las personas que viven en altas altitudes reciben aproximadamente 1,5 mSv de más por año que aquellas que viven cerca del nivel del mar. Un viaje de ida y vuelta en avión de costa a costa es equivalente a aproximadamente 0,03 mSv, debido a la exposición a los rayos cósmicos. La mayor fuente de radiación de fondo proviene del gas radón en nuestras casas (aproximadamente 2 mSv por año). Al igual que con otras fuentes de radiación de fondo, la cantidad de exposición al radón varía ampliamente dependiendo de donde uno vive.

En el caso de una radiografía de tórax en un adulto, según explica el Dr. Giménez, emite una cantidad de radiación (0,1 mSv) casi igual a 10 días de radiación natural de fondo a la que todos estamos expuestos en la vida diaria.

Con los equipos actuales de TC (Tomografía Computarizada), la dosis en un estudio habitual de cerebro está alrededor de 1,6 mSv (7 meses de radiación natural de fondo), 8 mSv en un TC de tórax convencionalo hasta 15 mSv en un TC abdominal y pélvico con adquisiciones múltiples sin y con contraste (5 años de radiación natural). Un TC de baja dosis para detección temprana del cáncer de pulmón está alrededor de 1,5 mSv (frente a los 8 mSv de promedio del TC tórax multidetector convencional). El TC de baja radiación, como veremos, se utiliza más que nada para detectar cáncer de pulmón y alguna otra enfermedad pulmonar.

Riesgo relativo

En general, la mayoría de los procedimientos por imágenes tienen un riesgo relativo bajo. El riesgo asociado con los procedimientos de toma de imágenes médicas se refiere a los posibles efectos secundarios a corto y largo plazo. Los hospitales y los centros de imágenes aplican los principios de ALARA (As Low As Reasonably Achievable – tan baja como sea posible). Esto significa que se hacen todos los esfuerzos posibles para disminuir el riesgo de radiación para obtener una imagen de calidad suficiente para realizar el diagnóstico. Es importante recordar que una persona se encuentra en riesgo si el médico no puede diagnosticar precisamente una enfermedad o lesión. Por lo tanto, se puede decir que el beneficio de la toma de imágenes médicas para un diagnóstico preciso es más grande que el pequeño riesgo que causa su utilización.

Un TAC (Tomografía Axial Computarizada), -o TC, pues las imágenes con los equipos actuales ofrecen toda dimensión, no solo la axial- utiliza los rayos X para ayudar a detectar múltiples enfermedades y condiciones. La exploración por TC es rápida, indolora y precisa, y no es invasiva. En casos de emergencia, puede identificar lesiones y hemorragias internas lo suficientemente rápido como para ayudar a salvar vidas.

Las imágenes por TC de los órganos internos, huesos, tejidos blandos o vasos sanguíneos brindan mayores detalles que los exámenes convencionales de rayos X. Con ellas los radiólogos pueden diagnosticar afecciones con más facilidad, por ejemplo, cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades infecciosas, trastornos musculoesqueléticos o traumáticos…

Un examen por rayos X convencional dirige una pequeña cantidad de radiación a través de la parte del cuerpo que está siendo examinada. Se capturan las imágenes con una placa de detectores especial para registro de imágenes digitales. Los huesos aparecen blancos en los rayos X. Los tejidos blandos tales, como el corazón y el hígado, se ven en gamas de grises. El aire aparece de color negro.

En el caso de la exploración por TC, varios haces de rayos X y un conjunto de detectores electrónicos de rayos X rotan alrededor del paciente. Miden la cantidad de radiación que se absorbe en todo su cuerpo. A veces, la mesa de examen se moverá durante la exploración. Un programa especial informático procesa este gran volumen de datos para crear imágenes transversales y bidimensionales del cuerpo. El sistema despliega las imágenes en un monitor. Las imágenes por TC a veces son comparadas con la observación del interior de un pan cortándolo en rodajas finas. Cuando el programa de computación pone todas las rodajas juntas, el resultado consiste en una visualización multidimensional muy detallada del interior del cuerpo. Gracias a la obtención de múltiples rodajas en una sola rotación, como se logra en la actualidad, se obtienen más detalles y más rápido, explorando amplios sectores del cuerpo en tan solo unos segundos.

Para los niños, el radiólogo ajustará la técnica de exploración por TC al tamaño del niño y al área de interés para reducir la dosis de radiación. Muchos de los exploradores son lo suficientemente rápidos como para explorar a los niños sin sedación. Sí que la necesitarán casos especiales como niños que no se pueden quedar quietos, pues el movimiento podría hacer que las imágenes sean borrosas y que se degrade su calidad.

Si el examen requiere utilizar un material de contraste, este sería ingerido, inyectado por vía intravenosa (IV) o, en raros casos, administrado por medio de un enema.

No hay contraindicaciones para realizar un TC, pero en mujeres gestantes precisa de una correcta justificación individualizada de su indicación. En caso de ser necesaria su realización debe optimizarse el procedimiento para minimizar la dosis fetal.

No existe evidencia de que la pequeña cantidad de radiación emitida por una exploración por TC cause cáncer. Grandes estudios poblacionales han mostrado un leve incremento del cáncer debido a la exposición a cantidades de radiación mucho más elevadas, tales como las de la radioterapia. Por lo tanto, siempre existe la preocupación de que este riesgo también pueda extrapolarse a las cantidades de radiación más bajas emitidas durante un examen de exploración por TC. El médico del paciente y el radiólogo deben valorar los beneficios de la exploración por TC en cada paciente, y si existen métodos alternativos de toma de imágenes para diagnosticar la condición del paciente.

Debido a que los niños son más sensibles a la radiación, se les debe someter a un examen por TC únicamente si es fundamental para realizar un diagnóstico. Siempre deben hacerse con la técnica de dosis baja y no se les debería hacer exámenes por TC en forma repetida a menos que fuese necesario.

Se puede hacer un TC en cualquier zona del cuerpo, pero según la sospecha clínica puede estar más indicada otro tipo de exploración radiológica como la radiología simple, la ecografía, la resonancia magnética, pruebas de medicina nuclear u otro tipo de exploraciones.

TC de baja radiación (TCBD)

La tomografía computarizada de dosis baja, también llamada LDCT (Low Dose CT), TC de dosis baja y tomografía computarizada de baja dosis (TCBD), utiliza menor kilo voltaje y mili amperaje que los estudios convencionales. Ello disminuye sensiblemente la calidad de las imágenes, y puede por tanto dificultar la detección de algunas anomalías. El TCBD se utiliza desde hace aproximadamente 10 años básicamente para estudiar el pulmón, como herramienta diagnóstica de imagen en algunas enfermedades pulmonares prevalentes como el cáncer de pulmón en pacientes fumadores. Actualmente en Estados Unidos la Preventive Services Task Force recomienda la detección anual del cáncer de pulmón con LDCT en adultos de 50 a 80 años que tienen un historial de tabaquismo de 20 paquetes por año y que actualmente fuman o han dejado de fumar en los últimos 15 años.

En España se está actualmente estudiando la factibilidad de poner en práctica el cribado de cáncer de pulmón con TCBD.

La SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) defiende que se implante el cribado del cáncer de pulmón en España, al ser esta una enfermedad muy prevalente, altamente mortal y porque la evidencia científica apoya la aplicación de estos programas en Europa. Los dos estudios randomizados más importantes realizados hasta ahora en Europa, el estudio MILD, liderado desde Italia, y el NELSON, desde Bélgica, han demostrado una reducción de un 26% de la mortalidad tras diez años de seguimiento a casi 16.000 individuos.

El cáncer de pulmón y bronquios es el más mortal en España, según los últimos registros disponibles. La mortalidad por cáncer de pulmón en Europa sigue aumentando, según datos del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) recabados de un reciente estudio de la European Society for Medical Oncology (ESMO). Según este estudio, la mortalidad ha bajado un 10% en hombres desde el año 2015, pero está aumentando de forma preocupante en mujeres. El principal factor de riesgo para desarrollar cáncer de pulmón es el tabaquismo, aunque existen otras causas que pueden favorecer su desarrollo, como la exposición al radón siendo este el segundo factor de riesgo.

Por la menor calidad de las imágenes del TC de baja dosis no es una técnica utilizada de forma generalizada, ya que no permite detectar la mayoría de las patologías no pulmonares. Actualmente el TCBD tan sólo se utiliza en los estudios torácicos de pacientes fumadores para detección precoz del cáncer de pulmón, y en algunos casos para seguimiento de nódulos pulmonares incidentales, enfisema pulmonar o de enfermedades infecciosas pulmonares.

En todo el resto de los estudios de TC multidetector siempre se utiliza la menor dosis posible para obtener una imagen de suficiente calidad diagnóstica, especialmente en niños se disminuye al máximo el nivel de radiación.

Según la indicación de lo que clínicamente el médico sospecha, siempre que sea posible se utilizan exploraciones como la Ecografía o la Resonancia Magnética, ya que estas técnicas no utilizan radiación. Pero cuando es necesario es seguro hacerse un TC.

Controversia

En todos los centros se deben aplicar los criterios ALARA, y actualmente por ley se requiere el registro de la dosis de radiación que ha recibido el paciente en cada estudio radiológico.

Algunos estudios discuten estos criterios y abogan por hacer el TC con la mayor calidad diagnóstica posible para detectar el motivo de la sospecha clínica del paciente, remarcando que es mucho mayor el beneficio que reporta el diagnóstico precoz de enfermedades o lesiones frente al mínimo riesgo que pudiera causar su utilización. Tal riesgoen ocasiones es aleatorio en relación con mutaciones cromosómicas y no claramente ligado a la dosis total de radiación recibida.

Investigación

La velocidad a la que avanza la tecnología de TC no tiene precedentes en el campo de las técnicas de imagen en medicina. Primero se pasó de la tecnología secuencial “corte a corte” a la helicoidal, y cada vez los equipos tienen más filas de detectores, con lo cual son cada vez más rápidos, pudiendo obtener muchas más imágenes por cada rotación del tubo. Actualmente se necesitan tan sólo unos segundos para realizar una exploración completa de la cabeza a los pies. Han ido surgiendo nuevas tecnologías como el TC de doble fuente, el TC de haz cónico, y también se está ahora implementando la tecnología espectral. La inteligencia artificial va a ser muy útil en la adquisición de imágenes, acelerando los flujos de trabajo y permitiendo un diagnóstico más preciso.