Por mucho que parezca que la pandemia ya es historia y que la COVID-19 ha pasado a ser una enfermedad de escasa gravedad, lo cierto es que sigue matando a miles de personas en el mundo. Decenas y decenas cada semana en España.

Y aunque no se ha hecho pública una estadística fiable, todos los expertos y sanitarios coinciden en afirmar que la mayoría de los muertos son personas sin vacunar.

Por eso hay tantos grupos de investigación que siguen trabajando en una manera de hacer más fácil y asequible la vacunación.

Y por eso son muchos los que buscan además nuevos tipos de inoculación. Sobre todo para evitar el rechazo generalizado a las inyecciones.

Aprobada una versión inhalada de la vacuna

En ese contexto se está abriendo un camino importante la investigación para encontrar vacunas que se administren como un aerosol para la nariz o unas gotas o pastillas para la boca.

Esta misma semana, una versión inhalada de una vacuna COVID-19, producida por la empresa CanSino Biologics en Tianjin, acaba de ser aprobada para su uso como dosis de refuerzo en China.

Pero ésta es solo una de las más de 100 vacunas orales o nasales que se están desarrollando en todo el mundo. 

Vacunas mucosas COVID-19, una esperanza de futuro a corto plazo FRANK MERIÑO

¿Podríamos estar hablando, por fin, de vacunas esterilizantes?

Una de las más importantes aportaciones que podrían tener estas vacunas es la posibilidad de detener rápidamente el virus, antes incluso de que se propague. 

Lo lograrían “poniendo” las células inmunitarias en las delgadas membranas mucosas que recubren las cavidades de la nariz y la boca, por donde el SARS-CoV-2 entra en el cuerpo.

Y aunque todavía no hay datos suficientes, los científicos tienen la esperanza de que prevengan incluso los casos leves de enfermedad y bloqueen la transmisión a otras personas, logrando lo que se conoce como inmunidad esterilizante.

De momento, la evidencia en animales respalda la idea de que se puede inducir inmunidad esterilizante contra la COVID-19, pero todavía no hay suficientes datos en humanos para corroborar esa afirmación. 

En cualquier caso merece la pena intentar comprender cómo funcionaría este gran avance en la lucha contra la COVID-19, y la prestigiosa revista Nature publica un artículo explicando qué significan estos nuevos descubrimientos.

¿Por qué las vacunas mucosas podrían ser más eficaces?

La mejor manera de explicarlo comienza por recordar cómo funcionan las vacunas que casi todos nos hemos inyectado y que si bien reducen la gravedad y previenen la hospitalización… no bloquean la enfermedad leve ni evitan el contagio.

Una de las razones fundamentales, según Nature, podría estar en que se inyectan en el músculo.  Y explica:

Las inyecciones intramusculares provocan una respuesta inmunitaria que incluye:

  • Células T, que destruyen las células infectadas
  • Células B, que producen anticuerpos que "neutralizan" a los patógenos, uniéndose a ellos para evitar que entren en las células sanas. 

Pero estas células y anticuerpos que circulan a través del torrente sanguíneo, no llegan suficientemente rápido a la nariz y los pulmones. En el tiempo que tardan en viajar allí, el virus se propaga y la persona infectada enferma.

Con esta nueva versión, sin embargo, las vacunas mucosas también pueden activar células inmunitarias en el tejido mucoso de la nariz y las vías respiratorias. 

Y tal y como dice Benjamin Goldman-Israelow, médico científico de la Escuela de Medicina de Yale en New Haven, y recoge la propia revista Nature:

  • “Estas células localizadas actúan como centinelas en el sitio de la infección y pueden actuar mucho más rápido”.

Irán dio su aprobación de emergencia a la vacuna en octubre de 2021, y se han entregado al menos cinco millones de dosis

¿Cómo son las nuevas vacunas?

Los investigadores están probando vacunas mucosas como primeras dosis para personas no vacunadas y como refuerzos para quienes ya recibieron vacunas contra el COVID-19. 

Algunas vacunas mucosas son idénticas a las vacunas inyectadas, y la diferencia es solo que se administran como líquido o gotas por la nariz. 

Sería el caso, por ejemplo, de la vacuna de CanSino, recién aprobada en China.

Es la misma que la inyectada, pero se envasa en aerosoles y se inhala por la boca con un nebulizador a una quinta parte de la dosis de la versión inyectada. 

También está en desarrollo alguna que se ingiere en forma de píldoras.

¿Existen ya otras vacunas mucosas?

Algunas vacunas mucosas ya están aprobadas para otras enfermedades, incluida una vacuna en aerosol contra la gripe.

Hay al menos nueve vacunas mucosas aprobadas para su uso en personas, contra patógenos que incluyen poliovirus, la gripe y el cólera. 

Ocho de estas vacunas se toman por vía oral y una, la que es contra la gripe, se administra por vía intranasal.

La vacuna oral contra la poliomielitis, que induce inmunidad en el intestino, tiene un gran éxito y se acerca a lograr una inmunidad esterilizante. Sin embargo, en casos raros, esta vacuna viva atenuada muta y causa enfermedades. 

Pero no siempre han tenido tanto éxito las vacunas mucosas.

Unas veces porque no logran generar una respuesta inmune lo suficientemente fuerte.

En otras ocasiones, porque desencadena efectos secundarios. 

Este último sería el caso de la vacuna intranasal de Berna Biotech, contra la gripe. La empresa suiza la retiró del mercado en 2001, después de descubrir que aumentaba el riesgo de parálisis facial temporal.

Un precedente menos esperanzador

ES indudable que sobre las vacunas mucosas hay más noticias positivas que negativas. Pero existe una realidad que proyecta una pequeña sombra de duda sobre lo que pueda ocurrir.

Se trata de FluMist, una vacuna intranasal viva atenuada, contra la gripe, que está aprobada en los Estados Unidos y Europa. Y que está probado que supera a la versión intramuscular, sobre todo en niños pequeños.

Incluso a los adultos también les puede resultar más conveniente “tomar” una vacuna por la nariz, en lugar de inyectarla. 

Pero FluMist no ha funcionado tan bien con ellos.

La razón se cree que es porque los contactos que los adultos hayan tenido durante su vida con el virus influenza puede haberles hecho desarrollar cierta inmunidad. Y eso podría bloquear la vacuna atenuada para que no infecte las células nasales, o incluso eliminarla antes de que tenga la oportunidad de hacer su trabajo.

La cuestión ahora es que los investigadores aún no saben si este problema también podría afectar a las vacunas intranasales contra la COVID-19.

¿Estarán disponibles pronto?

Según Airfinity, una compañía de análisis de salud en Londres, se están desarrollando alrededor de 100 vacunas COVID-19 mucosas en todo el mundo. 

Alrededor de 20 de ellas están ya en la fase de ensayos clínicos en humanos.

De estas, al menos cuatro, una en India, otra en Irán y dos en China, están ya probando la seguridad y los resultados en comparación con otras vacunas. 

Irán dio su aprobación de emergencia a la vacuna en octubre de 2021, y se han entregado al menos cinco millones de dosis al Ministerio de Salud. Pero el instituto aún no ha publicado datos sobre su eficacia en humanos.

También se dice que Rusia ha aprobado una vacuna mucosa para su mercado, pero no ha publicado datos.

En cualquier caso, las vacunas mucosas contra la COVID-19 constituyen una noticia esperanzadora que ojalá se confirme.