Los avances en investigación sobre el cáncer de mama han permitido que la tasa de supervivencia se sitúe en el 90%. Pero la prevención sigue siendo fundamental. Así que saber cómo auto explorarse puede ser muy útil para detectar problemas y actuar con rapidez.

En función de en qué tipo de células se origine el tumor, hay diferentes tipos de cáncer de mama:

  • Carcinoma lobulillar: Se origina en los lobulillos de la mama, las glándulas encargadas de producir leche.
  • Carcinoma ductal: Es el tipo de cáncer más diagnosticado y se produce en los conductos mamarios.
  • Cáncer de mama inflamatorio: Es poco frecuente y los síntomas pueden ser hinchazón de la mama, piel de color rojizo o morado, y formación de hoyuelos.
  • Enfermedad de Paget de seno: Afecta a la piel del pezón y la areola.

Archivo - Sufrir un cáncer de mama predispone a desarrollar un cáncer ginecológico, según un estudio WEBPATHOLOGY. VISUAL SURVEY OF SURGICAL PATHOLOGY

¿Qué debemos buscar?

Los síntomas más frecuentes en el diagnóstico del cáncer de mama según señala GEICAM son:

  • Un bulto o nódulo de reciente aparición, que se palpa y que puede ser o no doloroso.
  • Cambios en la piel de la mama como la aparición de ulceraciones, de hoyuelos, cambios de color, rugosidades o enrojecimiento (piel de naranja).
  • Cambios en la forma o el tamaño de alguna de las mamas, o que el borde o silueta de la mama sea irregular.
  • Cambios en el pezón como su inversión o retracción, es decir, el pezón se dirige hacia dentro de la mama, apareciendo como hundido. También la aparición de una úlcera que tarda en cicatrizar o de secreción a través del pezón que contiene sangre o solamente se produce en una de las mamas.
  • Un bulto o nódulo que se palpa en la zona de la axila
  • Fijación del tejido de la mama en el tórax que puede apreciarse por una disminución en la movilidad de la mama al levantar el brazo del mismo lado.

¿Cuándo hay que mirarse?

Una vez que sabemos qué buscar, la siguiente cuestión sería cuándo realizar la autoexploración, ya que los cambios hormonales provocan modificaciones en el tejido mamario que pueden llevarnos a error. Así que escoger el momento ideal para observar el pecho es importante.

La Organización Colegial de Enfermería facilita algunas claves sobre el mejor momento para observar nuestras mamas.

  • La autoexploración se debe realizar mensualmente a partir de los 20 años.
  • Antes de la llegada de la menopausia, lo mejor es hacerlo en la semana posterior a la menstruación.
  • Una vez que la mujer ha entrado en la menopausia lo mejor es establecer un día fijo cada mes.
  • También es conveniente autoexplorarse durante el embarazo.
  • Durante la lactancia materna, el mejor momento será después de las tomas.

¿Cómo auto explorarse visualmente?

Lo primero es realizar una exploración visual de los pechos. Y habrá que adoptar varias posiciones que nos permitirán observar mejor el pecho en busca de anomalías.

  1. Ponte ante un espejo, sentada o de pie, con los brazos en los costados.
  2. Mira con atención en busca de arrugas, hoyuelos o alteraciones en el tamaño, la forma o la simetría.
  3. Comprueba si los pezones están hundidos.
  4. Vuelve a mirar tus pechos mientras haces presión con las manos sobre tus caderas.
  5. Ahora vuelve a inspeccionar detenidamente tus senos pero con los brazos levantado sobre la cabeza y las palmas de las manos presionando una sobre otra.
  6. Levanta las mamas y fíjate en si los pliegues de la base son simétricos.

Imagen de archivo de una mamografía HM DELFOS - Archivo

¿Cómo palparse los pechos?

El siguiente paso, muy importante, es realizar una inspección táctil.

Para ello utilizaremos las manos, y lo haremos en dos situaciones diferentes:

  • Recostada. Échate boca arriba sobre una cama o cualquier otra superficie plana. Al hacerlo verás que el tejido mamario se desparrama y se vuelve más delgado, por lo que resulta más fácil de palpar.
  • En la ducha. Enjabona los dedos y las mamas para que los dedos se deslicen más suavemente sobre la piel.

Tanto en una como en otra posición, estos son algunos consejos generales para saber cómo hacerlo.

Utiliza siempre las yemas de los tres dedos del medio, no las puntas de los dedos. Si tienes dificultad para palpar con la yema de los dedos, utiliza otra parte de la mano que sea más sensible, por ejemplo, la palma o el dorso de los dedos.

Ve variando la presión con la que palpas. El objetivo es sentir diferentes profundidades de las mamas al emplear niveles de presión distintos para palpar todo el tejido mamario.

  • Presión ligera para palpar el tejido más próximo a la piel
  • Presión media para palpar un poco más profundo
  • Presión firme para palpar el tejido más próximo al tórax y a las costillas.

Asegúrate de utilizar todos los niveles de presión antes de pasar a otra zona. Si no estás segura acerca de cuánta presión debes ejercer, habla con tu médico o con el personal de enfermería.

  • No tengas prisa: Examinar los pechos con calma, atención y detenimiento es fundamental, y hay que emplear el tiempo que sea necesario.
  • Asegúrate de que has examinado la mama completa: Para ello, lo más recomendable es seguir un patrón utilizando una técnica metódica. Por ejemplo, comienza cerca del esternón y examina esa sección moviendo los dedos hacia el pezón. Luego mueve los dedos hacia la siguiente zona como si lo hicieses con cada hora de un reloj.

Como consejo práctico, resulta más cómodo hacer la exploración con la mano contraria al pecho que exploramos tanto superficial, como con más profundidad, mientras intentamos localizar bultos o nódulos.

Por último, es conveniente apretar suavemente los pezones para observar si se produce algún tipo de secreción.

Ante cualquier signo de alarma, es esencial pedir cita con el ginecólogo que realizará las pruebas diagnósticas necesarias.

Una médica con el lazo por el Día Contra el Cáncer de Mama TRANSGRANCANARIA SWE

¿Cuándo debemos preocuparnos?

Lo primero que debemos saber es que muchas mujeres se detectan bultos o cambios en las mamas. Y en la mayoría de los casos son cambios normales que se producen en varios puntos de los ciclos menstruales.

Por eso, detectar un cambio o un bulto en el pecho no es razón para entrar en pánico.

Y también es bueno saber que no es raro que aparezca una rugosidad firme a lo largo de la parte inferior de cada mama. Y que el aspecto y el tacto de las mamas cambiará a medida que cumplimos años.

En cualquier caso, insistimos, es bueno consultar al ginecólogo todo lo que descubramos. Especialmente si encontramos:

  • Un bulto o nódulo duro cerca de la axila
  • Cambios en la forma en que se ven o se sienten las mamas, incluidos un engrosamiento o una pesadez notable, diferentes al tejido circundante
  • Hoyuelos, arrugas, protuberancias o crestas en la piel de la mama
  • Un cambio reciente en el pezón: se retrae (invierte) en lugar de sobresalir
  • Enrojecimiento, sensación de calor, hinchazón o dolor
  • Picazón, escamas, llagas o erupciones
  • Secreción sanguinolenta del pezón