ONDOTOLOGÍA

Las ocho cosas que los dentistas pueden saber de ti solo mirando tus dientes

El estrés, los trastornos de la alimentación o el uso de medicamentos se pueden identificar fácilmente con tan solo un vistazo por parte del odontólogo

Las ocho cosas que los dentistas pueden saber de ti solo mirando tus dientes

Las ocho cosas que los dentistas pueden saber de ti solo mirando tus dientes / Freepik

Desde el Consejo General de Dentistas recuerdan que la mayoría de las enfermedades bucodentales, como la caries, la gingivitis o la periodontitis, se pueden prevenir para evitar su aparición y un posterior empeoramiento de la calidad de vida de los pacientes.

De ahí, la importancia de una buena higiene oral desde la infancia, revisiones periódicas (se recomienda al menos una vez al año) y tratamientos preventivos en las primeras edades.

Es el caso de los selladores, que están principalmente indicados para los niños y proteger las superficies oclusales, de los molares definitivos, del riesgo de sufrir caries. El barniz y el gel de flúor, en cambio, también se puede aplicar en los niños y en los adultos.

Y es que, con una simple exploración rutinaria, en la que se pueden detectar patologías que afectan a la boca, los odontólogos pueden detectar otros problemas de salud como estrés, onicofagia, que se conoce comúnmente como el hábito de morderse las uñas, o trastornos de la conducta alimentaria.

Estrés

La Real Academia de la Lengua Española define el estrés como la “tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves”.

Es considerado por muchos como la gran epidemia del siglo XXI. Según los últimos estudios, dos de cada diez españoles afirma haber sentido estrés la mitad de los días o casi todos los días del año.

La odontóloga Núria Obradors, directora médica de las Clínicas Abaden, nos explica que, además, puede causar daños irreversibles en el esmalte de los dientes. “Las personas con unos altos niveles de estrés son muy propensas a padecer bruxismo”. Hablamos de un hábito involuntario que se presenta sobre todo durante las horas de sueño y que consiste en apretar y/o rechinar los dientes.

“Las personas bruxistas tienden a presentar unos dientes demasiado cortos o con bordes muy regulares. Esto se debe a la acción de ‘limado’ que causa apretar o rechinar los dientes de forma constante y cada noche”, resalta la especialista.

Trastornos alimenticios

La pandemia del coronavirus ha disparado los casos de trastorno alimentario. El uso de pantallas y redes sociales, así como el cambio en los hábitos alimentarios y la práctica deportiva, explican el alarmante aumento de TCA durante la infancia y adolescencia. No obstante, como resalta la doctora Obradors, “también pueden sospecharse tras una exploración bucodental rutinaria”. Especialmente la bulimia.

  • “Esto se debe a que los ácidos que se expulsan al vomitar son muy corrosivos y erosionan el esmalte. Dicha erosión se percibe, sobre todo, en la cara trasera de los dientes, que es la que más contacta con los ácidos del vómito”.

Y, ¿cuál es la consecuencia en los dientes? Se empequeñecen y se deja al descubierto la dentina, que es la capa intermedia del diente y está protegida por el esmalte. Contiene los túbulos dentinarios, que son unos pequeños canales sensibles a los cambios térmicos, ya sea frío o calor, y que pueden derivar en una mayor sensibilidad dental.

Morderse las uñas

Es un hábito muy extendido entre la población y que tiene consecuencias directas sobre la salud bucodental. Las personas que se muerden las uñas, de manera compulsiva y prolongada, sufren daños en las piezas dentales. En concreto, desgaste en los dientes centrales (incisivos), ya que son los que se utilizan para morderse las uñas.

También ocurre lo mismo en los pacientes que comen pipas de forma habitual o mordisquean bolígrafos. Resulta “frecuente que los incisivos de las personas que tienen estas costumbres presenten pequeñas astilladuras y grietas”.

Chupete

Lo más sorprendente es que los odontólogos también pueden identificar hábitos durante la infancia. Por ejemplo, del abuso del chupete durante los primeros años de vida.

Si se prolonga más allá de los tres años de edad, puede derivar en mordida abierta, que es una maloclusión en la que los dientes superiores e inferiores no contactan al cerrar la boca.

Los expertos subrayan la importancia de no utilizarlo más allá de los tres años y usar pasta dentífrica fluorada equivalente al tamaño de un guisante. Se deben evitar las bebidas o cereales azucarados en el biberón porque favorecen la aparición de caries. Es importante que los más pequeños beban agua y si es fluorada mejor.

Tabaquismo

Es otro de los hábitos tóxicos que los profesionales detectan en pocos segundos. La explicación es muy sencilla. Las personas que fuman con regularidad presentan unas características manchas marrones y amarillas en los dientes. Además, tienen un aliento identificable, y esto se debe a que el tabaco disminuye el flujo de saliva, por lo que se debe tener una excelente higiene oral.

Esto provoca que se acumulen bacterias y que, cuando entren en contacto con los restos de comida, generen un compuesto derivado del azufre que tiene un aroma desagradable. No hay que olvidar que el tabaquismo es una de las principales causas de la periodontitis, una enfermedad de las encías que termina en halitosis o pérdida de piezas dentales.

Consumo de medicamentos

Aunque en la actualidad están prohibidos, los antibióticos como tetraciclinas, utilizados en la década de los setenta para tratar infecciones como la neumonía, son el principal causante de los dientes con aspecto amarillento. No se puede eliminar ni con limpiezas bucales ni con blanqueamientos.

  • “El tiempo demostró que el uso de tetraciclinas en mujeres embarazadas y niños menores de 8 años causaba tinciones severas y de por vida en los dientes. Estas tinciones se manifiestan mediante unas líneas oscuras (grises o marrones) que son fácilmente identificables para los odontólogos”. 

Poca higiene bucodental

Una higiene bucodental deficiente también se puede “adivinar” en un solo vistazo. Un cepillado insuficiente causa una gran variedad de síntomas tanto a corto como a largo plazo:

  • Acumulación de sarro.
  • Sangrado de encías.
  • Formación de troneras (espacios triangulares entre los dientes).
  • Caries.
  • Caída de piezas dentales.

Además del cepillado tras cada comida, el uso del colutorio y las visitas regulares a los odontólogos, hay que mantener una dieta que ayude a que los dientes no se deterioren más de la cuenta.

La edad también se ve en los dientes

La especialista señala que “con una radiografía panorámica también podemos observar el grado de maduración de la corona y la raíz dental, lo que también ofrece información a la hora de calcular la edad de un niño”. Los dientes de leche comienzan a caerse, de forma general, a los 6 años de edad. Se reemplazan por dientes permanentes sobre los 13 años.