Tomar una infusión justo después de comer puede convertirse en un buen aliado para tratar muchas dolencias. Cuando acabamos de comer es cuando nuestro organismo empieza a asimilar los alimentos y comienza el proceso digestivo, así que tomar un té puede ser de gran ayuda. Uno de los más indicados para tomar en ese momento es el té verde. En esta ocasión, vamos a acompañarlo también con una infusión de jengibre y con unas gotas de zumo de limón para hacerlo más efectivo.
Propiedades del té verde
El té verde es una bebida excelente por sus múltiples propiedades. Este té es antioxidante y tiene la capacidad de activar el metabolismo por lo que es perfecto para retrasar el envejecimiento celular. Por si esto fuera poco, también es muy bueno la piel y ayuda a regular los niveles de azúcar y la presión arterial. Además, previene las enfermedades del corazón y es bueno para mantener nuestros dientes sanos y fuertes.
Cuánto té verde debes tomar
Si quieres ver los resultados del té verde los expertos aconsejan tomar hasta tres tazas al día. Sin embargo, nosotros te recomendamos comenzar con una taza diaria justo después de comer. Después, puedes ir aumentando la dosis y tomar otra taza a media mañana o incluso en el desayuno. Sin embargo, debes evitar consumirlo a partir de las seis de la tarde para evitar posibles problemas de sueño.
Cómo preparar un té verde con limón
Preparar esta bebida digestiva es muy sencillo. Pon a calentar agua en un cazo y cuando llegue aproximadamente a los 70 grados. Mientras, en una taza pon una cucharada de hojas de té y añade el agua caliente. Tapa la taza y deja que repose unos minutos. Después cuela la mezcla y añade unas gotitas de zumo de limón. Si quieres endulzarlo también puedes poner media cucharada de canela en polvo.
Si quieres añadirle también jengibre pon en un cazo agua a hervir y unos trozos de jengibre. Mantenlo en el fuego unos diez minutos y después cuela la mezcla. Ya estará lista para juntarla con el té verde y tener una tisana más completa aún.
