Según indicó la policía nipona, el británico de unos 40 años, que viaja por Japón acompañado de varios españoles, fue puesto en libertad ayer tras haberse bañado durante una hora y media y lanzar piedras contra los agentes que intentaban atraparlo.

La policía japonesa dijo que uno de los españoles que acompañaba al turista británico avisó a un agente de que un bolso se había caído en el foso.

Momentos después, el británico se quitó la ropa y se tiró al agua para supuestamente encontrar su pasaporte y su dinero.

Hasta el Palacio Imperial, situado en el centro de Tokio, se movilizó medio centenar de policías y bomberos para atrapar al turista, que comenzó a lanzar piedras contra varios agentes que trataban de acercarse a él en barca.

Unas 300 personas que paseaban por esta concurrida zona contemplaron además al bañista, que permaneció una hora y media en el agua, hasta que salió trepando por las rocas de uno de los muros del foso.

Posteriormente, tras amenazar con lanzar más piedras a los agentes una vez fuera del agua, fue detenido.

La policía del área de Marunouchi (centro de Tokio), encargada de vigilar las cercanías del Palacio, aseguró que tras ser interrogado, el detenido "estaba bastante nervioso", por lo que le trasladaron a un hospital, donde recibió medicación, y posteriormente regresó a su hotel.