Desde hace tiempo las patatas tienen mala prensa, y más aún si se recubren de una salsa roja. Desde luego, no se trata de un plato ligero, pero el recetario está llenos de platos energéticos que tener en cuenta.

La patata es una fuente interesante y digestiva de carbohidratos de absorción lenta y, aunque no lo parezca, de vitamina C. Vitamina, por cierto, que está más presente en la patata frita que en la hervida. Pero hay más. La salsa brava se compone normalmente de salsa de tomate, vinagre, pimentón y guindilla, y nada de ello es tan terrible como parece.

El pimentón es pimiento seco molido, más ventajoso que la consabida sal. Que el frito sea correcto ya es otro tema. Muchas veces las bravas son conflictivas porque se ha utilizado un mal aceite o no se han frito bien. Otro punto es la salsa: mejor la roja que la clásica mayonesa, y en cantidad discreta. En fin, que si están bien elaboradas y la dosis es razonable, pueden disfrutarse unas bravas sin remordimiento alguno.

- Para combinar con las patatas bravas es ideal otra tapa no frita como unas almejas o mejillones al vapor, verduras a la brasa o una ensalada de tomate y queso.

- El pimentón es un condimento que se obtiene del pimiento seco y molido y tiene muchas cualidades. Una de ellas es su contenido en capsaicina, antioxidante con acciones beneficiosas