La noche del 23 de junio es una noche mágica, marcada por el ritual del fuego y otras tantas ceremonias que poco tienen que ver con la esencia de la celebración del bautismo de Jesucristo. Como suele ser habitual, la celebración religiosa se apoya en la secuencia ritual de determinados momentos del calendario. San Juan llega cogido de la mano del solsticio de verano, de la misma forma que las fallas lo hacen con el equinoccio de primavera, confundiendo de esta manera los orígenes paganos y los cristianos y remontando el carácter extraordinario del día a unas tradiciones que se pierden en la noche de los tiempos.

Coincidiendo con el solsticio de verano, en la noche de San Juan se conmemora el triunfo de la luz sobre la oscuridad. Más que nunca, el sol se resistirá a marcharse. Serán las diez de la noche y todavía habrá una tenue claridad. Es una velada en la que el fuego es el elemento principal, símbolo de purificación. Pedir un deseo, que una nueva relación amorosa florezca o se fortalezca y alejar los malos augurios son muchos de los rituales que se realizan.

Fuego purificador

Las playas congregan a numerosos grupos de personas bajo el abrigo de una hoguera. Una vez prende el fuego, saltan por encima, alejando así los malos espíritus. Uno de los rituales consiste en saltar varias veces la hoguera para tener protección durante todo el año. El truco está en saltar un número de veces impar. Hasta las cenizas tienen propiedades curativas para la piel.

Agua, fuente de salud y fertilidad

Cuando el reloj marca las 00.00 horas del día 24 entra en juego el otro elemento indispensable, el agua. A partir de esa hora se le atribuyen propiedades milagrosas. El siguiente paso es saltar las olas, pero... ¿hay alguna directriz? La respuesta es sí, saltar siete olas de espaldas y pedir un deseo al finalizar. Así se destierra toda energía negativa y las mujeres verán aumentada su fertilidad. Y no hay que olvidarse de darse un baño para tener salud el resto del año.

Otra de esas recomendaciones consiste en echar agua en un recipiente y añadir un poco de sal. Se deja el envase en el exterior toda la noche y durante toda el día siguiente, para que pueda recargarse con las energías de la luna y el sol. El martes, ese agua se utiliza para limpiar el espacio que desees.

Tierra y hierbas medicinales

Otra costumbre es salir al campo en busca de hierbas medicinales a medianoche y colgarlas en la ventana de casa para recibir así la bendición de San Juan, de la misma forma que se cuelga el muérdago cuando llegan los fríos del invierno.