WhatsApp es una aplicación de mensajería inmediata, atractiva, cercana y útil, con usuarios adictos y encantados de haberla conocido, y con personas que se resisten a utilizarla, aunque cada vez menos, y es que en la era de las nuevas tecnologías, prescindir de ellas puede llevarte al aislamiento.

Somos sociables, y nos gusta formar parte de grupos humanos, y así comenzamos nuestra vida formando parte de una familia, y a partir de ahí vamos formando parte de otros grupos como amigos o compañeros de trabajo, o en nuestros hobbies y actividades.

Pero, ¿cuál es el lugar hoy en día con mas grupos?

Exacto, WhatsApp, qué actualmente cuenta con más de seiscientos millones de usuarios activos, y la mayor parte de ellos formando parte de grupos.

Recuerdo una niña de 14 años que trajeron a mi consulta, y cuyos padres encontraban retraída, con mal rendimiento escolar y pocas relaciones fuera del entorno familiar. Después de hablar con ella un buen rato, me cuenta compungida que sus padres no la dejaban tener WhatsApp y que se sentía marginada y aislada de sus amigas, diciendo que no se enteraba de nada, y es que sus amigas, me contaba, hacen grupos para todo, desde una fiesta sorpresa a un cumpleaños o el viaje fin de curso o hasta próximos exámenes. La joven se sentía aislada y como que no formaba parte del mundo, de lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

Hablé con los padres a quienes no gustaban las redes sociales y comprendieron que con la misma atención y control por su parte, que respecto a otras actividades de su hija, no podían permitir que quedara aislada de sus amigas.

Se que también se producen muchos problemas psicológicos a consecuencia de las redes sociales como adicciones, falta de sueño, acoso, depresiones o invasiones de la intimidad. Pero no más que en otros ámbitos, y como en todo, tenemos el poder de elegir, y los padres de controlar en la suave distancia los movimientos que sus hijos realizan por las distintas redes que utilizan, y es que siempre los padres hemos tenido que estar atentos con las compañías que nuestros hijos frecuentaban, y lo mismo ocurre con las redes sociales.

Cada vez mas, y en todos los ámbitos, se utilizan las nuevas tecnologías, y en el marco de las relaciones personales y sociales, la aplicación más usada hoy en las comunicaciones es, sin duda, WhatsApp.

He escuchado muchas quejas al respecto como la de que todo el día la campanita sonando, que si se dicen tonterías en los grupos, que parece que la gente no tenga otra cosa que hacer, o que me distrae la aplicación de mi trabajo, pero somos adultos, decidimos y elegimos, y así podemos poner el teléfono en silencio y encontrar el momento del día en que enterarnos de lo que está pasando, y contestar o no, siendo asertivos en su manejo.

Escuché una vez decir que las redes sociales te acercan a quien tienes lejos y te alejan de quien tienes cerca, pero en cuanto a esto ultimo no tiene porque ser así, pues es nuestra responsabilidad elegir la comunicación que queremos tener en los distintos entornos de nuestra vida, y es responsabilidad de los padres hacer una convivencia cercana y de cariño, donde a nuestros hijos les apetezca compartir con nosotros. Y claro que puede conseguirse.

La última hora en la que alguien se conectó, o saber si he leído ya los mensajes que me envían, son opciones que ya pueden eliminarse, si lo deseamos, de nuestro WhatsApp impidiendo que se produzcan malentendidos del tipo de que algún amigo o conocido ha entrado en su aplicación y ha visto mi mensaje pero no contesta. ¿Por qué será?, ¿Le pasará algo conmigo?, o vaya, tal persona entró en su WhatsApp a las cinco de la mañana, ¿qué estaría haciendo a esas horas en vez de estar durmiendo?, o tal otro no ha entrado desde hace más de tres horas, ¿dónde estará?.

Pues bien, estas opciones ya pueden ser eliminadas quedando la aplicación en una buena herramienta que nos facilita la comunicación y la sociabilización y dejando de ser una forma de controlar a los demás.

La aplicación forma parte de nuestra vida diaria.

¿Cuantas veces oímos, por ejemplo, frases como que te lo mando por WhatsApp?

¿O cuantas otras hemos utilizado la aplicación para organizar cualquier evento , como por ejemplo un campeonato de padel, coordinando a los usuarios y formando grupos para ello?

Yo como médico psicoterapeuta, me comunico con mis pacientes por WhatsApp para confirmar citas o resolver dudas puntuales que no necesitan una llamada telefónica.

Las empresas se incorporan a las nuevas tecnologías y al contacto directo con sus clientes a través del WhatsApp, pero siempre el usuario elige aceptarlo o no.

Claro que por supuesto hay que estar atentos para no hacer un uso inadecuado de la aplicación . Si nos damos cuenta de que tenemos una gran dependencia de ella, que estamos permanentemente pendientes de nuevos mensajes, cuando nos aleja de comunicarnos con las personas que tenemos físicamente cercanas, o nos aparta del momento que estamos viviendo, cuando afecta a nuestros estudios, a nuestro trabajo o a nuestra vida en general, cuando lo estamos usando para controlar a otra persona, cuando pasamos el día enviando mensajes injustificados, son señales de un uso inapropiado. Aunque también es cierto que las personas a las que sucede esto suelen tener otros problemas psicológicos, y se manifestarían igual en otros entornos con síntomas como inseguridad, problemas de autoestima, trastornos emocionales, ansiedad, dificultades para comunicarse con los demás, trastornos obsesivos o adicciones.

Y aun sin llegar a esos extremos, podemos quizá percibir que nuestra relación con ésta fantástica herramienta necesita alguna regulación, para lo cual te propongo algunos consejos que pueden servirte.

Utilízala para mandar mensajes inmediatos cuando lo necesites, y desapégate de la respuesta, y es que tu sabes que el mensaje ha llegado al destinatario, de modo que renuncia a entender a los demás también en éste ámbito, y acepta que el otro hará lo que desee, y que si no obtienes la respuesta esperada, siempre puedes llamar por teléfono y hablar con esa persona directamente

Si deseas utilizarla como un chat y conversar con otros usuarios o dentro de un grupo, respeta las actividades y la vida de los demás, así como los tiempos de los demás usuarios, y es que las respuestas o la participación en los grupos no requiere inmediatez en las respuestas en muchos casos.

No tengas el movil delante esperando que te entre algún mensaje, si estás trabajando, o con amigos o en una reunión, pues esto hará que puedas estar más en el momento presente, y ya contestarás a lo que desees cuando termines con lo que estás haciendo, y es que además la mayoría de los temas no tienen urgencia, y si es algo urgente seguro que se pondrían en contacto contigo de otra manera. Considero una falta de respeto evidente estar contestando mensajes mientras estas compartiendo tu tiempo con otras personas.

No tienes porque sentirte obligado a responder inmediatamente a los mensajes de WhatsApp, sino que puedes elegir gestionar tu tiempo como quieras, y así atender tus mensajes cuando lo consideres oportuno o tengas tiempo para ello, y es que a los demás les podrá gustar más o menos, pero ese no es tu problema. Se asertivo en este sentido y veras como los otros aceptan tus elecciones de uso, pues al final la mayor parte de los conflictos en este sentido los crea uno mismo.

Ten finalmente en cuenta que los mensajes de WhatsApp no tiene ni tono, ni un lenguaje no verbal que los acompañe, de manera que elige siempre el que a ti te convenga y te sienta mejor, de modo que si no te gusta una contestación, ponle una entonación alegre y amistosa, y veras como cambia tu interpretación, de modo que elige lo que mejor te haga sentir.

WhatsApp permite ahora que ajustes el grado de privacidad que desees. Hazlo y utilízalo para que te facilite la vida y tus relaciones.

¿Puedes, entonces, imaginar una vida sin WhatsApp?

Por supuesto, como también puedes imaginarla utilizándolo de un modo razonable y tranquilo.

Para facilitar tu comunicación con otros.

Para disfrutar de las nuevas tecnologías y de los avances informáticos y electrónicos.

Para disfrutar de tantas posibilidades.

Para que, si te gustado este artículo, puedas compartirlo...

(*) Medico psicoterapeuta.Autora del libro "La Medicina Emocional".