El 18 de junio de 1815 acabó, tres días después de empezar, una de las batallas bélicas más importantes de la Historia, y una de las más determinantes de Europa junto a las que se libraron en la Segunda Guerra Mundial. Waterloo, en la actualidad una localidad de 30.000 habitantes de Bélgica, supuso el punto final a las ambiciones imperiales de Napoleón Bonaparte mientras las potencias aliadas rediseñaron el continente.

¿Qué estaba en juego en Waterloo?

Napoleón, el genio militar que había conducido el Imperio francés, abandonó la isla de Elba, a la que se había exiliado tras abdicar en 1814. Bonaparte, defensor de la Revolución, había sufrido una gran derrota en Leipzig un año antes y deseaba retomar el mando de Europa, a la que había controlado durante más de una década gracias a conquistas militares y alianzas. Por otra parte, las potencias aliadas (Reino Unido, Países Bajos y Prusia) deseaban acabar de una vez por todas con Napoleón y su influencia para restaurar el orden anterior a 1789.

¿Cuáles eran las armas y hombres?

La superioridad de los aliados fue decisiva. Disponían de casi 125.000 hombres y casi 300 caños de fuego, por los 80.000 hombres de Napoleón 250 cañones. Cuando Bonaparte regresó a París no tuvo ningún problema para deponer al rey Luis XVIII y encabezar de nuevo a la Grande Armée, deseosa de situarse de nuevo bajo el mando del militar de Ajaccio. Su carisma era muy temido por los generales aliados, que le respetaban muchísimo.

¿Cuáles fueron las claves de la derrota?

Napoleón pretendía aprovecharse de las discrepancias entre Reino Unido y Prusia, unidas tan solo en el campo de batalla. Es por eso que planteó una contienda con carácter eminentemente ofensivo, tratando de encontrar resquicios en la defensa aliada en los campos de batalla de Quatre Bras, Ligny y Wavre. Sin embargo, pese a los esfuerzos de los experimentados soldados franceses, Napoleón chocó con la hábil resistencia aliada, comandada por el Duque de Wellington. La batalla concluyó el 18 de junio con la retirada del ejército francés, perseguido por las tropas enemigas.

¿Hubo errores de Napoleón?

Los historiadores señalan que Napoleón cometió errores tácticos que, sumados, a los de sus generales, le condujeron a la derrota. Napoleón minusvaloró a Wellington no supo anticiparse a los movimientos de las tropas prusianas, lo que precipitó sus ataques algo que aprovecharía a la perfección el Duque británico. Además, según destacan las cartas enviadas por los soldados, Napoleón estaba muy obeso, no había dormido bien esa noche y padecía hemorroides y cistitis.

¿Hubo españoles en Waterloo?

El único militar español que participó en la batalla fue el vasco Miguel de Álava, originario de en Vitoria. "En mayo de 1810, la Regencia nombró al vitoriano como enlace entre el Gobierno español y el Ejército anglo-portugués para coordinar las operaciones aliadas en la península ibérica", ha explicado Agustín Guimerá, investigador en historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Según el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla, Manuel Moreno Alonso, Álava fue el"único militar querido y estimado por Wellington, hasta el punto de alojarlo en su misma casa".

¿Cuántas víctimas hubo?

Los muertos franceses doblaron en número a los aliados. En total, 30.000 bajas entre fallecidos y heridos, a los que hay que sumar los 10.000 soldados galos hechos prisioneros por las tropas anglo-aliadas. Por parte de Reino Unido, Países Bajos y Prusia, los muertos fueron unos 25.000 aproximadamente. Para la posterioridad queda la frase de Wellington tras ver los cadáveres en el campo de batalla: "Salvo una batalla perdida, no hay nada tan triste como una ganada".

¿Cuáles fueron los personajes clave?

Además de los propios Napoleón y Wellington, fue clave también el papel de los comandantes Arthur Wellesley (Reino Unido) y Gebhard Leberecht von Blücher (Prusia), de 72 años, que nunca temía estar en primera línea de la batalla a pesar de su edad. Fue herido por los franceses en Ligny, pero se recuperó a tiempo para ver como los soldados prusianos entraban en París tras la derrota de Napoleón en Waterloo.

¿Qué consecuencias tuvo?

La Batalla de Waterloo significó el fin del Primer Imperio Francés y de la carrera militar de Napoleón, despojado de su condición de Emperador. Los británicos le desterraron ese mismo año a la isla de Santa Elena, donde fallecería en 1821. Las potencias aliadas se repartieron Europa, pero las ideas liberales de la Revolución Francesa y de la Ilustración, que trataban de ser combatidas por las monarquías absolutas de la época, resurgieron con fuerza.

¿Qué películas y libros recogen su historia?

Existe un vasta bibliografía sobre la vida, trayectoria e influencia de Napoleón. ´Napoleón Bonaparte. Una biografía íntima´ de Vincent Cronin (Ediciones B) es uno de los que mejor cubre sus gestas militares. ´Napoleón´, de Jean Tulard (Planeta) abarca también sus episodios personales y políticos. En el cine, destaca la película ´Waterloo´, una coproducción italosoviética de 1970 con Rod Steiger dando vida al general.

¿Es verdad que la batalla pudo llamarse de otra manera?

Blücher quiso llamar a la batalla ´Belle Alliance´ por la conquista del campamento de Napoleón, que había otorgado ese nombre a su cuartel. Sin embargo, Wellington se opuso y dijo que la batalla debía de recibir el nombre de Waterloo porque él siempre ponía a sus victorias el nombre del lugar en el que había dormido la víspera de la contienda.