El Mindfulness es una de esas palabras que está de moda y que oímos en todas partes. Sin embargo, sus orígenes se sitúan lejos de las rutinas y ruidos de la vida actual, remontándose en la meditación budista. La también conocida como conciencia plena está abalada por múltiples estudios científicos elaborados en las universidades más prestigiosas de Estados Unidos. En ellos se ha comprobado que, estas técnicas resultan muy útiles para reducir el estrés y aumentar las emociones positivas, la atención y la concentración si se emplean correctamente.

El interés de la ciencia occidental y, concretamente, de la neurociencia, arranca a principios de los años 70 cuando Richard J. Davidson y su equipo de la Universidad de Wisconsin comenzaron a estudiar los efectos de la meditación en los monjes tibetanos, tal como explica Lissi Sánchez, experta en mindfulness y escritura creativa. Este catedrático de psicología empleó técnicas de electroencefalografía y técnicas de neuroimagen (escáner cerebral) para medir si ocurría algún tipo de transformación cerebral."El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional" Buda."

Los resultados hallados, junto con los obtenidos por otros equipos de investigación, demostraron que estas técnicas llegan a producir cambios beneficiosos y profundos en el cerebro. Por ejemplo, los estudios llevados a cabo por la Universidad de Harvard, el Hospital General de Massachusetts y el Instituto Bender de Neuroimagen han descubierto que con programas de entrenamiento en Mindfulness, personas sin experiencia previa obtienen transformaciones beneficiosas en sus cerebros en pocos meses.

¿Qué es el mindfulness?

El Mindfulness tiene su origen en las prácticas de meditación orientales, tratándose de una manera de prestar atención de manera especial, intencionadamente, a lo que sucede en el momento presente, sin juzgar, aceptando la experiencia tal y como es.

Se puede entender como un entrenamiento de la mente, ejercitándose ésta a través de las distintas técnicas que conforman el Mindfulness.

Recientes estudios en neurociencias muestran que su práctica produce cambios en la función y en la morfología del cerebro, al igual que un músculo se fortalece o se atrofia según sea cómo lo ejercitemos.

¿Cuáles son los elementos a cultivar en el Mindfulness?

Manuel Paz Yepes, médico y psicoterapeuta de IPSIMED, relata que durante la práctica, sea esta formal, es decir, mediante las técnicas que se proponen, o durante la informal, que sería prestar atención a la experiencia presente en momentos de nuestra vida cotidiana, se cultivan las siguientes actitudes:

Curiosidad, mente de principiante

Consiste en liberarnos de la influencia que tiene el aprendizaje que ya tenemos, vivir las cosas con frescura, intentándonos poner en la situación de aquel que ve las cosas por primera vez.

Apertura

Nos mantenemos abiertos a lo que venga, dejando que las cosas se desplieguen como son.

No juzgar

Emitir juicios es inherente a nuestra actividad mental, ocurre de manera automática. En la práctica no se trata de que no ocurra, que es casi imposible, sino de observar cuándo ocurre y no dejarnos arrastrar por ello. Vivir cada momento como es, de manera neutral, sin juzgar si es bueno o malo, sin esperar que sea de una manera, o deseando que fuese de otra.

La paciencia

Es una forma de sabiduría. Implica la comprensión profunda de que a veces las cosas tienen que suceder cuando les corresponde, que tienen su propio ritmo. La paciencia nos enseña a saber esperar y dejar que las cosas sucedan y sean cuando y como tengan que ser.

La confianza

Sería lo contrario al miedo, a la necesidad de control o a la inseguridad hacia nosotros mismos. Se trata de confiar en nuestros recursos, de dejarnos escuchar y respetar esa información que procede de nuestro cuerpo que tiene matices emocionales. Dejarnos guiar por lo que nos dice nuestra intuición.

Soltar

Aprender a "dejar marchar" eso a lo que nos apegamos. Permite experimentar la sensación de plenitud sin tener que buscar o rechazar nada.

Aceptación

La aceptación significa ver las cosas como son en el presente. Aceptación no es sinónimo de resignación. Significa ganar en libertad de elección, mantener una actitud cargada de conciencia y plenamente activa en que decidimos posicionarnos con objetividad ante las circunstancias presentes: "Las cosas son así y desde esa comprensión veré qué puedo hacer".

Amor

Tratarnos con más amabilidad, cuidado y ternura. Mantener una actitud respetuosa hacia nosotros mismos y hacia los demás.