Dos casos muy similares conocidos en solo un año han levantado la voz alarma entre los dueños de mascotas.

Un hombre y una mujer han sufrido la amputación de todas sus extremidades tras contraer una bacteria procedente de la saliva de sus respectivos perros.

El primer caso ocurrió hace justo un año en Wisconsin (Estados Unidos), donde Greg Manteufel, de 48 años de edad, ha perdido los brazos y las piernas tras contraer una grave infección. El origen de la sepsis estaría, según todos los indicios, en la saliva de su mascota.

La víctima empezó a padecer síntomas similares a los de una gripe, como fiebre, vómitos y diarrea. No se preocupó hasta que empezó a ver hematomas en sus extremidades. "Parecía que alguien le había golpeado con un bate", relata su mujer Dawn.

Tras acudir a urgencias, los doctores le diagnosticaron una infección en la sangre se había propagado a las cuatro extremidades, provocándole un serio daño en los músculos y en los tejidos, motivo por el que le tenían que amputarle los brazos y las piernas. La infección se extendió hasta la nariz y también tuvieron que operársela.

Los médicos descubrieron que la infección la causó un patógeno bacteriano localizado en la saliva de perros y gatos conocido como 'capnocytophaga canimorsus'.

El 69% de los perros y el 54% de los gatos presentan esta bacteria, según publica el diario británico Daily Mail, pero solo es probable que un 1% de la población que tiene estos animales sufra el mismo problema.

El segundo caso, sucedido estos días, es el de Marie Trainer, una mujer de Ohio, también en Estados Unidos, que permaneció diez días en coma tras contraer la misma bacteria al entrar en contacto la saliva de su perro con una herida abierta.

La mujer se acostó a descansar y su temperatura corporal, tal y como relata su pareja Matthew, comenzó a elevarse cada vez más, por lo que la trasladó hasta un hospital. Tras permanecer diez días en coma se despertó viendo que los médicos le habían tenido que amputar sus extremidades al encontrarse con gangrena.

"Cuando abrí los ojos no sabía dónde estaba ni qué me ocurría", explicaba la joven a canal Fox 8. Su pareja indica que los doctores se vieron obligados a realizar las amputaciones para salvarle la vida.

Marie había contraído la bacteria capnocytophaga a raíz del contacto salival de su mascota, según los resultados médicos. Una enfermedad que puede transmitirse por una "mordida o contacto de saliva con una herida abierta, y causa coágulos sanguíneos grandes que restringen el flujo sanguíneo alrededor del cuerpo, lo que conduce a la necrosis y la gangrena: muerte de células y tejidos", según el diagnóstico.

La pareja no ha abandonado a ninguno de los animales que tenía en casa después de este terrible episodio.