El propietario del bar Ca Julietra, Jorge Bohigues, se encontró hace un año un grupo de mesas y sillas pintarrajeadas por manos infantiles hace aproximadamente un año y decidió recurrir a la ironía para evaporar su enojo. Cogió un folio blanco y un rotulador para lanzar una adverencia a sus potenciales clientes: «Tots els xiquets que estiguen en este bar, sense supervisió paterna/materna, passaran a ser propietat del bar i es posaran a fregar plats. Avisats esteu. No volem malentesos». El cartel fue motivo de comentarios y risas durante unos meses, incluso fue utilizado como espantajo por padres que deseaban frenar el ímpetu incansable de sus hijos, pero ha acabado por adquirir fama nacional al ser aprovechado por un youtuber para ampliar sus likes. El revuelo ha sido mayúsculo. Reporteros de cadenas de radio y televisión nacional le han buscado para entrevistarle. Ha puesto en el mapa el mercado de Carcaixent, donde su ubica su negocio.

«El cartel era, claro está, una broma. Los padres se lo habían tomado bien, comprenden las molestias que, en ocasiones, provocan sus hijos y el letrero servía para ponerles más alerta. De hecho, algunos padres y madres se lo enseñaban a los críos para que se moderaran», narra el dueño del local, un alzireño con sorna que explota la cercancía de los puestos del mercado local para adquirir alimentos frescos y ofrecer suculentos desayunos a sus clientes.

Radios y televisiones

La imagen del curioso cartel que un joven de Carcaixent asoció a un tuit le ha hecho famoso. Se ha hecho viral en las redes sociales. No ha importado que estuviera escrito en valenciano. Jorge Bohigues ha sido requerido por reporteros de la Cope y Antena 3 y también comienza a funcionar el boca a boca. «Ahora vienen los clientes y se fotografían ante el cartel. Se fijan más en él desde que se ha levantado toda esta polvareda», admite.

Reconoce también que ya ha detectado algún curioso en el local, situado a escasos metros de la zona de juegos infantiles del mercado, aunque niega que, de momento, la promoción le haya reportado más beneficios. «No lo hice en busca de publicidad. De hecho, el letrero ya llevaba tiempo puesto sin que se hubiera organizado todo este revuelo», matiza.