Son las 20.05 horas y en la playa de Las Arenas, en Valencia, comienza el reguero incesante de deportistas. Los aplausos, cada vez más tenues en los últimos días, se escuchan de fondo. Mientras en el barrio del Cabanyal se mantiene el reconocimiento a los sanitarios por su impagable labor en la lucha contra el coronavirus SARS-CoV-2, que ocasiona la enfermedad respiratoria covid-19, en las aguas que bañan el distrito del Marítimo se produce una imagen inusual en la ciudad. Decenas de surfistas caminan ataviados solo con un neopreno y la tabla.

Aunque las olas de este punto del Mediterráneo no son ni muy altas, ni muy intensas, ni muy atractivas, es habitual ver a algún grupo de apasionados del mar practicando cerca del espigón de La Marina de Valencia. Lo insólito de estos días está siendo el volumen de deportistas que se lanzan al agua cuando el reloj marca las ocho y el estado de alarma permite disfrutar del agua como una válvula de escape a todo lo que sucede en tierra firme.

Estos días son muchos más de los habituales los que han escogido las playas de la ciudad para surfear, quizás obligados por las normas de la fase 0 que impedían a muchos vecinos del 'cap i casal' desplazarse hasta la Patacona, que se encuentra en el municipio de Alboraia, donde sí es normal ver a más personas practicando deportes acuáticos. La ausencia de bañistas permitirá durante algunas semanas más que la costa sea para el disfrute de los surfistas.