Dice el diccionario que el beso es una señal de afecto, de amor, de respeto o amistad, pero cuando en todo ello interviene la pasión las cosas son diferentes. El ósculo se ha utilizado desde tiempos inmemorables para dar muestra directa de los sentimientos hacia una persona y puede ser que si el mismo no funciona desde el principio no se fragüe una relación sentimental, por mucha atracción que haya. ¿Cuándo fue la última vez que diste o recibiste uno de ellos con mariposas en el estómago incluidas? ¿De dónde nace este gesto tan peculiar para demostrar amor, cariño o, en su defecto, pasión desbocada?

Pero, ¿cómo de importante que ese beso sea bueno? Un estudio publicado en una revista americana determinó que el 59% de los hombres y el 66% de las mujeres perderían el interés por otra persona si al juntar sus labios todo saliera mal.

Según una investigación de la Universidad de Bath realizado en 2017, lo importante de un buen beso está en la dirección en la que se inclina la cabeza. En el mismo estudio se determinó que dos tercios de las personas tienden a erguir el cuerpo a la dercha durante este acto. Y aunque uno sea diestro o zurdo, e independientemente de la posición que se tome a la hora de unir los labios con otra persona, según la misma investigación la posición correcta es siempre inclinar la cabeza y el cuello hacia la derecha.

Aunque son muchos los científicos que han dedicado parte de su trabajo a estudiar los besos. Williiam Crane, autor del libro 'The Art of Kissing', establece diferencias de géneros: los hombres buscan que su pareja sea más agresiva con la lengua con más frecuencia, mientras que ellas no soportan que ciertos hombres les metan la lengua que llegue hasta la campanilla.

Filemanía

Pero que los hombres opten por la agresividad, y cuanta más saliva mejor, no es algo aleatorio. Según Helen Fisher, una sexóloga especialista en parejas, todo tiene que ver con la composición hormonal de la saliva. Siempre queremos más, porque el beso es una droga natural. El cerebro es adicto a la oxitocina, que se produce cada vez que nos besamos. Esta hormona influye en funciones básicas como el enamoramiento, orgasmo, parto y amamantamiento, y está asociada con la afectividad, la ternura, el tocar.

Un cóctel químico que puede ser deterinante a la hora de elegir la pareja con la que estar toda la vida. Y engancharse a esos besos también tiene un nombre: filemanía.

Según la sexóloga, la saliva contiene testosterona y hay pruebas de que a los hombres también les gustan aquellos en los que la compañera abre mucho la boca, como si con este acto se traspasaría la mayor cantidad de testosterona posible.

Con todos estos datos, se puede ir un poco más allá. ¿Cuánto tiene que durar u besos para ser pefecto?

Según los científicos, un ambiente tranquilo y feliz hace que la experiencia sea perfecta al instante. Aunque si hay química entre quien se besa parece que todo esto queda atrás. La química es la química.