El deporte no entiende de edades. Un ejemplo personificado de ello es el de Ana Abuín, una vilagarciana que acaba de participar en el Campeonato de España para veteranos en Cádiz habiendo cosechado un total de tres oros y una plata en diferentes especialidades de lanzamiento. Pero títulos al margen, ha encontrado en la práctica deportiva un elixir de vida que la ha rejuvenecido en cuerpo y espíritu. Todo empezó como una manera más para socializarse y ha terminado convirtiéndose en una necesidad vital que deja claro que la ilusión por superarse día a día depende de cada uno y no de sus circunstancias.

El pasado fin de semana se disputó en la localidad gaditana de San Fernando el Campeonato de España de atletismo para veteranos. Un hecho que ya es destacable por sí mismo en las actuales condiciones sanitarias, pero si a ello se le añade una hazaña deportiva como la protagonizada por Ana Abuín, el interés es todavía mayor.

Suyo fue el mérito de haber conseguido cuatro medallas, tres oros y una plata. Las victorias llegaron en lanzamiento de martillo, de martillo pesado y en peso mientras que el segundo puesto llegó en disco. Mención aparte merecen las marcas registradas puesto que hasta los 24,99 metros se fue su martillo y a los 11,01 llegó el martillo pesado. Ya en peso fueron 7,73 y en disco tocó suelo tras volar 18,75 metros. Todas ellas unas distancias más que memorables en un periodo en el que los entrenamientos se han visto totalmente condicionados por la situación sanitaria actual.

Sin embargo, la condición de veterana que ostenta a sus 61 años, y ya abuela del pequeño Xoel, le lleva a situar los resultados en un segundo plano dentro de su filosofía de vida. Ribadumiense de nacimiento y vilagarciana de adopción, lo que el deporte le aporta a Ana Abuín va mucho más allá que las medallas. Haber convertido el entrenamiento en una filosofía vital es realmente la motivación intrínseca que está detrás de cada uno de sus esfuerzos.

Madre de Lidia e Isidro, sus dos hijos siguieron una estela que ella había iniciado. "Practiqué atletismo de joven, pero luego lo dejé", apunta Ana Abuín. Fue el crecimiento de sus propios hijos y su vínculo con el deporte, y más concretamente con los lanzamientos, lo que fue devolviendo a la matriarca de la familia a un ambiente que solo le evocaba sensaciones positivas. "Mi hija Lidia estuvo becada en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva en Pontevedra. Allí me iba a ver los entrenamientos muchos días y empecé a conocer a gente muy maja y en un ambiente sanísimo y poco a poco empecé a entrenar".

Fue a los 52 años cuando decidió volver a abrirle la puerta al deporte. Lejos quedaba en su pensamiento la posibilidad de proclamarse triple campeona de España nueve años después. Su motivación era otra muy alejada a los podios, "llega un momento en la vida en el que tus hijos ya son mayores y se independizan. El atletismo me llegó en un momento adecuado y en un ambiente espectacular con todos mis compañeros. Por eso voy allí entreno duro y me vengo cansada, pero liberada física y mentalmente. Me encuentro fuerte, flexible y habiendo hecho ejercicio que es algo que a nuestra edad es muy importante".

Bajo las órdenes del entrenador Javier López Viñas, su rutina de entrenamiento no tiene nada que envidiar a la de cualquier otro deportista en plenitud, "hasta el año pasado entrenaba cuatro días a la semana, pero con esto del covid eliminé el día de gimnasio que hacía a mayores. Ahora voy tres días a Pontevedra donde tenemos un grupo genial para entrenar y la verdad es que me lo paso muy bien".

Vencer a la pereza y hacer de la perseverancia y el esfuerzo una razón de ser fue relativamente fácil para la vilagarciana, "cuando empiezas te das cuenta que hay muchísimos veteranos que buscan hacer deporte juntos. Acabas enganchándote y poco a poco empiezas a competir solo por diversión. Lo pasas realmente bien, conoces a mucha gente y es algo que se asocia a la salud y a vivir en sí mismo". Ella misma recomienda encarecidamente a cualquier persona, independientemente de su edad, "el moverse y dejar de sentirse atrapado por el sofá".

Compite por el Club Atletismo A Silva de Cerceda, "porque en la Gimnástica de Pontevedra solo había dos personas con licencia y cuando conocí en una prueba a la gente de Cerceda me parecieron muy buena gente y me invitaron a hacerme la ficha allí". Y con esa camiseta disfrutó de un Campeonato de España en Cádiz "muy bien organizado y al que decidí ir hace 15 días como si fueran unas vacaciones y la verdad es que todo fue muy bien", concluye.