Tras 37 domingos sin poder deambular por los puestos del barrio de La Latina, los madrileños se han acercado a riadas al tradicional Rastro, reducido a un aforo de 2.702 personas y con 500 tenderetes, la mitad de los habituales, de unos vendedores para los que la celebración se ha truncado por la "improvisación" del Ayuntamiento.

Un total de 150 agentes entre policías municipales y miembros de Protección Civil han controlado, apoyados con drones, la jornada de reapertura del Rastro, que no había cerrado ni en la Guerra Civil, pero ha visto parada su actividad ocho meses por la pandemia del coronavirus.

Alejandro, apostado en el acceso de la plaza de Cascorro y contando las personas que entran a través de una aplicación, explica sobre las 10:00 que "de momento todo se está controlando bien".

"Estamos desde las 9:00 haciendo el control del aforo y han pasado como unas mil personas por este tramo. Está muy fluida la zona, y nada, muy bien, de momento manteniendo las distancias", dice y añade que estarán hasta las 15:00 "más o menos" numerando a quienes entran y salen.

A medida que ha avanzado la mañana ha ido incrementándose la afluencia: "Pensaba que iba a ir peor y ya me he estrenado, así muy bien, hoy muy bien", comenta Maite en uno de los 81 puestos de Cascorro.

"Creo que la gente está deseando el Rastro, han sido muchos meses y están deseando volvernos a ver, así que espero que sea buena (la jornada)", añade Maite, después de ocho meses "jodidos" en los que ha habido "mucha lucha" con manifestaciones prácticamente todos los domingos.

Fue el 12 de marzo cuando se decretó el cierre de los mercadillos en Madrid, y aunque el 20 de mayo se levantó la suspensión, de forma que cada distrito pudiera determinar las condiciones de reapertura, en el caso del Rastro un largo enfrentamiento entre los comerciantes de los puestos y la Junta de Distrito a cuenta de la ubicación de los tenderetes o el número de puestos, entre otras cuestiones, ha retrasado durante meses la vuelta del histórico mercado callejero.

Atados cabos como que el Ayuntamiento se hiciese cargo del control del aforo, en el señalado día tampoco ha faltado el desencuentro, esta vez por la "improvisación" del Consistorio para los flujos de entrada y salida y por el impedimento para acceder de la zona de Cascorro a Ribera de Curtidores y viceversa, según ha explicado a los medios la portavoz de Rastro Punto Es, Mayka Torralbo.

Algo "no pactado" que ha conseguido "indignación y enfado" en una jornada que tendría que haber sido de "celebración", por lo que los vendedores adelantan que "sin duda mañana nos tendremos que poner en contacto con el Ayuntamiento" para que "de una vez dejen las cosas claras".

Ana, desde su puesto colindante con la calle de las Amazonas, rememora que un domingo cualquiera "tendríamos unos 100.000 visitantes", y también se queja de que "no se ha cumplido" lo pactado.

"Nos han encerrado con unas vallas y nos han hecho un corralito, con lo cual el público no puede circular de continúo", explica.

El perjuicio es "para todos", porque "no se puede circular libremente": "Cualquiera que venga aquí, a los dos minutos se ha cansado de que le mareen, y coge y se marcha a su casa".

Vecinos de la zona también han volcado en Twitter su malestar, y el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha utilizado la misma red para señalar que "es una alegría para todos los madrileños" que haya regresado el mercadillo. "Disfrutémoslo, pero con responsabilidad", ha pedido.