España se sitúa en la decimotercera posición en el ranking mundial de países que más porno ven. Por delante de los españoles, estadounidenses, británicos, japoneses o alemanes, entre otros, consumen todavía más pornografía, tal como recoge un estudio de Pornhub.

Es evidente que la pornografía vive un momento de gran popularidad y fácil acceso. Pero, más allá de los datos o de los impulsos físicos, los científicos estudian qué consecuencias estructurales y neuronales tiene el porno en los usuarios.

La pornografía no sólo puede provocarnos placer sino que también puede convertirse en una adicción según un estudio llevado a cabo por un equipo científico del Instituto Karolinska, en Suecia.

De acuerdo con los científicos suecos, en el momento en que una persona mira una imagen erótica, se lleva a la síntesis de un neurotransmisor denominado dopamina, un factor clave en el sistema de recompensa del cerebro.

A medida que los cerebros de las personas los recompensan por ver pornografía, aprenden que el porno es una forma fiable de buscar buenos sentimientos y se busca repetir la experiencia una y otra vez. En realidad, ver demasiado porno puede compararse con cualquier otra adicción, según sostiene el profesor adjunto de psiquiatría Predrag Petrovic, líder del estudio.

¿Qué partes se encienden en nuestro cerebro al consumir porno?

Los científicos señalan que hay tres regiones concretas en el cerebro que se activan tras consumir contenidos sexuales: la amígdala, el cuerpo estriado y la corteza cingulada anterior, encargada del control ejecutivo y emocional.

En 2014, científicos alemanes del prestigioso Instituto Max Planck concluyeron que consumir demasiado porno podía alterar la estructura del cerebro, reduciendo el volumen de materia gris en el lóbulo derecho, algo que perjudica el control sobre el comportamiento de una persona.

"Hemos encontrado un importante vínculo negativo entre el acto de ver pornografía varias horas a la semana y el volumen de materia gris en el lóbulo derecho del cerebro, así como la actividad de la corteza prefrontal", explicaban los autores del estudio.

Sin embargo, citando a Predrag Petrovic, podría ser al revés ya que "algunas personas ven más pornografía por su poca habilidad de controlar los impulsos".

Además, de interferir en la estructura del cerebro, consumir porno de forma continuada crea ciertos patrones de comportamiento. Según los resultados de un estudio llevado a cabo en 2016 por un equipo científico internacional, aquellos que ven más porno tienen la primera experiencia sexual a una edad más temprana y suelen tener más relaciones sexuales a lo largo de su vida.