Canarias ha estado muy presente en uno de los hitos más importantes de la humanidadla llegada de la misión ‘Perseverance’ a Marte para buscar signos de vida. La zona del cráter Jezero en la que ha aterrizado el apodado cariñosamente como ‘Percy’ se ha denominado Timanfaya, en honor al Parque Nacional canario, lugar escogido por los astronautas para entrenarse antes de tener que enfrentarse a la colonización del planeta rojo. 

El rover Perseverance amartizó este jueves, tras varios minutos de incertidumbre, en el cráter Jezero de Marte con un éxito apabullante y marcando un nuevo hito para la humanidad que podrá tener inconmensurables utilidades en un futuro. Lo hizo con una precisión milimétrica en el centro de la diana en la que los ingenieros de la NASA habían previsto que lo hiciera. El rover, que recorrerá tierras marcianas en busca de vida, se desplegó justamente en el lugar donde los científicos han querido hacer un homenaje a ese paraje en el que muchos astronautas han entrenado para enfrentarse a un futuro viaje a Marte: el Parque Nacional de Timanfaya.

“No somos unos desconocidos en el mundo de las agencias espaciales”, explica Dolores Corujo, presidenta del Cabildo de Lanzarote, que recuerda que “ese conocimiento de nuestro paisaje es el que los ha llevado a identificar a Timanfaya con la superficie de Marte”. La presidenta insular señala que la decisión puede tener un efecto muy positivo de cara al turismo, pero considera que no es lo único que se debe sacar en claro de esta decisión de la NASA. “Nos obliga a reflexionar una vez más sobre lo extraordinario, lo único e irrepetible que es nuestro paisaje”, afirma la presidenta, que indica que “el vacío, la presencia de la roca y el aspecto desértico de Lanzarote son valores que nos convierten en un destino inimitable”.

Pero ese pequeño trozo, en el que ha aterrizado Percy, no es el único que evoca la conexión entre Canarias y el planeta rojo. El Teide es otra de las zonas que se pueden divisar en el planeta vecino. “La NASA ha puesto nombres de accidentes geográficos de todo el mundo”, advierte el astrofísico y director del Museo de la Ciencia y el Cosmos, Héctor Socas, que recuerda que “el Parque Nacional del Teide ha albergado varias pruebas de rovers que iban a enviar a Marte”. En 2011 los tinerfeños pudieron contemplar como el vehículo robótico Bridget, del programa PRoVIsG recorría las Minas de San José para acostumbrarse a esos terrenos rocosos, de grandes expansiones y poco habitados. Lo mismo sucedió en 2017 con el pequeño robot Lucid, un proyecto liderado por la multinacional tecnológica GMV y financiado por la Agencia Espacial Europea (ESA). Las vulcanología de Tenerife y Lanzarote han dejado parajes “análogos planetarios” en ambas islas, pues son tremendamente similares a los que los investigadores han podido descubrir en las fotos de misiones previas al planeta.

España ha estado muy presente en el viaje de Percy hasta Marte. Además de amartizar en la Canarias marciana, el rover lleva consigo instrumentos españoles. Las estaciones meteorológicas que forman a Percy están diseñadas y construidas en el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA), lo que convierte a España en el país con más instrumentos de este tipo desplegados en otro planeta. MEDA (Mars Environmental Dynamics Analyzer o analizador de la dinámica ambientalde Marte) estará a cargo de la caracterización ambiental y del polvo en superficie, registrando todas esas magnitudes de manera ininterrumpida durante toda la duración de la misión. El aparato consta de siete sensores para medir la dirección y velocidad del viento, la humedad relativa, la presión atmosférica, la radiación solar ultravioleta, infrarrojo y visible incidentes, las propiedades el polvo en suspensión, la temperatura del suelo y del aire, y además, una cámara para tomar imágenes del cielo marciano (incluidas las nubes). Habrá que esperar al menos 10 años más –cuando se prevé que otra misión recoja el material biológico y geológico que encuentre Percy en su viaje– para saber si Marte puede convertirse en un lugar habitable para los terrícolas. En un futuro mucho más lejano, si los viajes a Marte se convirtieran en una realidad, los humanos tendremos que concretar si al Teide al que viajamos es al que existe en La Tierra o el que se encuentra 225 millones de kilómetros de distancia.