Su máxima ilusión es poder competir en campeonatos de kick boxing, pero, por el momento, no existe esta posibilidad para personas con alguna discapacidad reconocida. Sin embargo, Antonio Romero Fuentes, un joven con síndrome de Down de 20 años, entrena cada día como si mañana fuera a participar en unas olimpiadas, sin ser consciente de que ya ha roto una primera barrera en una sociedad que muchas veces no tiene en cuenta a las personas con capacidades diferentes.

En su mérito tiene haber logrado ser la primera persona down que ha obtenido el cinturón negro primer dan de kick boxing en España y su entrenador cree que incluso es el primero de Europa, sin necesitar adaptación ninguna en la prueba que logró superar. Fue evaluado por la Federación Española de Kick Boxing, en igualdad de condiciones que una persona que no presente síndrome de Down, obteniendo una nota de sobresaliente, a pesar de que le costó algo más el examen oral.

El día que obtuvo el título Antonio no se mostró nervioso y durmió bien la noche de antes, como él mismo reconoce. Para él, lo que comenzó siendo un juego ha pasado a convertirse en un deporte que puede ser su forma de ganarse la vida.

Antonio es un chico muy extrovertido y alegre. Asegura que tiene muchos amigos y que se siente preparado para vivir en un futuro de su propio trabajo. Es el hijo mediano de Francisco Romero y María Ángeles Fuentes y hermano de Gloria y María. Su familia para él es un gran apoyo, ya que le ha ayudado a saber preparar algunas comidas, hacer su cama y otras labores cotidianas y necesarias.

"Antonio y su padre se presentaron hace unos cuatro años en mi centro deportivo de Alcolea, en el que impartimos clases de deportes de contacto. El kick boxing es una disciplina que combina técnicas de boxeo, con golpes de kárate y de taekwondo. Este chico nunca había practicado esta disciplina, pero sí Ángel, un primo suyo, y conocía a otros alumnos del centro. Le propuse examinarse para obtener el cinturón negro primer dan porque aprecié que tiene elasticidad y que se queda pronto con las instrucciones", apunta Jesús Bellido, gerente de Team Bellido y entrenador de Antonio.

Hasta el comienzo de la pandemia este joven de Alcolea iba a este centro deportivo a diario, pero desde hace unos meses, con motivo de la crisis sanitaria y por el hecho de que las personas con síndrome de Down presentan un mayor riesgo ante la infección por covid-19, los entrenamientos los hace por vía telemática. Tanto su familia como su entrenador están esperando que Antonio pueda vacunarse frente al coronavirus para retomar las prácticas presenciales. Francisco Romero, padre de este joven down, relata que su hijo se entusiasmó por el kick boxing cuando Jesús Bellido impartió una charla informativa sobre esta disciplina deportiva en el IES Gran Capitán, centro en el que Antonio acabará este curso la FP básica de Alojamiento y Lavandería.

Objetivo

La intención de Jesús Bellido era montar un grupo en su centro deportivo para personas con síndrome de Down, pero la pandemia ha trastocado de momento el objetivo. "Quiero a Antonio con locura, porque él también se da mucho a querer. El kick boxing es un deporte que aporta mucha autoestima, beneficios fisiológicos y psicológicos, ya que durante su práctica se segrega mucho cortisol, se libera estrés y serotonina. Además, enseña valores como el respeto, la disciplina, la lealtad, el compañerismo y la pertenencia a un grupo. Me hace mucha más ilusión ver todos sus progresos que ganar un campeonato", recalca Jesús Bellido.

Un referente

"Aunque Antonio no ha podido aún competir, sí ha participado en muchas exhibiciones y reconocidos luchadores de todo el mundo lo felicitan como si fuera el Messi del kick boxing", cuenta un orgulloso Francisco Romero. "Este deporte es su vida. El sueño de mi hijo, el nuestro y el de su entrenador es que pueda dedicarse a dar clase a niños pequeños, ya que con el cinturón negro está habilitado para impartir la formación e incluso tiene el título de árbitro", indica el padre de este joven.

"Es capaz de hacer 50 flexiones o 100 abdominales de un tirón. Tiene mucha fuerza. Su idea es trabajar en este deporte o también en algo relacionado con los estudios que está terminando, para lo que pronto empezará con el programa de inserción laboral de Down Córdoba. Por otro lado, siempre habla de que tendrá un piso, novia, hijos, un proyecto de vida como cualquier joven de su edad", añade Francisco Romero.

"Debería existir una reglamentación específica para que personas como Antonio u otro tipo de discapacidad reconocida puedan integrarse, competir y dar clase en igualdad de condiciones que la población general", insiste Jesús Bellido.