El consumo de cualquier fármaco puede alterar las facultades y capacidades de una persona para desempeñar una actividad. Aunque parezca inocuo, cualquier medicación tiene efectos secundarios y algunos son tan peligrosos que hacen a ese tratamiento casi incompatible con algunas actividades. La DGT acaba de recordar que precisamente uno de los fármacos más consumidos altera la coordinación de tal forma que podría, incluso, llegar a interferir en la conducción segura en el conocido como "efecto bajón".

Según la propia Dirección General de Tráfico, esta medicación puede llegar a producir exceso de sedación y convertirse en un peligro al volante. Se trata de las benzodiacepinas. Este fármaco se utiliza con frecuencia para tratar la ansiedad, el insomnio o el estrés. Esta medicación suele acompañarse con antidepresivos y con analgesia.

A través de una alerta en sus redes sociales, la DGT recuerda que esta combinación puede hacer que el conductor pierda facultades y se ralenticen sus reacciones ante imprevistos que pueden surgir durante la conducción.

Un fármaco muy popular desde los años 60

Las benzodiacepinas se introdujeron en terapéutica a comienzos de los 60. La primera fue el clordiacepóxido y poco después el diazepam, conocido mundialmente como Valium. Su introducción fue un hito, debido a sus propiedades ansiolíticas, hipnóticas, anticonvulsivantes y relajantes. Según el informe de la DGT, hoy día siguen siendo fármacos de primera línea para muchos procesos. En general se consideran fármacos de referencia para tratar ansiedad e insomnio, aunque se empieza a disponer de alguna alternativa farmacológica.

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Ningún grupo de medicamentos está exento de efectos adversos. Y aunque, en general, estos fármacos son seguros, gran parte de su toxicidad se relaciona, entre otros efectos no deseados, con el exceso de sedación, enlentecimiento del pensamiento y del tiempo de reacción, alteración de la coordinación y la relajación motora que pueden provocar.