No, no estás teniendo un mal día porque estamos en Mercurio retrógrado y por eso tu jefe te ha echado la bronca. Ni te has enfadado con tu ligue porque tú eres Aries y él es Cáncer y, claro, los signos de fuego son poco compatibles con los de agua. A pesar de que los horóscopos han vuelto con fuerza y son una vía para creer que podemos mejorar nuestra vida laboral y amorosa, la verdad es que seguramente no seas ni siquiera el signo del zodíaco que crees. 

¿Cómo? ¿Que no soy Virgo? Pero si soy muy ordenado y planifico un montón las cosas. Pues amigo, siéntate, que puede que simplemente no seas tan especial y sólo seas una persona ordenada como cualquier otra. 

El zodíaco es una tradición de la astrología que se remonta a 2.000 años atrás. Según explica el profesor de psicología Glenn Gehers en Psychology Today, los 12 signos que conocemos hoy en día se basan en cómo se veía el cielo alrededor del año 600 antes de Cristo. Pero este cielo ya no lo vemos igual a causa del movimiento natural de la Tierra a lo largo del tiempo, por lo que las constelaciones de Escorpio, Tauro, Piscis, etc, ya no están donde creemos que están. 

En otras palabras, que según este psicólogo por mucho que hayas nacido el 3 de septiembre no eres Virgo: el planeta se ha desplazado tanto que la posición del Sol en relación a la ubicación de la constelación que ésta ya no es la misma. De hecho, como explica el profesor de astrofísica Raj Pandya de la Universidad Estatal de Nueva York, todas las constelaciones del zodiaco se han desplazado “aproximadamente un mes desde que se determinaron las fechas tradicionales”.

Por lo tanto, si naciste el 3 de septiembre eres Leo —oh no, sorpresa, de repente eres una persona a la que le encanta que le hagan casito y eres muy orgulloso, todo lo contrario de tu supuesto Virgo.

Ahora bien, en el fondo esto tampoco tendría que preocuparte demasiado porque al fin y al cabo las descripciones de personalidad en las que se basa el horóscopo son tan generales que cualquiera se podría sentir identificado con ellas.

Es lo que se conoce como el efecto Barnum en la psicología de la creencia sobrenatural. Este muestra cómo si escribes una descripción de personalidad lo suficientemente amplia puedes hacer que cualquier persona crea que se corresponde a su personalidad particular. 

Lo sentimos, al final la ciencia muestra cómo tu horóscopo seguramente no sea el que crees que es. Seguramente no te cueste demasiado aceptar tu nuevo signo una vez asumas que tampoco son muy científicos que digamos. Así que bueno, siempre nos quedarán memes y test como "Qué queso eres según tu signo" y con eso te puedes echar unas risas: