Nuevas tecnologías, redes sociales y retos virales entre adolescentes. Aparentemente son solo juegos pero inducen a situaciones de riesgo que pueden provocar daños muy serios. Sus protagonistas buscan el triunfo en plataformas como Instagram o Tiktok sin medir las fatales consecuencias de su comportamiento. ¿Se comería un cactus, con espinas y todo, para poder colgar el vídeo en la red? Pues hay chavales que sí lo hacen y ya puede imaginarse el desenlace: ganan un puñado de seguidores aún a riesgo de acabar en el hospital. Tal y como ocurrió en Benidorm hace tan solo unas semas. Todo por un selfie. ¿De vedad les merece la pena hacer el ganso hasta ese punto?

Los ‘challenges’ son acciones que se proponen en el entorno digital y que invitan a ser llevadas a cabo por parte de usuarios de todo el mundo. Al principio se popularizaron como retos cómicos y hasta solidarios. En el verano de 2014 una corriente llegada desde Boston (Estados Unidos) recorrió medio planeta con el “Ice Bucket Challenge“. La prueba era del todo sencilla y se podría decir que inofensiva. Consistía en echarse un cubo de agua helada por encima. Sin más. Lo hicieron cientos de miles de personas, entre ellos muchos personajes famosos, y el objetivo no era otro que crear conciencia sobre la existencia de una patología llamada esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Ahora son otras las cadenas de vídeos que triunfan en internet con peligrosas prácticas que demuestran que la estupidez humana no tiene límites.

El angustioso rescate de la joven que se cayó tras hacerse un selfie en Benidorm

El angustioso rescate de la joven que se cayó tras hacerse un selfie en Benidorm INFORMACIÓN

Los retos virales más peligrosos

El último en viralizarse entre los jóvenes de la provincia ha sido el “Desk challenge”. Consiste, nada más ni nada menos, que en quedarse colgado de una percha subido a una silla y con un pupitre encima. Como no podía ser de otra forma no son pocos los que acaban estampándose contra el suelo y algunos de ellos requieren incluso asistencia médica. Todo ello para intentar destacar entre sus semejantes y conseguir una mayor aceptación social, lo que se traduce en alcanzar el mayor número posible de visitas y likes.

Los beneficios de las redes sociales son indudables si se usan de forma adecuada, pero también pueden convertirse en un problema cuando generan dependencia y sirven para difundir acciones peligrosas que, sobre todo los más jóvenes, tienden a imitar.

Buscamos una explicación. ¿Por qué a los chavales les atraen este tipo de retos para difundirlos en la red? La psicóloga Mireia Orgilés, que pertenece al grupo de investigación Aitana de la UMH, dedicado al estudio de los problemas psicológicos de los niños y adolescentes, analiza el fenómeno: “Los adolescentes tienden a ser impulsivos ya que el lóbulo frontal del cerebro, responsable del razonamiento y del control de impulsos, se desarrolla lentamente y no se consolida hasta pasada la adolescencia. Esto implica que los adolescentes no tienen las habilidades necesarias de razonamiento crítico para considerar peligrosos determinados retos y se dejan llevar por su impulsividad. La impulsividad les lleva a actuar sin pensar en las consecuencias y en los daños que les puede ocasionar reproducir una conducta que está de moda. El adolescente necesita además ser aceptado socialmente por el grupo y para eso suele imitar modelos que no siempre son adecuados. Las redes sociales proporcionan un entorno estimulante y cambiante que llama mucho la atención de los adolescentes y facilita esa aceptación de los demás, ya que cuanto más extremo es un comportamiento que aparece en las redes más difusión y más likes se consiguen”.

Parece que muchos de ellos buscan la integración o aceptación en su grupo de amigos, se valora demasiado la popularidad online… ¿Es así? 

Efectivamente para el adolescente es muy importante ser aceptado por el grupo de amigos. Los retos virales les proporcionan la oportunidad de destacar, aunque a veces sea arriesgando su vida. Los adolescentes minimizan el riesgo y se centran solo en que un amigo o alguien que es un referente para ellos lo hizo y consiguió muchos likes y seguidores. Si una conducta, aunque sea peligrosa, está de moda, la siguen porque les hace ser más populares.

Los jóvenes con muchos seguidores en redes, ¿podrían tener una imagen distorsionada de la realidad?

Las redes sociales son un entorno peligroso cuando el adolescente no tiene visión crítica. Presentan una imagen de la vida que no es real. La autoestima del adolescente que tiene muchos seguidores depende del número de comentarios que recibe y eso le puede llevar a realizar conductas peligrosas o extremas, pero que aumentan su popularidad. Si los seguidores descienden o recibe comentarios negativos, aceptará cualquier reto para seguir siendo popular. Al mismo tiempo se convierten en un modelo a seguir para otros y que reproducen las conductas que ven en redes aunque ponga en riesgo sus vidas.

¿Cree que se deberían restringir las cuentas en redes sociales a personas mayores de edad?

Las redes sociales tienen ventajas si se hace un buen uso de ellas. El problema es que los contenidos que los adolescentes ven no están “filtrados” y muchos pueden ser potencialmente peligrosos para ellos. Restringir la edad de uso de las redes sociales podría ser una solución, pero siempre aparecerían formas de acceder a ellas mediante perfiles falsos. Yo apuesto más por una opción más realista, que es preparar a los niños desde muy pronto para que hagan un uso positivo de las redes sociales.

¿Cómo deberían enfrentarse a este fenómeno los educadores y los padres? ¿Cortar el acceso a la tecnología es la solución más adecuada?

Los padres y educadores pueden ayudar a sus hijos desde pequeños a aprender a razonar y a ser críticos con las conductas de los demás. Podemos ayudarles a ver las consecuencias negativas y peligrosas de una conducta determinada, frente a las ventajas que les ofrece hacerla. También es importante resaltar la importancia de no colaborar en la difusión de los retos virales peligrosos. Debemos insistirles en que no deben compartir un vídeo o una imagen que muestre conductas violentas o peligrosas, y así evitaremos entre todos que se convierta en viral. Estar informado sobre las redes sociales y formar parte de ellas también ayuda a los padres a conocer los intereses de sus hijos y con quién se relaciona. Hace años, antes de que existieran las redes sociales, los padres tenían fácil “controlar” con quién pasaban el tiempo libre sus hijos, ya que podían limitar o evitar las compañías que consideraban que no eran adecuadas para ellos. Hoy en día, con internet, es difícil conocer con quién se relacionan nuestros hijos si no somos usuarios de redes sociales.

Por último, quiero destacar que también hay retos virales positivos, que pueden ser divertidos, con fines solidarios y que fomentan la creatividad de los adolescentes. Conseguir que los adolescentes vean estos retos positivos como estimulantes, inteligentes y entretenidos, puede frenar la cadena de retos peligrosos que ponen en peligro sus vidas.