Es la pesadilla de cualquier persona a la que le provoquen repulsa o miedo las ratas, esto es, a la inmensa mayoría de la gente. En Reino Unido se están reportando casos de roedores "del tamaño de un gato" que acceden a las casas trepando por los inodoros.

"Se están volviendo más grandes y valientes", afirmaba un experto en control de plagas al medio Norwich Evening News, tras relatar que le llamaron para un trabajo en esa ciudad y la clienta "apenas podía hablar, estaba muy conmocionada".

Según su relato, la mujer "estaba usando el baño y escuchó un ruido. Miró hacia abajo y allí estaba la rata, en la taza del inodoro. Y esto está sucediendo cada vez con más frecuencia".

La explicación no es otra que su "libertad de ir a lugares a los que no hubieran intentado ir antes" a raíz de que los últimos meses las personas hayan estado confinadas debido a la pandemia.

La Asociación Británica de Control de Plagas (BPCA) informó de un incremento del 51% en las actuaciones contra ratas durante el confinamiento.

En Cork (Irlanda) decidieron arrojar veneno para ratas al sistema de alcantarillado después de que un anciano recibiera en el trasero la mordedura de una que llegó hasta su inodoro subiendo por las tuberías.

El Ayuntamiento de Norwich ha pedido a los ciudadanos que se aseguran de que los cubos de basura de sus casas estén bien cerrados para evitar el efecto llamada. Además, entre los consejos para evitar las visitas de tan indeseables huéspedes, recomiendan que no haya árboles, arbustos o plantas trepadoras que den acceso a la vivienda, para así evitar vías fáciles de entrada para los roedores.

También instan a tener la tapa del váter bajada y a tirar de la cadena antes de usarlo. Del mismo modo, hay que mantener las ventanas y las puertas de los garajes bien cerradas y bloqueadas. "Si puedes meter dos dedos por debajo, entonces es lo suficientemente grande como para que entre una rata", advierten.

En España también se ha registrado algún caso, como este grabado en vídeo en 2019 en Andalucía: