Maribel es cubana. Tiene 50 años y lleva 25 años residiendo en España. Una vez se quedó sin trabajo y con solo dos euros en el bolsillo se dirigió a una farmacia para ver si le vendían alguna compresa o tampón, pero se encontró con una negativa por respuesta. La rabia y el dolor le invadió y sintió que “es deprimente y patético que en siglo XXI y en Europa no haya solución a este problema”. Como ella, se calcula que dos de cada 10 españolas sufren pobreza menstrual, lo que significa tener que elegir entre comprar comida o productos de higiene femenina.

Implica también usar las compresas o tampones mucho más tiempo del recomendado, utilizar trapos, calcetines, cartones... Cualquier cosa que empape la sangre e impida que la gente se dé cuenta de la situación. Porque la menstruación sigue siendo un tema tabú y el no tener productos de higiene provoca en las afectadas humillación, estrés, ansiedad e, incluso, depresión. Asimismo, causa infecciones urinarias, vaginales, de útero o trompas, lo que se traduce en un elevado conste para ellas y para el sistema de salud. “Un coste totalmente evitable”, según explica Ana Enrich, directora de Period Spain, una asociación que nació en el confinamiento con el fin de erradicar la pobreza y el estigma menstrual y que este jueves ha entregado en el Congreso más de 700.000 firmas pidiendo que se incluya la gratuidad de los productos de higiene femenina en los Presupuestos Generales para el 2022.

Para ello, Period Spain ha diseñado varias enmiendas en las que se pide que se reduzca el IVA de estos productos del 10% al 4%, dado que son obligatorios y de primera necesidad pero no están gravados con el grupo superreducido. Asimismo, las alegaciones piden que haya dispensadores gratuitos en los edificios públicos, especialmente en centros educativos y de salud; que se hagan campañas de sensibilización y educación sobre salud menstrual, para alejar el estigma sobre un proceso natural; y que se realice un estudio nacional que permita medir con precisión el alcance de la pobreza menstrual, porque ahora solo hay estimaciones.

El colectivo Period Spain, durante una concentración frente al Congreso para la entrega de firmas pidiendo medidas para acabar con la pobreza menstrual. David Castro

Las dificultades

El Ministerio de Igualdad ya ha intentado rebajar el IVA de los productos de higiene femenina y de aquellos empleados en el cuidado de menores y mayores, como pañales, pero no lo ha conseguido, en la negociación con el PSOE, pese a que los socialistas, cuando gobernaban en solitario, sí que incluyeron la disminución en las cuentas del 2019, que no llegaron a aprobase. La rebaja del impuesto tiene un impacto de unos 18 millones de euros, es decir, el 0,03% del total ingresado en 2017 a través del IVA.

En este contexto, Period Spain es consciente de que es muy difícil que se apruebe, vía enmiendas, la merma fiscal, al igual que la dispensación gratuita en centros públicos. Si bien, la oenegé considera que sí habrá apoyos suficientes para que salgan adelante las enmiendas referidas a la campaña de sensibilización y al estudio, que han sido presentadas por Mas País y ERC y cuentan con el apoyo del PSOE. De hecho, diputadas de los tres partidos han acudido a la presentación de las firmas, para mostrar su apoyo a la iniciativa.

El absentismo

En el acto ha participado también la profesora Laura Labrador, quien impulsó una petición, a través de charge.org, para que en los centros educativos de la Comunidad de Madrid haya productos de higiene íntima gratuitos, tras constatar que existe “absentismo escolar” por este motivo. “No veo justo que no haya productos de higiene femenina, igual que hay jabón o papel higiénico”, ha señalado. Su iniciativa no ha visto la luz en la Comunidad de Madrid. Si bien, la Generalitat ha anunciado que dará copas menstruales gratis en los institutos en primavera, una iniciativa pionera, que busca evitar la pobreza menstrual y, de paso, los residuos al medio ambiente.

Y en otros países, con cuentagotas, se están abriendo paso propuestas similares. Francia dará productos menstruales en los centros universitarios y en Escocia las compresas y tampones son gratuitos por ley. Si bien, en la UE, Irlanda es el único país donde estos productos no están sujetos a ningún impuesto.