La posibilidad de que Europa o el mundo entero sufran un apagón a gran escala a partir de 2025 está en boca de todos desde que el Ministerio de Defensa de Austria lanzase una campaña para preparar a sus ciudadanos para un "gran apagón" o "blackout". Para la ministra austriaca, Klaudia Tanner, "la cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo", lo que ha desatado la psicosis europea. Además, Suiza y Alemania también han lanzado un aviso a sus ciudadanos sobre la posibilidad de sufrir apagones. Si hace unos días hablábamos de en qué consiste un gran apagón y cuál es el kit de supervivencia necesario para un fallo eléctrico masivo, hoy vamos a explicar cuáles son los productos que necesitas tener en la despensa por si ocurre un gran apagón.

Las autoridades austriacas han pedido que los ciudadanos tengan provisiones de alimentos, y elementos básicos, para unos quince días, en previsión de que la electricidad tarde en restaurarse después de un gran apagón. Y, aunque esto no significa el fin del mundo, es importante estar preparado.

En primer lugar, es importante elegir bien a la hora de abastecer nuestra despensa para un gran apagón ya que conviene que los productos no sean perecederos o tengan una fecha de caducidad larga. Los alimentos no perecederos son perfectos para un gran apagón, ya que tienen una larga vida útil y no comienzan a perder sus nutrientes y a deteriorarse hasta que los abrimos. 

De hecho, según la OCU, la fecha de caducidad en estos productos "solo indica la pérdida de propiedades del producto, pero no existe riesgo microbiológico". Esto se debe a que soportan bien la temperatura o la humedad debido a su proceso de fabricación y sus envases (latas, cartón o plástico). Aunque es cierto que también pueden estropearse si no los guardamos en lugares frescos y secos durante una largo periodo de tiempo. 

Los supermercados, suelen tener una amplia gama de productos enlatados que nos pueden servir durante un gran apagón. Además, hay que tener en cuenta que si la electricidad no funciona, cocinar será muy difícil si dependemos de la vitrocerámica, el horno o el microondas. Por lo que conviene que los alimentos de nuestra despensa se puedan tomar fríos. Si podemos hacer fuego o tener agua caliente, podremos cocinarlos mejor.

Por ejemplo, las legumbres enlatadas, las verduras en bote y los caldos no necesitan refrigeración y tienen fechas de caducidad increíbles. El atún enlatado suele tiene una fecha de consumo de hasta tres años, aunque los fabricantes sostienen que puede durar más tiempo si la lata se mantiene intacta. También podemos echar manos de otras conservas como sardinas, mejillones y otros mariscos. Sin olvidarnos de las fabadas, lentejas o garbanzos.

La pasta es siempre una buena opción si podemos calentar agua en algún camping gas, ya que se cocina muy rápido. Las sopas de sobre pueden llegar a durar hasta un año y medio en la despensa y algunas contienen vegetales, vitaminas y antioxidantes, por lo que pueden ser una comida relativamente saludable. También hay otros alimentos que se conservan muy bien cuando están envasados de forma hermética y que nos pueden ayudar a pasar un gran apagón. Por ejemplo, las mermeladas, las aceitunas, el aceite o el vinagre, el azúcar, la sal o el café.