Detrás de la encantadora figura del gato ‘Ramón’ de Almussafes hay una historia poco conocida y no tan seductora para sus dueños. Ambos sienten que están siendo víctimas de acoso por una parte de la sociedad que los tilda de "dejados" y "maltratadores" por creer que el gato no está suficientemente cuidado. Algo que a su dueña ya le está afectando a nivel emocional: "He tenido que abandonar las redes sociales porque supuestos animalistas llegaron a desear la muerte de miembros de mi familia", ha relatado consternida a Levante-EMV.

‘Ramón’ es un animal muy particular: "Quiere estar rodeado de gente, donde haya vida", relata su propietaria. "Lo dejábamos salir durante el toque de queda para evitar que lo atropellasen y él, puntualmente después de dar su paseo, venía a casa y maullaba para que le abriéramos la puerta", afirma. Gestionaba de manera ejemplar una cierta autonomía.

Sus amos buscaron varios remedios para reconducir las ansias de libertad de ‘Ramón’: "Llegamos a comentar en redes sociales el problema y grabamos vídeos de su comportamiento. Él quiere salir y si lo encierro, se porta mal y se las ingenia para escaparse". De entre las soluciones buscadas, incluso valoraron la oportunidad de deshacerse de él: "Nos planteamos, con todo nuestro dolor, llevarlo a una colonia de animales, pero todo fueron negativas, porque es un gato con dueños y que goza de buena salud".

Señalados

Lo que más les duele a los amos del "gato influencer" es sentirse señalados y juzgados por parte de la sociedad. ‘Ramón’ está bien cuidado, su documentación está en regla y las vacunas las lleva al día, pero las soluciones para no dejarlo salir de casa son muy drásticas: "Varios veterinarios que consultamos nos dieron las mismas dos opciones: drogarlo o, en el peor de los casos, sacrificarlo", apunta su propietaria.

La fama de Ramón ha generado debate en las redes sociales. Sin filtros ni conductas moderadas: "Una chica publicó una foto de un gato muy parecido a Ramón muerto sobre la mesa de un veterinario con un texto muy desagradable", relata. En otros casos, los peores, han llegado a recibir "mensajes de odio horribles deseando que el karma nos castigue y que atropellen a mi hija pequeña u otro miembro de mi familia. Es muy duro y lo estamos pasando muy mal", lamenta.

Una llamada de apoyo

"Queremos dar a conocer que Ramón es un gato que no sabe vivir si no está rodeado de gente y que no hace daño a nadie. La creencia generalizada, a priori, es que lo tenemos abandonado. Lo hemos intentado todo para que no salga de casa. Es un gato que deseamos que la gente lo vea como peculiar, no como un animal desatendido. Ojalá una parte de la sociedad deje de juzgarnos", concluye.