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Volcán de La Palma

El volcán sufre nuevos derrumbes y registra una actividad escasa e intermitente

Un estudio científico desvela que la erupción en Cumbre Vieja llevaba cuatro años preparándose

El volcán de Cumbre Vieja.

La actividad eruptiva de carácter estromboliano efusiva en el volcán de La Palma continúa concentrándose en el nuevo cono de piroclastos, donde los pequeños derrumbes que se producen dentro de él aportan bloques que son transportados por las coladas con una rápida asimilación.

En cambio, la actividad en el cono principal es escasa e intermitente y predomina la emisión de ceniza, lo que no significa que no pueda volver a salir magma más adelante, ha precisado este jueves el portavoz científico del Plan de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) Stavros Meletlidis.

Ha aclarado que podrían alternarse varios focos y su energía, pues aunque ahora mismo el magma sale por la parte este, más adelante podría encontrar de nuevo el camino por el cono principal.

Las coladas de lava se derraman en la zona de Frontón, algunas moviéndose hacia el norte y afectando zona nueva, mientras que otras se desplazan hacia el oeste donde se localiza el mayor volumen de ellas, ha agregado.

Por su parte el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, ha admitido que les sigue preocupando el derrame al noroeste del cono principal, que recorre las inmediaciones de la colada primigenia.

Sin embargo, ha señalado que ya no tiene riesgos el derrame que se produjo ayer cerca de la colada 8, pues está prácticamente sin fuerza y transcurre en el tubo lávico.

Ha destacado que la mayor parte de la energía se encuentra en las zonas centrales de la emergencia, lo cual ha dicho que es una buena noticia porque se mueve sobre terrenos anteriores y no empeora la situación.

No obstante, se sigue monitorizando la colada que se mueve al noroeste para ver si finalmente pierde fuerza y se para.

Los científicos han comprobado que sigue habiendo un aporte de energía en el delta lávico situado más al norte y no descartan que se produzca un ligero aporte al delta del sur.

Calidad del aire

Debido a la mejora de la calidad del aire ayer se permitió la entrada de los vecinos en la zona evacuada para hacer cualquier tipo de acción en su vivienda, como la limpieza de cubiertas o retirada de enseres.

La acumulación de gases, en concreto de monóxido de carbono, al sur de la erupción ha impedido la entrada de estas personas a sus casas en las últimas cinco semanas, ha recordado Morcuende, quien ha señalado que durante la mañana se paró el paso por el empeoramiento del aire y luego a las 13 horas se volvió a permitir el acceso hacia Puerto Naos.

Sobre la situación del aeropuerto de La Palma, la disposición del penacho de SO2 y cenizas supone un escenario favorable para la operatividad aeronáutica.

Además, existe probabilidad de lluvias débiles con posibilidad de que resulten persistentes en medianías

Sismicidad

Stavros Meletlidis ha resaltado que la sismicidad a profundidades intermedias ha sido muy intensa en las últimas 24 horas, localizándose en las mismas zonas.

Al mismo tiempo, el número de sismos a profundidades superiores a 20 kilómetros ha disminuido en las últimas horas y la magnitud máxima ha sido de 4.2 mbLg de un evento registrado hoy, a las 05:14, sentido IV (EMS), a profundidad de 13 kilómetros.

En su opinión, el nivel de sismicidad actual sigue indicando que es posible que se produzcan más sismos sentidos, pudiendo alcanzarse intensidades V-VI y originar pequeños derrumbes en zonas de pendiente.

El nivel del tremor se encuentra en valores medios con cambios de nivel y, en cuanto a la deformación, está estable sin tendencia definida en las estaciones más cercanas al centro eruptivo, y ligera tendencia a la deflación en las más alejadas.

La emisión de dióxido de azufre (SO2), asociada al penacho volcánico del actual proceso eruptivo en marcha registrada durante el día de ayer, fue alta.

La serie temporal de la emisión de dióxido de azufre continua reflejando una tendencia descendente desde el pasado 23 de septiembre.

En el caso de la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) continúa registrando valores estables desde el pasado 15 de noviembre.

Estos valores se encuentran por encima del valor promedio de los niveles de fondo y durante el día de ayer esta emisión difusa fue 5 veces el promedio de los niveles de fondo, lo cual, según los científicos, no representan en principio un peligro para las personas.

Ayer y hoy la calidad del aire debida al dióxido de azufre contaminante asociado al proceso eruptivo se ha mantenido en niveles buenos en todas las estaciones de la isla.

Con respecto a las partículas menores de 10 micras, durante el día de ayer se mantuvieron los niveles buenos o razonablemente buenos durante toda la jornada.

Durante la mañana de hoy, como en días anteriores, se comienza a observar un ligero aumento en los valores registrados en Los Llanos de Aridane, sin embargo la media se mantiene entre niveles buenos y razonablemente buenos en todas las estaciones.

En total hay 542 personas albergadas en hoteles de Fuencaliente, del Valle de Aridane y Breña Baja y 43 personas dependientes alojadas en centros socio sanitarios.

Hay una superficie afectada de 1.136 hectáreas y los deltas lávicos ocupan 48,3 hectáreas, mientras que la anchura máxima entre coladas es de 3.350 metros.

Según el Catastro hay 1.562 edificaciones destruidas, la mayor parte de uso residencial, que son 1.250.

Para el satélite Copernicus, hay 2.748 edificaciones destruidas y un total de 2.860 destruidas y afectadas. 

Cuatro años preparándose

La erupción del volcán de Cumbre Vieja de la isla canaria de La Palma se ha estado preparando durante cuatro años, según sugiere un análisis preliminar de los datos, escribe el vulcanólogo del Queens College de Nueva York Marc-Antoine Longpré en un artículo que publica hoy Science.

El experto repasa los hechos antes y desde que entrara en erupción de forma explosiva el pasado 19 de septiembre, demostrando "un comportamiento contrario" al de los volcanes basálticos, unos datos que ofrecen "valiosas lecciones" para la previsión de erupciones, la evaluación de peligros y la gestión de riesgos en Canarias y otras islas volcánicas similares.

Longpré escribe que "con el desastre llegan las oportunidades" y considera que "identificar y diseccionar" esta erupción, que se produce tras cincuenta años, "tiene un enorme valor".

El análisis preliminar de los datos que esboza el experto "sugiere que la erupción se había estado preparando durante cuatro años", empezando por un enjambre sísmico en octubre de 2017.

Posteriormente, "la agitación se aceleró hasta el punto en que una erupción parecía probable solo ocho días antes de que el magma rompiera la superficie".

Longpré señala que la "importante explosividad" de la erupción es algo "sorprendente" porque el alcance de este comportamiento no estaba claro en los registros históricos de las anteriores erupciones en Canarias.

La actual erupción es un "ejemplo revelador" de cómo los volcanes basálticos pueden producir simultáneamente flujos de lava y una considerable actividad explosiva, lo que presenta una oportunidad para reevaluar las erupciones pasadas en Canarias junto con los peligros relacionados.

En su artículo, el vulcanólogo considera que la reactivación y comportamiento del volcán, tras cincuenta años sin actividad, requiere un replanteamiento de las previsiones y los riesgos.

La catástrofe no se ha cobrado directamente vidas humanas, lo que atribuye "a la respuesta de emergencia coordinada de las autoridades locales, que estaban bien preparadas", al haber adquirido experiencia en la gestión de crisis volcánicas durante la erupción submarina de 2011 a 2012 cerca de la isla vecina de El Hierro.

Para Longpré, "otra luz brillante entre las oscuras nubes de ceniza" es el esfuerzo de cooperación científica internacional, coordinada en gran medida por del Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan), con equipos multidisciplinares, sobre el terreno y fuera de él, que comparten datos en tiempo casi real.

La erupción, indica, no muestra actualmente ningún signo de disminución, "lo que se espera" porque las erupciones históricas han durado entre tres semanas y tres meses.

Cuando la erupción termine, "los resilientes habitantes de La Palma se recuperarán y reconstruirán sus comunidades. Pero algún día, quizás en un futuro lo suficientemente lejano como para desafiar la memoria colectiva, el volcán volverá a entrar en erupción, en un lugar diferente", agrega.

En opinión de Longpré, se plantea "un dilema social similar al que se ha descrito en el volcán Kilauea (Hawai): ¿Harán las partes interesadas la planificación necesaria a largo plazo para reducir de forma permanente el riesgo asociado al desarrollo urbano en los flancos de Cumbre Vieja?". 

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