La obligatoriedad de presentar el certificado Covid para acceder a determinados espacios, una medida implantada en las últimas semanas en varias comunidades -desde este viernes, también, en Canarias-, y la proximidad de la Navidad, con reencuentros y reuniones familiares, ha disparado el número de personas no inmunizadas que engrosan las colas para recibir las primeras dosis de una vacuna que, hasta ahora, rechazaban ponerse. Sólo en la Comunitat Valenciana, se han administrado, de media, durante el Puente de la Constitución, unas 2.050 vacunas diarias. De un total de 12.291 inoculadas en estos días festivos, casi 6.000 han sido primeras dosis. En Madrid, el Hospital Enfermera Isabel Zendal también ha sido un hervidero de gente durante las pasadas fechas: en cuatro días se han inoculado más de 4.200 primeras dosis a personas que no se habían inmunizado. "Se supone son muy antivacunas y resulta que se les van todos esos recelos en cuanto quieren tener un pasaporte para ir a tomar un vino. Es una incongruencia total", critica el doctor Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI).

El Puente de la Constitución, primero; la Navidad, en unos días; la subida en el número de contagios y la inquietud ante la nueva variante ómicron han disparado el número de personas que hasta ahora decidieron no vacunarse y llevan semanas engrosando las colas para recibir sus primeras dosis. Definitivo, admiten desde algunas consejerías de Sanidad a este diario, el uso del certificado covid que se ha generalizado en las últimas semanas a lo largo y ancho de España. "Es paradójico. Es lo que era lo que veía útil del pasaporte covid. No para entrar a los sitios y evitar contagios, siempre pensé que el efecto era indirecto porque la gente que no se había vacunado comenzaría a hacerlo", señala a El Periódico de España el doctor Marcos López Hoyos.

Justo hasta antes del Puente, siete comunidades habían conseguido el aval de la Justicia para solicitar el documento (que acredita que un individuo está inmunizado contra el coronavirus) y lo requieren para acceder a determinados espacios o actividades: Aragón, Cataluña, Galicia, Murcia, Navarra y la Comunidad Valenciana. Desde este viernes, el certificado también entra en vigor en Canarias, tras haber sido ratificado por el Tribunal Superior de Justicia de esta comunidad. Tendrá una vigencia inicial de un mes. En Cantabria, el TSJ también ha autorizado este documento al considerar "adecuada y necesaria" la medida.

Castellón triplica la cifra

Lo cierto es que, según datos aportados por la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana, la implantación del certificado covid -que en esta autonomía entró en vigor la medianoche del viernes 3 al sábado 4 de diciembre-, ha incrementado un 74% la administración de primeras dosis en la región en la última semana de noviembre respecto a la primera semana del mismo mes. El crecimiento es más acusado en la provincia de Castellón, que casi ha triplicado la cifra en un mes.

El certificado se exige en esta comunidad desde el mencionado fin de semana para entrar a locales de ocio y restauración con aforos de más de 50 personas; espacios dedicados a actividades recreativas y de azar con comida; eventos y celebraciones de más de 500 personas donde no siempre se pueda llevar puesta la mascarilla y en las visitas a hospitales (cuando estén autorizadas) y a residencias.

En la Comunitat Valenciana, en las tres primeras semanas de noviembre, según los mismos datos, los puntos de vacunación recibieron "un goteo continuado" de personas que querían vacunarse

Durante las tres primeras semanas de noviembre, según los mismos datos, los puntos de vacunación, estáticos o móviles, recibieron "un goteo continuado" de personas interesadas en vacunarse, y la administración de primeras dosis rondaba las 4.600 semanales con un aumento "sostenido pero modesto" (por debajo del 1% semanal).

Alargar el horario para vacunar a todos

Sin embargo, desde esta autonomía precisan que es desde la cuarta semana de noviembre, ya inmersos en una sexta ola de Covid y con una incesante subida de contagios, cuando el ritmo de crecimiento se ha disparado. Con motivo del Black Friday, sólo en los puntos móviles sin cita previa se administraron un total 2.190 dosis y hubo que alargar el horario de atención para poder inmunizar a todas las personas que querían hacerlo. La semana se cerró con 7.524 primeras dosis administradas (frente a las 4.331 de la primera semana de noviembre, es decir, un 74% más).

Con datos de este mismo jueves facilitados por la Consejería de Sanidad, el balance actualizado de las dosis administradas en los distintos puntos de vacunación sin cita durante el pasado puente -entre el viernes 3 y el miércoles 8- fue de un total de 12.291 dosis. De media, unas 2.050 vacunas diarias. De estas 12.291 vacunas administradas en todo el puente, un total de 5.959 han sido primeras dosis.

Largas colas en el Zendal de Madrid

En Madrid, el Hospital Enfermera Isabel Zendal también se convirtió durante este puente en un hervidero de personas que acudían a ponerse una primera dosis de la vacuna, admiten fuentes del centro de emergencias que el pasado 1 de diciembre celebró su primer aniversario. Desde comienzos de diciembre, la comunidad ha decidido reactivar el sistema de autocita para que quien lo desee pueda vacunarse de primera, segunda y tercera dosis.

"Son muy antivacunas y se les van todos esos recelos en cuanto quieren tener el pasaporte para ir a tomar un vino", señala el doctor López Hoyos

En el Isabel Zendal se administran las tres dosis a través del sistema de autocita, desde las 08.00 a 21.00 horas, los siete días de la semana. Además, quien lo desee puede acudir sin cita en horario nocturno. Y, durante el largo puente de la Constitución, el hospital de pandemias de Madrid se ha visto desbordado de visitantes que acudían a administrarse sus vacunas. Así, según los datos facilitados a El Periódico de España desde el centro sanitario, desde el 4 de diciembre, sábado, hasta el 8 de diciembre, miércoles, se han inmunizado un total de 30.351 personas, de las cuales 4.256 recibieron primeras dosis, 11.679 segundas dosis (en este porcentaje también figuran, por ejemplo, los inmunizados con la vacuna de Janssen) y 14.416, mayores de 60 años, terceras dosis.

"Es curioso. Porque se supone que conceptualmente son muy antivacunas, o están en contra y resulta que se les van todos esos recelos en cuanto quieren tenerlo para ir a tomar un vino. Es muy paradójico. Es una incongruencia total. Por eso veo bien que se implante el pasaporte covid, para forzar a los no vacunados", concluye el doctor López Hoyos desde la SEI.