La Virgen María, José y un recién nacido Jesús han encontrado cobijo en una vieja marquesina de bus a la entrada de la aldea de O Casal. Aunque a priori puede parecer que esta parada de Paderne no es el lugar más idóneo para resguardarse, lo cierto es que no han podido escoger mejor refugio para celebrar el nacimiento. Y es que en este pequeño núcleo de escasas diez viviendas de Adragonte, la Navidad se festeja por todo lo alto y la falta de recursos se suple con dosis extra de imaginación.

Unos maniquíes, unas sábanas, celofán y hojas de palmeras han servido a los residentes para componer un belén que ha hecho de este cruce de caminos de Paderne un punto de parada obligada para selfies y posados. Este singular portal, donde todos son bien recibidos y se espera tanto por los regalos de Papá Noel como por el oro, incienso y mirra de los Reyes Magos, da la bienvenida a una aldea que hace sombra a Vigo en cuanto a decoración navideña.

Esta aldea hace sombra a Vigo.

Sus Majestades de Oriente no necesitarán que les guíe la estrella de Belén para dar con esta aldea que al atardecer resplandece con un millar de luces. A diferencia de otras localidades, la decoración es casera, sin recursos públicos, pero nada tiene que envidiar a la de ciudades que se dejan un dineral en luces. Una noria, un tiovivo o una bola que no desmerece a la Estrella de la Muerte de la Marina coruñesa son algunos de los elementos ornamentales made in O Casal que decoran las viviendas y jardines.

Noria de luces instalada por los vecinos y, a sus pies, el belén instalado en una marquesina de bus.

Fue Bertón, un vecino de esos que se apunta a un bombardeo, que tanto arma el belén como organiza el carnaval, el que puso en pie una tradición que ha arraigado en esta aldea y que no solo entusiasma a los más pequeños, sino que ha conseguido estrechar lazos entre las familias de este pequeño núcleo rural.

Bertón posa con el tiovivo de luces que adorna su jardín.

En esta aldea, en las Navidades se despilfarra lo justo, el reciclaje es un valor añadido y un manitas está más cotizado que un adorno navideño de diseño. Basta ver la decoración artesanal de Bertón, con tiovivo de caballos de madera y crines de paja para comprender que en O Casal, la creatividad es parte fundamental del juego. Este vecino, que ayer se afanaba porque brotasen luces de un tonel, cuenta que las familias de este pequeño núcleo se fueron sumando poco a poco y que con los años han logrado reunir un alumbrado que comparten y reutilizan.

Casa iluminada de Bertón, el impulsor de esta tradición.

“Todos los años compramos unas pocas luces”, explica Patricia, una vecina de O Casal que adorna su vivienda con dos muñecos de nieve que han merecido casi tantos posados como el belén instalado en la marquesina situada a la entrada del pueblo. La decoración no es la única sorpresa que espera a los más pequeños. Esta aldea cuenta también con su propia cabalgata, organizada por las madres. La de O Casal llega el 24 de diciembre y que tiene como protagonista a Papá Noel, que recorre todas las casas en su particular remolque para asegurarse de que ningún niño se queda sin regalo.

Esta aldea hace sombra a Vigo.