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Salud

Aumentan los casos de trastornos por atracón provocados por la ansiedad

Los expertos alertan de que este tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) se está observando en edades cada vez más tempranas, entre la adolescencia y la madurez temprana - La psicología y la nutrición son clave en su tratamiento

La ansiedad está estrechamente relacionada con este tipo de trastorno de la conducta alimentaria. LA OPINIÓN

La ansiedad se encuentra entre las principales causas del trastorno por atracón. Este es uno de los Trastornos de la Conducta Alimentaria menos conocido y que más se está incrementando en los últimos años. Este tipo de TCA está estrechamente relacionado con el hambre emocional, comer guiados por las emociones.

«El hambre emocional no tiene por qué ser negativa. Se convierte en una mala práctica cuando no hay un manejo alternativo de esas emociones que no sea la comida», indica Mamen Bueno, psicóloga sanitaria y colaboradora en ‘Cómete el mundo: el blog de los trastornos alimentarios. Este tipo de ansiedad es el eje sobre el que oscila el trastorno por atracón. Este TCA se caracteriza por la ingesta de comida con el fin de paliar una sensación de malestar: «Es la falsa idea del control de la ansiedad a través de la alimentación. La comida actúa como una especie de anestesia, una falsa sensación de control de la situación», explica esta profesional.

En este tipo de afecciones no es tan determinante la cantidad ni la calidad de los alimentos como la sensación que produce en las personas que la padecen. «No es comer compulsivamente. Se toma el trastorno por atracón como un problema de autocontrol pero es un TCA y muy serio», advierte Alba Castillo, trabajadora social en la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y la Bulimia, Adaner Málaga.

El malestar y la culpabilidad es lo que emocionalmente acompaña a toda esta ingesta de comida. Este es el rasgo principal de los atracones, el bucle en el que adentran estas personas: «Se cree que la comida es la solución, que lo necesitan para calmar esa ansiedad. El malestar desaparece momentáneamente pero después va a entrar en un sentimiento de culpa que le va a volver a generar ansiedad», señala Castillo.

En esta misma línea, Rafael San Román, psicólogo de la plataforma Ifeel, explica que «en un primer momento, la persona se regula pero luego se hace patente que la situación que ha provocado esas emociones no se ha solucionado, que la manera de tranquilizarse realmente no es saludable y que no se han adquirido habilidades para manejar esto de manera más saludable».

Los expertos alertan de un aumento de trastornos por atracón a raíz del incremento de cuadros de ansiedad derivado de la pandemia de la Covid-19. Además, estos profesionales advierten de que cada vez se están observando en edades más tempranas. «El perfil que tenemos ahora mismo en Adaner Málaga es el de niñas de 17 a 22 años. También tenemos pacientes más adultos, entre los 30 y 40 años, que suelen venir arrastrándolo. El trastorno por atracón lo estamos observando en la adolescencia y la madurez más temprana», señala Alba Castillo.

Asimismo, la asociación informa que en otros TCA, como la anorexia y la bulimia, las edades descienden hasta los doce años. «Tenemos niñas muy pequeñas ahora mismo», lamenta esta trabajadora. Por ello, defiende la necesidad de romper con los estereotipos a los que están expuestas las niñas y adolescentes hoy en día: «Las redes sociales hacen mucho daño y pueden provocar un trastorno. Hay que visibilizar los cuerpos no normativos porque todos los cuerpos tienen su lugar».

Por su parte, ante el aumento de trastornos por atracón, Adaner Málaga considera fundamental informar acerca de un TCA no tan reconocible. «Si vemos a una niña excesivamente delgada o la vemos vomitando nos preocupamos muchísimo pero si vemos a una niña que coge un paquete de patatas, de galletas... lo asociamos a falta de voluntad». Alba Castillo insta así a romper con este tipo de creencias que solo contribuyen a estereotipar y retrasar el diagnóstico de este trastorno de la conducta alimentaria.

Psicología y nutrición, de la mano en el tratamiento

En el tratamiento de cualquier TCA es esencial un trabajo conjunto y coordinado de la psicología y la nutrición. Estas dos disciplinas deben trabajar de la mano para ofrecer a los pacientes todas las herramientas necesarias para superar estos trastornos y lograr una relación sana con la comida.

La psicología será la encargada de ahondar en las causas. Una vez descifrado el trasfondo, los profesionales en salud mental otorgarán a estas personas información y pautas para canalizar esas emociones a través de prácticas adecuadas, sin recurrir a la comida.

«En Adaner Málaga contamos con psicólogos y nutricionistas expertos en trastornos de la conducta alimentaria. La psicóloga indaga en todo aquello que no se ve. El atracón es lo más visible pero lo que no se ve es esa ansiedad que hay detrás y las causas que la provocan», explica Alba Castillo.

Mientras, el nutricionista jugará un papel fundamental a la hora de conseguir que el paciente vuelva a retomar una relación saludable con la comida. Para la persona que padece este tipo de trastorno, los alimentos se convierten en un arma de doble filo. A menudo tienden a someterse a estrictas dietas que no terminan siguiendo, con la consecuente frustración que ello les produce.

Por tanto, abordar el tratamiento de estos pacientes desde la nutrición debe pasar por un seguimiento que ejerza presión sobre los pacientes: «La nutricionista, lejos de poner cualquier dieta, lo que va a hacer es ayudar a la persona a llevar una vida saludable», señala Castillo.

En este sentido, es fundamental que este tratamiento ofrezca a estas personas la posibilidad de comer de todo «sin sentirse culpable por ello, que puedan comer ciertas cosas en determinados momentos sin entrar en ese bucle de culpabilidad». El objetivo, asegura Alba, es que «puedan llevar una vida normal en relación con la comida». Para ello, Adaner Málaga ofrece consultas externas tanto de nutrición como de psicología.

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