El museo Dalí de Figueres fue el escenario ayer del primer viaje a la provincia de la princesa de Girona, Leonor de Borbón, que acompañada de su hermana Sofía pudo realizar una visita privada y se reunió con jóvenes con talento. El hecho de que viniera a las comarcas gerundenses sin la compañía de sus padres contribuía a dar trascendencia a la visita, algo que pudo apreciarse por la gran cantidad de medios de comunicación presentes.

La última visita de los reyes a Girona fue en 2018 para asistir a la ceremonia de los premios de la Fundación Princesa de Girona (FPdGi), que en aquella ocasión se celebró en el Celler de Can Roca, después de que el Ayuntamiento de Girona se negara a ceder un recinto y declarara persona 'non grata a Felipe VI por su discurso de condena del 1-O. Esto hizo que las dos últimas galas de los premios, la del 2019, cuando se estrenó Leonor de Borbón, y el año pasado, tuvieran lugar en Barcelona, al igual que la de hoy, a la que volverán a asistir los reyes y sus hijas.

El hecho de tener que estar en el lugar con bastante antelación a la llegada de la comitiva real permitió a los medios asistir a la llegada a la zona de partidarios y detractores de la monarquía, mientras el propietario de un bazar chino situado frente a la entrada principal del Museo Dalí lo miraba todo con curiosidad, sonriendo a los periodistas aunque el amplio cordón policial impidió que nadie entrara en su tienda durante varias horas.

Con unos diez minutos de retraso respecto a la hora prevista llegó la princesa de Girona, que tras girarse brevemente hacia quienes protestaban por su presencia, saludó tímidamente a la prensa y se dirigió junto a su hermana a saludar las autoridades que les acompañarían en su visita privada al Museo Dalí: la ministra de Educación, Pilar Alegría; la delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugenia Gay; el presidente de la Fundación Gala-Dalí, Jordi Mercader; y el presidente de la Fundación Princesa de Gerona, Francisco Belil, entre otros. Ningún miembro del Gobierno de la Generalitat participó en la visita por su veto a los actos que la Casa Real organiza en Cataluña. La misma actitud tuvo la alcaldesa de Figueres, Agnès Lladó (ERC). Sí estuvo presente el vicealcalde de la ciudad, Pere Casellas (PSC).

Una vez hechas las presentaciones, y ante la insistencia de los fotógrafos, Leonor, Sofía y las autoridades hicieron un posado de unos segundos en el que las dos hijas de los Reyes tuvieron problemas para situarse, pero la gente de protocolo las orientó debidamente. Ambas llevaban discretos y bonitos trajes veraniegos y se mostraron en todo momento bastante tímidas.

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La princesa Leonor y la Infanta Sofía visitan Girona Aniol Resclosa

Reunión privada

Dentro del Museo, la princesa de Girona presidió una reunión privada con jóvenes que han participado en varios programas formativos de la Fundación que lleva su nombre mientras los medios esperaban en la sala de la Cúpula, donde también descansan los restos de Dalí y que está presidida por el gran mural del “Laberinto”.

Tras la citada reunión, comenzó la visita privada de las hijas del Rey, acompañadas en todo momento por la directora de los Museos Dalí, Montse Aguer, quien les fue dando varias explicaciones que las adolescentes escucharon con atención. El recorrido real por el museo se cerró en el patio del mismo, donde la princesa de Girona posó para los medios siempre con una sonrisa en los labios junto a los jóvenes con los que se habían reunido minutos antes. Leonor, como buena adolescente, mostró curiosidad por el Cadillac negro que preside el patio, mirando incluso al interior a través de un agujero que hay en una de las ventanas del vehículo. En esa zona Leonor estuvo más cercana a los medios, llegando a confesar a preguntas de una periodista que el Museo Dalí le había parecido "muy interesante y bastante impactante".

A la salida del recinto, la princesa de Girona, acompañada por su hermana, fue a encontrarse con las doscientas personas que le esperaban para mostrarle su apoyo entre gritos de “guapa” y “viva la princesa». Las dos hijas de los Reyes estuvieron varios minutos saludando y hablando con los concentrados, que incluso llevaban una gran pancarta que rezaba «El futuro es Leonor».

Por último, la princesa de Girona y su hermana se despidieron de las autoridades y subieron al coche oficial. Mientras tanto, el dueño del bazar, aún con curiosidad, lo grababa todo con su móvil. Mala tarde para el negocio, pero no todos los días se puede ver a una princesa.