La doctora en física y clima espacial Tamitha Skov advirtió hace unos días de que este martes 19 de julio impactaría sobre la tierra una tormenta solar. La experta definió el golpe de la tormenta solar sobre el planeta como "un filamento en forma de serpiente" y las redes se echaron las manos a la cabeza y los rumores sobre grandes apagones en sistemas eléctricos, internet y de comunicación salieron a la palestra.

Skov es investigadora de la Corporación Aeroespacial de Estados Unidos y se la conoce en redes como la "Mujer del Clima Espacial" y aunque la NASA no emitió comunicado o alerta alguno, así lo hizo la experta en redes basándose en uno de los modelos de predicción de la misma agencia espacial. Tampoco Aemet, la agencia encargada de evaluar estos impactos en España, lanzó alerta sobre esta tormenta geomagnética.

Sin embargo, según las previsiones Centro para la Detección del Clima Espacial (NOAA), será hoy jueves 21 de julio cuando una de las eyecciones solares alcanzará la Tierra, aunque se espera que tengan pocas consecuencias. De cualquier modo, según ha asegurado NOAA en su última comunicación al respecto, el ciclo de actividad que suele aumentar cada 11 años del sol se está volviendo a acrecentar, lo que significa que las erupciones solares están aumentando también en frecuencia.

Pero, ¿cómo se produce una tormenta solar y qué ocurre cuando esta impacta sobre la Tierra?

Auroras boreales e interferencias en líneas eléctricas

Una tormenta solar o geomagnética “nace” tras un episodio de grandes emisiones de viento solares o eyecciones de masa coronal que, según su intensidad, pueden llegar a producir alteraciones en la magnetosfera terrestre.

Las auroras boreales son uno de los efectos provocados por las tormentas solares. La interacción entre las partículas despedidas por el Sol con las moléculas atmosféricas concentradas a una altura de entre 35 y los 750 kilómetros hacen visible y apreciable fenómeno.

Imagen de una aurora boreal.

Tal y como señala Aemet, "las auroras tienen un impacto directo en las comunicaciones HF y en los sistemas de posicionamiento por satélite. También están íntimamente relacionadas con las corrientes inducidas en tierra, que pueden afectar a las líneas eléctricas y a los transformadores".

Las llamaradas provenientes del astro vienen acompañadas por rayos X que, a su vez, suelen absorberse en la primera capa de la atmósfera. Sin embargo, de contar con la energía suficiente como para distorsionar la ionosfera, se podrían generar interferencias en la propagación de ondas de radio. La velocidad a la que viajan las partículas que componen a estas llamaradas (entre 300 y 1000 kilómetros por segundo) pueden dañar diversos sistemas de comunicación, redes de distribución de electricidad y dispositivos varios.

Según el NOAA, la tormenta geomagnética que se espera será de nivel 1, el más bajo, por lo que no se esperan episodios o impactos sobre las redes intensas.