Cuarenta años ha tardado el equipo que puso en marcha el arqueólogo Eudald Carbonell en encontrar los primeros restos humanos neandertales en la excavación del Abric Romaní, en Capellades (Anoia, Barcelona). Y este agosto, a pocos meses para que el eminente investigador de la Prehistoria se jubile, ha ocurrido: han aparecido cuatro pequeños huesecillos, que debieron formar parte del cráneo de un individuo que vivió en la zona hace 60.000 años. Se trata, concretamente, de una pieza del parietal, otra del temporal y dos del cigomático.

"Ya en la campaña de excavaciones del año pasado, nos dimos cuenta de que estábamos llegando a un nivel diferente. Se encontraron unos cuernos de ciervo y pensamos que algo cambiaba, eran indicios que no se habían visto desde que empezamos los trabajos", ha explicado este jueves un casi emocionado Carbonell, junto a la 'consellera' de Cultura, Natàlia Garriga; el alcalde de Capellades, Salvador Vives, y Robert Sala, director del Institut Català de Paleoecologia i Evolució Social (Iphes-Cerca) y alumno de Carbonell en las excavaciones iniciadas en los años 1980.

Descubrimiento inesperado

Uno de los objetivos de la campaña de este año era ampliar la extensión del nivel R del yacimiento, donde, como ha detallado el catedrático de Prehistoria de la Universitat Rovira i Virgili (URV), donde se había podido identificar un campamento neandertal de hace 60.000 años especializado en la caza de ciervos. Pero el pasado 19 de agosto, a punto de terminar la temporada por este año, "unos estudiantes localizaron unos restos óseos recubiertos, que, después de limpiarlos y analizarlos por parte de diversos especialistas, se ha visto que eran neandertales", ha destacado Palmira Saladié, una de las codirectoras de la excavación. "Ha sido algo completamente inesperado", ha añadido.

"No podemos decir todavía qué tipo de individuo era, si era una cría, macho o hembra", ha precisado Saladié, aunque hay indicios que hacen pensar en un ejemplar joven y, probablemente, femenino. En Cataluña se han encontrado restos neandertales en otras excavaciones, y son especialmente relevantes los del yacimiento de Les Teixoneres del Moi (Moianès).

"El mayor valor de este hallazgo es precisamente el tipo de hueso del que se trata. Una falange, por ejemplo, nos explica unas cosas. Estos huesos craneales, que se hallan en la zona del oído, tal vez nos cuenten más cosas ligadas al lenguaje y podamos explorar cómo hablaban los neandertales", ha subrayado Carbonell.