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Galicia

Trabajadores del Reggaeton Beach Festival denuncian condiciones laborales “cercanas a la esclavitud”

Tras más de un mes sin cobrar, auxiliares de seguridad desvelan las irregularidades: puertas de emergencia con bridas, jornadas de 14 horas de pie y solo 15 minutos para descansar

Una de las actuaciones del festival que se celebró en Nigrán. D.P.

Bridas en las puertas de emergencia, comas etílicos e importantes heridas sin supervisión médica, 14 horas de pie y solo 15 minutos para descansar, comer u orinar. Puestos vacantes por falta de relevo, atrasos en los pagos que se prolongan más de un mes e incluso robos en el control de entrada. Estas son algunas de las situaciones que los auxiliares de seguridad del Reggaeton Beach Festival, celebrado en el polígono industrial de Porto do Molle (Nigrán), denuncian que se han dado durante el evento, que tuvo lugar los pasados 13 y 14 de agosto.

Extracto de las conversaciones del grupo de WhatsApp a través del que se comunicaban los miembros de seguridad del festival.

Ramiro, uno de los profesionales contratados esas dos jornadas, cuenta a FARO, diario integrante del grupo Prensa Ibérica al igual que este medio, que “las condiciones de trabajo rozaban la esclavitud”. “Vengo de trabajar en el mar y aquello fue una locura. Hubo gente a la que tuvimos que llevar en brazos, alguno con la cabeza abierta sin que hubiese personal sanitario para ayudar. No había ni cómo taponar esa hemorragia. Fue un descontrol total”, resalta.

Conforme denuncia, todavía no cobró ninguno de los trabajadores: camareros y auxiliares de seguridad. En este último grupo conformado por unas 80 personas se encuentra él, así como otros de sus compañeros –entre ellos Cristina, Jesús y Diego–, quienes dan a este periódico la misma versión, señalando que “el trato fue vejatorio” de cara a los empleados, que en algunos casos desistieron.

“Si no hubo una desgracia fue porque Dios no quiso”, comentan. En concreto, apuntan a la compañía Printes Security Advice, asentada en Ourense y que sigue sin darles una respuesta concisa de cuándo recibirán el importe que les adeudan por los dos días de trabajo. A este respecto, remarcan que llevan semanas dándoles largas sobre la fecha de pago.

“Fue bastante desastre. Estaba en un puesto en el que necesitábamos más ayuda, se nos habían prometido descansos y relevos que no llegaron”, agrega Jesús sobre el desarrollo del festival, apuntando que empezaron ya siendo “menos gente” de la que debían. “Abandoné el domingo a las tres de la tarde porque estaba agotada'', añade Cristina, mientras Diego subraya que había “bastantes menores” en estado de embriaguez.

Extracto de las conversaciones del grupo a través del que se comunicaban los miembros de seguridad del festival.

En total, los auxiliares de seguridad vienen a reclamar cantidades que superan los 200 euros (les pagaban siete euros la hora) por lo que en su conjunto la deuda que reclaman a la citada compañía (con quien este periódico se puso en contacto sin éxito alguno) superaría los 15.000 euros. A mayores, denuncian que firmaron el contrato casi al término del evento, por lo que aquellos que desistieron antes no cuentan con este documento.

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