Antes de que la viralidad pasara a formar parte de nuestras vidas, por obra y gracia de las redes sociales y los smartphones, era la televisión la única capaz de hacer que determinados contenidos estuvieran en boca de todos y, en algunos casos, incluso pasaran a formar parte de la cultura popular.

En el imaginario colectivo de quienes hoy están en la mediana edad quedó, por ejemplo, aquel famoso vídeo de "¡que te meto con el mechero, Sole!", popularizado en 1994 por el programa de Alfonso Arús "Al Ataque". En aquellos lejanos años los famosos "Vídeos de primera" no eran otra cosa que lo que podemos ver hoy a diario en Twitter.

Pues bien, uno de esos vídeos míticos, pero en este caso de la Argentina de los años 90, es el de una broma televisiva del programa "Videomatch" que, vista hoy, sirve para entender cómo pudo inspirar a numerosos estafadores de personas mayores.

"¡No me digas tú a mí!"

En el vídeo en cuestión, de la sección "Conocidos" del citado espacio y que aún hoy sigue generando debate sobre si fue real o un montaje, la periodista Gabriela Guimarey entrevista en la calle una señora para que le dé su opinión sobre los cambios en la familia, sobre si la gente sigue reuniéndose para comer los domingos.

La mujer en cuestión, María de los Ángeles Villalta, comienza a hablar con la reportera mientras que a su espalda, Pachu y Pablo, que se convertirían en una de los más reconocidos dúos del humor argentino, están escuchando y tomando nota sobre todo cuanto dice, sin que ella sea consciente.

La señora explica que su apellido es español, concretamente de Castilla La Mancha, donde ella nació. Acto seguido, Gabriela Guimarey le dice que va a contar con otras opiniones y llama a su pareja cómplice, que pasan por delante como si estuvieran haciendo footing.

Al pedirles su opinión sobre la familia, la pareja de cómicos empiezan a hacerse pasar por españoles, manchegos para más señas y para sorpresa de una María de los Ángeles que no cabe en sí de emoción. "Villalta somos nosotros", suelta Pablo Granados. "¡No me digas tú a mí!", grita la señora, en una frase que ha quedado para los restos en Argentina.

"¿Quién es tu madre?", le pregunta ella a continuación. "Mira este rostro y dime tú quién es mi madre", sale del paso el humorista. "Ay, es Teresa", aventura la señora, que se funde en un abrazo con él tras confirmarle que ha acertado. No solo eso, sino que ellos hacen como que la reconocen: "Tú eres María, ¿verdad? María de los Ángeles".

La inocente mujer enloquece de alegría. "Y este que nació después, ¿no te acuerdas de él? Mira esta cara", prosigue el cómico mientras le muestra la cara de su compañero.

"Ay, no me acuerdo de él", se lamenta la señora Villalta. "Es el hijo de... Ma-no", apunta él. "¡Ay, de Manolo, por Dios bendito!", exclama ella mientras se tapa la boca de la sorpresa. Estuvo rápido y ocurrente el cómico dando por sentado que en todo pueblo existe un Manolo.

"¡Qué bueno que está esto!", señala la víctima de la broma, que de tanta alegría acaba bailando una especie de jota-muñeira ante la cámara. Finalmente le acaban desvelando que es todo una broma y la "víctima" se parte de la risa:

Germen de un modus operandi de estafadores

La republicación del vídeo en una cuenta de Twitter ha provocado un debate entre quienes opinan que entonces el humor era más puro que ahora, sin tanto ofendidito, y los que, autoenglobándose en este grupo de forma tácita, censuran el comportamiento de los comediantes por "jugar con los sentimientos" de la señora.

No obstante, lo más interesante es ver cómo muchos ven esta broma televisiva el germen de un modus operandi por el cual muchos estafadores logran engañar a la gente mayor.

"Así nació el cuento del tío. Un piloto de 9 reinas", apunta un tuitero, en alusión a la película argentina escrita y dirigida por Fabián Bielinsky, en la que Ricardo Darín y Gastón Pauls dan vida a una pareja de timadores entre cuyos trucos figura, precisamente, hacer creer a una anciana que son parientes suyos para lograr que les dé dinero.

"Así estafan hoy en día a personas mayores, unos visionarios", subraya otra mujer en el mismo hilo de comentarios.

Y es que, en efecto, hasta por Whatsapp prolifera ya ese truco de simular ser un pariente, conocido o amigo que se encuentra en apuros y necesita un favor económico.