Es un centro único en España y uno de los pocos en el mundo dedicado al descubrimiento de nuevos tratamientos para enfermedades infecciosas que asolan especialmente a los países en vías de desarrollo -las llamadas 'enfermedades olvidadas- que, como la malaria o la tuberculosis, cada año causan millones de muertes. El Centro de I+D de Tres Cantos (Madrid), de la farmacéutica GSK, en está de celebración: cumple 30 años dedicados a la "salud global". Instituciones, científicos y farmacéuticas llevan décadas trabajando codo con codo para buscar nuevos tratamientos y vacunas para hacer frente a las enfermedades infecciosas. Con motivo de su cumpleaños, y por primera vez desde la pandemia, el centro ha abierto sus puertas y mostrado sus entrañas. Antes, en una mesa redonda con motivo del aniversario, se debatió sobre salud global y se advirtió: la crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha ofrecido una lección magistral: "Es mucho más caro afrontar una pandemia que prevenir".

Son palabras de Quique Bassat, profesor investigador del ICREA y responsable del programa de malaria del ISGlobal que, junto a otros expertos, participó en coloquio en el que la presidenta de GSK en España, Cristina Henríquez de Luna, puso en valor la excelencia de la la única institución privada de nuestro país que lleva años dedicada a buscar salidas para enfermedades como la malaria, la tuberculosis u otras causadas por otros parásitos, como la enfermedad de Chagas o leishmaniasiscomo también explicó David Barros, director de I+D de Salud Global de la farmacéutica para nuestro país.

Javier Gamo, director de la Unidad Global Health Medicines de la compañía, lideró la visita por unas instalaciones que están estructuradas en unidades de investigación de fármacos, que operan de manera autosuficiente desde las fases de ensayo o screening hasta la prueba de concepto en Fase II. Dos de estas unidades están dedicadas a malaria -que mata a más de medio millón de personas al año, en su mayoría niños y mujeres embarazadas- y la tuberculosis -considerada la dolencia infecciosa más mortífera por detrás del coronavirus- y una tercera a las enfermedades causadas por kinetoplástidos (Leishmaniasis, Chagas y la enfermedad del sueño).

Un investigador en el centro de GSK. GSK

Desde la pandemia, hay, también, como no podía ser de otra manera, un laboratorio que comenzó en junio de 2020 a realizar pruebas diagnósticas avanzadas (PCR) y a ofrecer soporte para realizar ensayos clínicos de esta patología que se llevaran a cabo en territorio español. Además, también han desarrollado varios tratamientos basados en anticuerpos monoclonales para ayudar a tratar a pacientes contagiados por el virus, detalló Javier Gamo que, sin embargo, advirtió que, en la actualidad, todavía no existen opciones terapéuticas suficientemente válidas para abordar la enfermedad.

Laboratorio de nivel 3

El PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, pudo comprobar, in situ, cómo funciona un laboratorio de investigación de nivel 3, de alta concentración biológica, donde se trabaja con agentes biológicos capaces de provocar infecciones graves y potencialmente letales. Presumen en Tres Cantos de que, en sus 30 años de andadura nunca han tenido un accidente que haya comprometido su seguridad. También que, desde sus inicios, en 1992, cuando fue su inauguración oficial, han apostado por la innovación y el intercambio de colaboración entre grupos de investigadores.

El Tres Cantos Open Lab Foundation, que data de 2010, permite a científicos de todo el mundo, acceder a sus instalaciones para realizar sus propios estudios. Otro de los pilares de Tres Cantos es un pool de patentes, que puedan ser licenciadas gratuitamente para investigar en estas enfermedades tan letales y siempre dentro del marco de comercialización de los países en desarrollo o el Open Source, por el que GSK comparte sus moléculas activas en las enfermedades de los países en desarrollo con la comunidad científica mediante publicaciones en revistas y bases de datos de acceso público.

Una investigadora en uno de los laboratorios del centro. GSK

Científicos que siempre están a la vanguardia y cuyo trabajo, ahora más que nunca, está ligado a investigar en la salud global, recalcó Javier Gamo. Algunos de los hitos que han marcado la existencia de este centro pionero, explicaron sus responsables, están estrechamente relacionados con la malaria. Por ejemplo, se han identificado moléculas candidatas, actualmente en desarrollo clínico, y ha conseguido que las principales agencias reguladoras aprueben el primer tratamiento que, con una sola dosis, produce la cura radical de malaria producida por Plasmodium vivax.

David Barros, director de I+D de Salud Global de la farmacéutica GSK para España, avanzó en el encuentro que, tal y como se había anunciado en la reunión de Kigali (Ruanda)organizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en junio de este año, que la compañía invertirá más de 1.200 millones de euros durante los próximos diez años en la búsqueda de nuevos tratamientos y vacunas para combatir las enfermedades infecciosas.

Porque, en su jornada de puertas abiertas, los expertos convocados para celebrar las tres décadas de vida del centro insistieron, una y otra vez, en la necesidad de considerar la salud como sólo una. En un contexto, todavía, de pandemia, la alteración del equilibrio de los ecosistemas y los efectos amplificadores del cambio climático, hacen que trabajar esa dirección es un objetivo más importante que nunca, resaltaron. Pero, advirtieron, no todas las regiones avanzan al mismo ritmo: mientras que las vacunas, los antibióticos o los adelantos quirúrgicos han hecho crecer la esperanza de vida en los países desarrollados por encima de los 80 años (en España la media es de 83,2 años), en otras zonas, como en el continente africano y algunas regiones de Latinoamérica, no se superan los 65. "La pandemia no ha hecho más que agravar esa brecha tan grande", alertó Quique Bassat.

"Trabajar por la salud global implica hacer frente a las inequidades sociales y económicas en que se basan los sistemas de salud de los países de más baja renta, donde la prevalencia de estas enfermedades 'olvidadas' es mucho mayor", concluyó el doctor Agustín Benito, director del Centro Nacional de Medicina Tropical del Instituto de Salud Carlos III.