Todas las piscinas públicas están obligadas a realizar periódicamente la determinación de los parámetros microbiológicos de Escherichia coli y Pseudomonas aeruginosa en sus aguas, tal y como establece el Real Decreto 742/2013, de 27 de septiembre, que añade, además, la determinación de la Legionela spp para aquellas que cuentan con climatización y aerosolización.

La detección de estos microorganismos en los análisis obliga a aplicar medidas correctoras y, en ocasiones, tal y como ha sucedido en la Universidad de Alicante, a la clausura de la piscina.

¿Cómo ha llegado la bacteria a la piscina?

La instalación de la UA ha registrado la presencia de Pseudomonas aeruginosa. Pero ¿cómo ha llegado ahí? Se trata de una bacteria aeróbica cuya distribución es mundial y es ubicua en el agua, los vegetales y el suelo. "Es imposible su erradicación. Los propios bañistas pueden introducirla a través de sus pies en las piscinas", señala en un artículo el médico epidemiólogo José Luis Arocha Hernández. Está presente en áreas húmedas de todo el planeta, desde fregaderos o lavabos hasta piscinas.

¿Qué afecciones causa la Pseudomonas aeruginosa?

Las piscinas con esta bacteria pueden provocar casos de foliculitis en la piel de quienes las usan, afección que suele aparecer entre uno y dos días después del baño en el agua contaminada. Esta infección de los folículos pilosos se suele curar sin tratamiento en menos de 5 días.

Aunque no se ha podido correlacionar como causa-efecto, también se asocia la presencia de esta bacteria con la aparición de otitis, conjuntivitis, e infecciones respiratorias por inhalación de las endotoxinas de la misma.

Una foliculitis por Pseudomonas aeruginosa

Se trata de uno de los patógenos denominados oportunistas, ya que aprovecha las defensas bajas del huésped para infectarlo, y puede causar también infecciones gastrointestinales, infecciones en huesos y articulaciones, y en el tracto urinario.

Suelen ser casos leves salvo en personas con patologías previas o el sistema inmunitario debilitado.

¿Cómo se elimina este microorganismo?

El mismo experto señala que su presencia en piscinas "no es excepcional" debido a que en España los niveles de cloro libre establecidos por la normativa para las piscinas de uso público, incluidas las de hidromasaje con climatización y aerosolización, "han de mantenerse entre 0,5 y 2 ppm, valores que por conocimiento de la naturaleza y biología de la Pseudomonas sabemos que pueden permitir su presencia (por debajo de 3 ppm es posible) y su multiplicación (por debajo de 1 ppm)".

El procedimiento habitual tras el registro de esta bacteria en una piscina pública suele ser una hipercloración, una limpieza de filtros y un aumento de la recirculación del agua. También es necesario limpiar las superficies del entorno para eliminar las posibles biopelículas por acumulación de la bacteria que se hayan formado en paredes o suelos.

Si una vez aplicadas esas acciones los análisis dan negativo se puede reabrir la instalación.