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Canarias

El desconocido trabajo de los guardianes del puerto

Los 108 policías portuarios de la provincia de Tenerife hacen múltiples tareas, desde la seguridad y el control del tráfico a otras más sociales

Policía portuaria del Puerto de Santa Cruz de Tenerife. ANDRÉS GUTIÉRREZ

Once pantallas son los principales ojos de la Policía Portuaria en el centro de control situado en la estación marítima de Santa Cruz de Tenerife. A través de los monitores, que se subdividen para seguir diferentes puntos a la vez, los agentes vigilan un área que se extiende por los 14 kilómetros de costa que van de La Hondura al pueblo pesquero de San Andrés. En esa franja litoral se reparte la superficie del Puerto de la capital tinerfeña que controlan estos agentes dependientes de la Autoridad Portuaria de la provincia. Hacen un trabajo muy poco conocido pero vital para que salga adelante la ingente actividad que genera esta instalación y las de los muelles de Granadilla de Abona, Los Cristianos (Tenerife), Santa Cruz de La Palma, San Sebastián de La Gomera y La Estaca (El Hierro).

Son en total 108 agentes, cada vez con más mujeres en el equipo –ahora son cinco–, que desarrollan múltiples labores, aparte de garantizar la seguridad. Por ejemplo, durante una visita a la sala de control también está activada la oficina contigua. Es la sala de crisis. La Policía Portuaria, en coordinación con los servicios de emergencia, Capitanía Marítima y personal militar, realiza un simulacro por derrame de combustible en el Puerto de Los Cristianos. Agustín Ávila, responsable de la Policía Portuaria de Tenerife con más de 30 años de experiencia, explica que ensayos como este son "frecuentes" para entrenar la activación de los diferentes protocolos contemplados para los muelles, desde un episodio de contaminación a una inundación, una evacuación, un paquete bomba o un accidente marítimo. Lo cuenta mientras se oye de fondo a sus compañeros comunicarse por radio para coordinar el ejercicio.

"La calidad del agua en el Puerto de Santa Cruz ha mejorado mucho; hay controles constantes"

Agustín Ávila - Jefe de la Policía Portuaria

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La heterogeneidad de las funciones de la Policía Portuaria se demuestra en los datos. Solo el año pasado, el cuerpo realizó 2.261 actuaciones, entre seguridad ciudadana, simulacros, informes de denuncia por tráfico y daños a la propiedad privada y los bienes inmuebles, así como averías o atenciones a cruceristas, miembros de la tripulación y otros usuarios… Pero la Policía Portuaria hace mucho más: chequear el estado de las instalaciones por si falla algo, controlar el movimiento de migrantes, colaborar de forma estrecha con el resto de departamentos de la Autoridad Portuaria, abrir las instalaciones, vigilar los almacenes...

Muchas actuaciones tienen un componente social, como atender a personas sin hogar. En esos casos, los agentes de negro con hombro azul recurren a la Unidad Móvil de Acercamiento (UMA), un equipo de Bienestar Social del Ayuntamiento de Santa Cruz que atiende a estos ciudadanos sin techo. "Nos ha pasado que hemos tenido que atender a una persona mayor aturdida que apareció de repente con un pijama del Hospital en el Puerto", apunta otro integrante del equipo, Jacobo Feliciano Arbelo, uno de los jefes de servicio.

Evacuaciones y otras tareas

Los agentes también colaboran en evacuaciones de personas con problemas de salud e incluso participan en tareas administrativas, como el control de las autorizaciones que la Autoridad Portuaria da para el uso de determinados locales o naves en concesión: que la documentación esté en vigor, que se realice la actividad para la que fueron concebidas... "Los agentes de la Policía Portuaria conocemos el Puerto mejor que nadie", asegura su responsable, un hombre de un metro noventa. Agustín Ávila añade: "Hemos crecido aquí. Yo llevo 31 años. Conocemos todos los rincones y tenemos cámaras colocadas en puntos estratégicos que analizamos permanentemente. Vemos a lo mejor que varias personas están intentando colarse por una valla, las localizamos y vamos rápidamente. La Policía Nacional es la que dirige la intervención pero nosotros colaboramos con ellos".

Todo es posible gracias al equipo humano y a los medios de los que disponen: además de las salas de crisis y control y de las oficinas de la estación marítima en la avenida de Anaga, el cuerpo cuenta con tres vehículos eléctricos, cuatro todoterrenos –"hemos llegado a sacar vehículos de la Guardia Civil en una inundación en el túnel con estos jeeps"– y una pequeña embarcación para el control de los fondeos o cualquier otra incidencia en el mar. "El trabajo que desarrollamos en el mar es especial. Desde la embarcación, los muelles se ven de otra manera", aporta el mando principal.

"Hemos logrado reducir de forma drástica los accidentes laborales y la contaminación"

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Solo se accede por oposición

Para conseguir una plaza hay que aprobar unas oposiciones. Las tiene que autorizar primero el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que gestiona las autoridades portuarias de España. Las últimas fueron de cuatro plazas y otra anterior de 16 que formó parte de un convenio con el Ejército y la Marina para dar trabajo a militares que han acabado su servicio. Esta última se celebró cuando se inauguró el Puerto de Granadilla en 2018. Los grupos, cada uno con su jefe de servicio y su jefe de equipo, se reparten en tres turnos, que vigilan los puertos las 24 horas de los 365 días del año.

Agustín Ávila y Jacobo Arbelo coinciden en que el Puerto de Santa Cruz es "muy seguro" y destacan que las incidencias "se han ido reduciendo a medida que se han mejorado sus instalaciones y medios". En especial han bajado las relacionadas con la contaminación. De ahí que subrayen la gran calidad de las aguas que bañan las instalaciones portuarias y zonas anexas. "Ha mejorado mucho en las zonas portuarias o las públicas y privadas que se encuentran en su entorno. En Valleseco ahora cualquiera puede disfrutar en el mar de agua limpia y cristalina. Eso no pasaba hace años, cuando terminabas siempre con alguna mancha. Ahora todo ha cambiado por el gran incremento de controles", contextualiza Agustín Ávila.

La labor del cuerpo de la Autoridad Portuaria se saldó en 2021 con más de 2.200 actuaciones

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Cada día más vigilancia

Además, se ha incrementado la vigilancia de los buques que navegan cerca de las aguas tinerfeñas. "Ya no se producen apenas limpiezas en alta mar de barcos que traían contaminación a nuestras costas", detalla el responsable. Otra reducción drástica que enumera es la de los accidentes laborales. "Se han mejorado mucho los protocolos –por ejemplo la pita que usan los camiones cuando dan marcha atrás– y ahora es muy raro tener un accidente laboral y más con consecuencias graves".

El responsable y el jefe de servicio no olvidarán algunos de los operativos en los que han participado. Uno fue el de la investigación por la desaparición de las niñas Olivia y Anna a manos de su padre, Tomás Gimeno. La Policía Portuaria aportó imágenes de las cámaras instaladas en los lugares públicos del muelle chicharrero que resultaron claves para descubrir que Gimeno había asesinado a Olivia y Anna y luego se había suicidado en alta mar tras arrojar los cuerpos al agua. En unas tomas, Gimeno se detiene en la gasolinera y en otras entra en la marina de la Dársena Pesquera para dirigirse a su lancha con dos maletas voluminosas. Fue la fatídica noche del 27 de abril de 2021. El 10 de junio aparecía el cuerpo de la mayor de las hermanas, Olivia, en el fondo del mar.

La situación y dimensiones del Puerto santacrucero ayudan. Está "en otra liga diferente" a recintos como Algeciras o Barcelona. Aún así, el desarrollo del de Santa Cruz ha hecho que la Policía Portuaria juegue cada vez un papel más crucial. "Algeciras, por ejemplo, tiene muchas conexiones con Marruecos y los controles fronterizos están más reforzados allí". Agustín Ávila puntualiza que el Puerto de Santa Cruz, sin estar en esa liga, ha ido adquiriendo "una dimensión considerable". Ahí están las líneas de los Fred. Olsen y los Armas, que para Ávila son "como la M-30 o el tranvía que une Gran Canaria y Tenerife". "Son muchas las personas que mueven estos barcos pero a todos les garantizamos la máxima seguridad", concluye.

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